Las fresas pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares,GTRES

Ocho fresas diarias reducen el riesgo de infartos, según la ciencia

Un nuevo estudio demuestra que las fresas pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar el control de la glucosa

Los expertos afirman que un cuenco de fresas proporciona el 100 % de las necesidades diarias de vitamina C además de contener nutrientes saludables para el corazón como folato, potasio, fibra, fitoesteroles y polifenoles. Ahora, un nuevo estudio corrobora estos beneficios para la salud cardíaca. El trabajo, que analiza específicamente la salud cardiovascular y la mejora del control de la glucosa se presentó en Nutrition 2024, la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición.

El estudio tuvo como objetivo investigar los efectos relacionados con la dosis de la ingesta de fresas en la función endotelial y el control de la glucosa, investigando específicamente la relación de las respuestas de dilatación mediada por flujo (FMD) con la intervención sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV).

Realizado por Lasantha Krishan Hirimuthugoda, investigadora del Instituto de Tecnología de Illinois, el trabajo incluyó 36 mujeres y 32 hombres, de 20 a 62 años con un índice de masa corporal (IMC) de 29,8 ± 4,8 kg/m2.

La conclusión de la investigación afirma que una porción de ocho fresas, lo que corresponde a un cuenco, satisface el valor diario recomendado de vitamina C y aporta una gran cantidad de otros nutrientes y compuestos bioactivos beneficiosos.

Britt Burton-Freeman, profesora del Instituto Tecnológico de Illinois y coautora del estudio explica que «una dieta pobre en frutas se encuentra entre los tres principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes» y añade: «Agregar tan solo una taza de fresas al día a la dieta puede tener efectos beneficiosos para su salud cardiovascular».

Resultados del estudio

Los investigadores, según explican en un comunicado, evaluaron los efectos de la ingesta de fresas sobre la FMD, así como la relación de las respuestas de la FMD a la intervención sobre el riesgo de ECV.

El porcentaje de FMD se vio significativamente influenciado por el consumo de fresas a diario durante 4 semanas en comparación con el grupo de control, lo que sugiere una respuesta a la dosis hacia una mediana más alta o más baja, respectivamente (prueba de Kruskal-Wallis, p < 0,001). Los análisis preliminares de CGM no sugieren diferencias significativas entre las intervenciones en los cambios desde el inicio (prueba de Kruskal-Wallis p > 0,05).

En un modelo de regresión logística (con bondad de ajuste p = 0,33) que utiliza todas las intervenciones con respuestas de FMD y un aumento del 2% en FMD como indicador de riesgo reducido de ECV, la ingesta sugerida de fresas redujo de forma dependiente de la dosis el riesgo de ECV en 8 veces en comparación con el grupo de control (p < 0,001).

El análisis de sensibilidad, en el que se imputaron los datos faltantes de los resultados primarios, arrojó resultados similares (odd ratio, 8,029; a 7,029; p<0,001 a p=0,002).