Quince consejos para prevenir el acné y reducir las espinillas

El acné es un trastorno común de la piel que puede mostrarse en espinillas, granos, quistes, puntos negros o manchas. Suele ser un síntoma muy común en los adolescentes, a los que con frecuencia suelen salirles espinillas en la piel debido al cambio hormonal. Además, el acné es hereditario, por lo que se manifiesta con mayor frecuencia en personas con padres que tuvieron acné en su juventud. Aunque por suerte, actualmente contamos con muchas formas de prevenir el acné. Dermatólogos de Clínica Amédic Granada ofrecen quince consejos para evitar el acné.

A través de los siguientes consejos podrás proteger tu piel contra el acné y, de este modo, reducir las espinillas.

Contrariamente a lo que se suele creer, el acné rara vez es el resultado de una cara sucia. Sin embargo, es importante eliminar el exceso de suciedad y grasa de la piel lavándola regularmente, unas dos veces al día. Sin embargo, el lavado excesivo de la cara puede hacer que la piel se seque, lo que puede hacer que aumenten las espinillas.

Algunas personas prefieren usar un limpiador suave y agua tibia. La aplicación de un humectante sin aceite después del lavado puede evitar que la piel se reseque demasiado.

Frotar la piel con toallitas o toallas ásperas puede irritarla y causar inflamación, empeorando los brotes de acné.

Aplicar un limpiador suave con las manos limpias o un cepillo suave para usar en la cara ayuda a prevenir las espinillas.

Si el exceso de aceite en el cabello llega a la piel puede llegar producir acné o espinillas. Lavarse con frecuencia el cabello puede detener el desarrollo del acné, especialmente cerca de la zona del cabello.

Además, para evitar el acné o espinillas es aconsejable evitar el uso freciente de productos como gel para el cabello o aerosol en la cara. Este tipo de productos también pueden obstruir los poros y dar lugar a brotes.

Puede ser tentador apretar un grano, pero es lo menos aconsejable, ya que lo que provocará es una infección, inflamación y cicatrización.

Para reducir la apariencia de manchas, usa un tratamiento tópico en su lugar.

Los tratamientos de venta libre, como las cremas o los sueros, pueden reducir los brotes, especialmente cuando se producen en ciertas áreas comunes como la barbilla, la nariz o la frente.

Hay muchos tratamientos de venta online disponibles que a menudo contienen ácido salicílico o peróxido de benzoilo. Este tipo de productos no son tan potentes como los tratamientos de prescripción, pero igualmente ayudan a prevenir el acné leve y reducir los brotes.

Los retinoides tópicos son productos que contienen medicamentos derivados de la vitamina A. Los médicos y dermatólogos solemos recetarlos con frecuencia para controlar y prevenir el acné. Estos tratamientos también pueden eliminar el exceso de células muertas de la piel y reducir la inflamación.

La mayoría de los retinoides tópicos solo están disponibles con receta médica, incluidos la tretinoína (Retin-A, Renova) y el tazaroteno (Tazorac).

Sin embargo, un medicamento retinoide, adapalene (Differin), está disponible para su compra online o sin receta.

Los antibióticos tópicos pueden combatir el crecimiento excesivo de bacterias P. acne en la piel. Los antibióticos que tratan este acné inflamatorio incluyen eritromicina y clindamicina, que están disponibles con receta médica.

Puedes identificar el acné inflamatorio por su aspecto muy rojo e irritado. Un síntoma que, además, puede llegar a ser doloroso.

Las píldoras anticonceptivas pueden ayudar a prevenir el acné porque ayudan a regular las hormonas que provocan su desarrollo. Sin embargo, estas píldoras conllevan riesgos, por lo que es esencial hablar con tu médico y evaluar los beneficios y los efectos secundarios antes de tomarlas para este fin.

La espironolactona es un medicamento que se usa a menudo para tratar la presión arterial alta y también puede ayudar en casos de acné severo. Sin embargo, la espironolactona puede tener muchos efectos secundarios, por lo que es mejor consultar previamente a tu médico.

Son muchos los estudios que sugieren que algunos alimentos pueden desencadenar el acné en ciertos pacientes. Según las últimas investigaciones, los alimentos con un alto índice glucémico pueden aumentar el riesgo de desarrollar acné o empeorar el acné.

Algunos de los alimentos como galletas, pasteles o empanadas se consideran que potencian el acné o espinillas, ya que son azucarados y altos en carbohidratos.

Los productos lácteos, especialmente la leche desnatada, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar acné. Si tienes espinillas o acné, puedes disminuir el consumo de estos alimentos y ver si tu piel mejora.

Demasiado sol tiene muchos efectos dañinos en la piel. Las quemaduras solares también pueden llevar a una sobreproducción de aceites que empeoran el acné.

El uso de protector solar sin aceite con un factor de protección de al menos 15 puede ayudar a prevenir las quemaduras solares y el acné exacerbado.

Los centros de medicina estética ofrecemos tratamientos realmente eficaces para reducir la presencia de bacterias P. acné en la piel y eliminar por completo las manchas, espinillas o cualquier otro tipo de acné.

Los productos para el cuidado de la piel que contienen aceite pueden obstruir los poros. Estos productos a menudo están diseñados para usarse en pieles secas o maduras que pueden no tener tanto aceite natural.

Los productos que no contienen aceite suelen estar etiquetados como «no comedogénicos».

La grasa y los aceites de cocina también provocan el desarrollo del acné, ya que este tipo de grasa también obstruye los poros.

13. Evitar el exceso de exfoliación

La exfoliación es el proceso de eliminación de células muertas de la piel. Si bien alguna exfoliación puede ayudar a mejorar el acné, demasiado puede empeorar los brotes. Esto sucede porque se remueve demasiado aceite natural de la piel. La piel puede compensarse produciendo más aceite, que obstruye los poros y conduce a más granos.

Si realizas demasiada exfoliación la piel puede irritarse o sentirse muy tensa después del lavado.

El estrés a menudo causa inflamación, lo que puede empeorar los brotes. Puedes reducir el estrés meditando, haciendo ejercicio, yoga, relajarte antes de acostarte leyendo o tomando un baño, pasar tiempo en la naturaleza, pasatiempos, etc.

El maquillaje y las esponjas y cepillos faciales deben limpiarse regularmente con agua y jabón para evitar la acumulación de bacterias, lo que podría provocar brotes. Asegúrate de que los cepillos se sequen completamente antes de usarlos.

Si ninguno de estos métodos muestra una mejoría en 6 a 8 semanas, consulta a tu médico o dermatólogo para evaluar un tratamiento.