Por qué deberías rallar el queso en casa
Los lácteos aportan proteínas e hidratos de carbono, fundamentalmente en forma de lactosa, además de calcio, potasio, fósforo, zinc y otros minerales, así como vitamina B12 y A. Según distintos estudios una dieta equilibrada incluye tres raciones de lácteos al día. Leche, yogur o queso deben formar parte, por tanto de cualquier dieta equilibrada.
La catedrática en Nutrición y doctora en Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, Rosa María Ortega, recomienda el consumo de queso, incluso si se está a dieta, porque «ningún alimento engorda, como producto aislado».
«Lo que lleva a un incremento de peso es el total de lo consumido. Y no solo en un día, sino a lo largo del tiempo. El problema viene cuando se toman más calorías de las que se gastan», sentencia la experta.
Los quesos más calóricos, prosigue Ortega, se deben tomar en menor cantidad o con menor frecuencia que los quesos frescos u otros lácteos, pero un consumo racional es «totalmente aceptable».
Pero, ¿qué pasa con los quesos rallados, quesitos en porciones y las lonchas fundentes para sandwich? ¿Son todos iguales? ¿Qué diferencia hay entre los fundidos y los naturales?
Quesos rallados fundidos
Según un informe de la OCU, no todos los quesos rallados están elaborados únicamente a partir de queso, sino a partir de una mezcla de queso natural con otros ingredientes como la mantequilla, las proteínas de leche, las sales fundentes, los conservantes o los almidones. «Son los denominados quesos rallados fundidos, similares en composición a los clásicos quesitos en porciones y las lonchas fundentes para sandwich», afirma la OCU quien añade: «El problema para el consumidor es que los quesos rallados fundidos pueden confundirse fácilmente con un queso rallado natural. Primero, porque en el supermercado se encuentran los unos junto a los otros. Y segundo, porque el calificativo fundido no siempre aparece en el frontal del etiquetado».
Este tipo de queso suelen ser más baratos que el queso natural rallado así que esto puede orientar sobre los ingredientes reales de esa bolsa de queso rallado. «Revise el etiquetado y confirme que no lleva impresa la denominación fundido», concluye la OCU.