Thomas Erikson
«En la mayor parte del mundo los líderes son 'rojos' pero no tendría que ser así»
El experto en comportamiento Thomas Erikson explica como son las diferentes personalidades según su color: rojos, amarillos, verdes y azules. Tú, ¿qué color eres?
¿Por qué algunas personas nunca hablan? ¿Por qué otras nunca callan? ¿Por qué alguna siempre dice la verdad mientras que otras mienten? o ¿Por qué algunos siempre son puntuales y otros raras veces lo consiguen? Estas fueron algunas de las preguntas que se hizo Thomas Erikson autor del libro Rodados de idiotas (Ed. Planeta) para comprender los diferentes tipos de personalidades.
Partiendo del llamado sistema DISC, –un acrónimo de dominio, influencia, estabilidad y cumplimiento–, el método más utilizado en el mundo para describir las diferencias de comunicación humana, el libro describen como se ven las personas así misma en relación con su entorno. Cada uno de estos tipos de comportamientos se asocia a un color: rojo, amarillo, verde y azul.
–El sistema DISC divide la personalidad en cuatro. La roja es la dominante, ¿cómo definiría esta personalidad?
–Lo más destacado, efectivamente, es que son dominantes, directos, ambiciosos, exigentes, con mucha motivación, trabajadores pero también son de carácter fuerte y ambiciosos.
–El amarillo es el extrovertido y hablador, pero ¿qué problemas puede ocasionar en el entorno una personalidad amarilla?
–Los amarillos son creativos, sociables, espontáneos, sensibles pero hablan mucho, no recuerda donde han dejado las cosas y no se fijan en los detalles y eso puede llegar a ser bastante molesto para otras personalidades.
–Los más perfeccionistas son los azules, ¿podríamos decir que son los que más sufren? ¿O serían los verdes?
–Sí, los azules son los perfeccionistas, están orientados a la calidad, a hacer bien su tarea. Si eres un perfeccionista que vas más allá de las líneas rojas, efectivamente sí puedes convertirte en un insatisfecho permanente porque en este planeta nada es perfecto. Si esa es la definición de sufrimiento, efectivamente pueden sufrir. Sin embargo, los verdes son los que más esconden sus emociones, miran hacia su interior y son los que más se quejan. Yo creo que, en líneas generales, estos son los que más sufren.
–¿Existe alguna personalidad que encaje mejor con otra?
–Todo depende de lo que se está buscando porque lo que para una persona puede ser perfecto para otra puede que no lo sea. En una empresa, por ejemplo, si se busca un contable, seguramente una personalidad azul sea una buena elección pero si estás buscando a un comercial es posible que encaje mejor un extrovertido que sería el amarillo. Va a depender de la tarea que tenga que desempeñar y lo mismo pasa en el ámbito personal.
–¿Puede ser alguien rojo en el ámbito profesional y verde en el personal?
–Verde y rojo es la combinación más difícil. Pasar, por ejemplo, del azul al verde no es un gran cambio porque ambos son introvertidos pero al rojo sí que es una gran variación y no lo recomendaría porque sería una violación de la propia personalidad. Podría funcionar durante un tiempo pero a largo plazo no. Es muy difícil tratar de ser alguien que realmente no eres.
–¿Cómo debe ser un buen líder? ¿Debe ser siempre rojo?
–En la mayor parte del mundo los líderes son rojos pero no tendría que ser así. Es cierto que son mejores en encajar golpes y saben cómo dar codazos. Son conscientes de que es difícil llegar arriba, lo aceptan y lo hacen. Llegan hasta la cumbre porque les da igual lo que piensen de ellos y se adaptan bien a esas posiciones donde suele hacer frío.
En Suecia, por ejemplo, somos bastante diferentes en este sentido porque cualquier color puede llegar a ser un buen líder, independientemente de su personalidad. Somos muy tolerantes, mientras lo hagas bien no nos importa de donde vengas o como lo lleves a cabo. Pero es una mentalidad única que no se da en el resto de Europa donde normalmente los líderes son rojos. En el mundo oriental son azules o rojos y en Estados Unidos rojos y amarillo.
Y tú, ¿qué color eres?
Los idiotas no tienen nada de idiotas
En este libro se trata de entender el valor de un rojo, un amarillo, un verde y un azul, pero –concluye Bonnstetter– «la lección más importante que puedes extraer es que los idiotas que nos rodean no tienen, en realidad nada de idiotas son de hecho personas que merecen respeto, comprensión y que se les valore».