¿Es bueno comer queso antes de irse a dormir?

La cena es una de las comidas importantes del día y los nutricionistas advierten de la necesidad de la ingesta de alimento antes de irse a dormir, eso sí, siempre y cuando se cumplan una serie de requisitos en los que influirá qué comemos y la hora a la que lo hacemos.

Un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona señala que cenar dos horas antes de irse a dormir no solo es la clave para reducir hasta un 20 % el riesgo de sufrir cáncer de próstata o de mama sino que influye en el metabolismo. Dejar pasar dos horas ayudará a no engordar y a disfrutar de una mejor calidad del sueño. Hay alimentos 'prohibidos' como los ultraprocesados como pizzas industriales, patatas fritas o platos precocinados. Otros, no deberían incluirse como la lechuga por ser bastante indigesta, el café por ser estimulante o el queso por su alto contenido en grasa animal y gran aporte calórico.

Los expertos aseguran que si tienes la costumbre de comer queso antes de irte a dormir es mejor que cambies de hábitos. Además, los quesos curados contienen tiamina. Un aminoácido que aumenta la producción de norepinefrina, un neurotransmisor que se libera en situaciones de estrés y por tanto, no permite que el cuerpo descanse adecuadamente y es más probable que tengamos pesadillas.

Sin embargo, la British Cheese Association refutó esta teoría con un estudio a 200 voluntarios en un experimento de una semana. Los evaluados comieron 20 g de varios quesos 30 minutos antes de acostarse demostrando que el queso no provocaba pesadillas. De hecho, el 75 por ciento de los voluntarios que comieron queso aparentemente durmieron muy bien. Ninguno de los 200 participantes pudo recordar haber tenido una pesadilla. Mientras que más de dos tercios de los participantes pudieron recordar sus sueños positivos al día siguiente.

Desde Quesos Europeos afirman que, si bien los quesos curados no son tan recomendados durante la cena, hay opciones de quesos semi curados y suaves que puedes probar como:

• Queso Gruyère francés: Un queso con sabor a frutas y mantequilla. Con notas picantes y saladas. Puede acompañar vegetales salteados como: champiñones, pimientos, espárragos, coles de bruselas o zanahorias.

• Emmental: Su sabor es suave y equilibrado; su textura es firme y suave. Presenta aromas y sabores a frutos rojos, mantequilla y madera. Es ideal para servir en ensalada de tomates o lechuga, rebanado en una baguette o espolvoreado en una pasta.

• Saint Paulin: Tiene un sabor cremoso y sutilmente frutal. Ofrece también notas vegetales, lácticas, especias sutiles y tostados ligeros. Es ideal para gratinar en verduras o carnes. Igualmente, funciona de maravilla en hamburguesas, sándwiches o baguettes.

• Faisselle: de sabor muy fresco y ácido con un distintivo sabor láctico y una textura cremosa y húmeda. Al ser un queso fresco con acidez, se complementa de maravilla con frutas, vegetales y pastas.