Puede que sus características antioxidantes sean las más sonadas, pero no son las únicasPxhere

Todo lo que no sabías sobre el jengibre

Se trata de un ingrediente muy versátil que se puede incorporar en postres, cremas, sopas, carnes y pescados

El jengibre es una planta de la familia de las zingiberáceas –al igual que la cúrcuma o el cardamomo–cuya raíz es característica por su sabor picante y su aroma. Su origen se sitúa al sur de Asia, aunque ya comenzó a ser utilizado en Europa por los antiguos griegos y romanos.

Se trata de un ingrediente muy versátil gracias a su aroma y su sabor y se puede incorporar fresco o seco. Aunque lo primero que se nos viene a la cabeza es introducir este ingrediente en las conocidas galletas de jengibre, se puede usar para otros postres, así como para aderezar cremas, sopas, carnes y pescados.

Antiinflamatorio y antioxidante

El gingerol es el aceite esencial que da al jengibre su sabor picante. Es el compuesto activo causante de la gran mayoría de sus propiedades medicinales, a los que se añaden otros nutrientes como los el calcio, el sodio, el potasio o el fósforo y vitaminas como la C, la B2, la B3 y la B6.

Puede que sus características antioxidantes sean las más sonadas, pero no son las únicas. También destaca por ser antiinflamatorio, de la misma forma que fármacos como el ibuprofeno. Ayuda a tratar tanto el dolor muscular como el articular relacionado con la artritis, así como el dolor causado por el ejercicio.

También es analgésico, por lo que es útil para combatir los dolores de cabeza y los síntomas de la artritis y antibacteriano, ya que favorece la eliminación de microorganismos infecciosos.

Otro dato a destacar es su capacidad de tratar las náuseas, en especial las matutinas, así como reducir los niveles de azúcar en sangre. Se ha demostrado, asimismo, que el jengibre retarda el proceso de coagulación de la sangre.

Contra los resfriados

Si ponemos ya la vista en el otoño y el invierno, esta raíz puede ser útil para combatir los resfriados. Favorece la expectoración, lo que hace mejorar muchos de los síntomas, como la tos, las flemas o la congestión nasal. Es igualmente eficaz contra gripe, ya que contiene propiedades antivirales. Para ello, la mejor manera de consumirlo es en una infusión de jengibre, limón y miel, ya que de esta forma el limón aporta vitamina C y ayuda a combatir la congestión, y la miel es antibiótica y antibacteriana. Los tres ingredientes juntos son muy eficaces para combatir el malestar y reducir estos molestos síntomas.

Sus efectos en boca y garganta continúan, y es que también combate la halitosis. El gingerol, componente activo de jengibre fresco, es el responsable, ya que estimula una enzima que contiene la saliva que ayuda a descomponer las sustancias malolientes, haciendo que el aliento huela mejor.