Rafa CordónI. R. ESTEVEZ

Rafa Cordón: «El 90 % de los pensamientos negativos nunca suceden»

En el libro Biocomunicación: si tu cuerpo dice ¡Vamos! Tu mente dice voy explica el diálogo entre cuerpo y mente

el consultor ejecutivo, conferenciante y autor del libro Biocomunicación: si tu cuerpo dice ¡Vamos! Tu mente dice voy, Rafa Cordón, explica en que consiste este novedoso concepto que facilita al ser humano participar en el diálogo biológico entre cuerpo y mente para «impulsar la confianza personal y reducir el estrés, cuando tomamos el control de nuestra expresión corporal».

–En su libro habla de la biocomunicación, ¿en qué consiste?

–La Biocomunicación es un concepto muy amplio, pero poco conocido que abarca el intercambio de mensajes entre animales de la misma especie, pero también entre especies, o dentro del propio organismo. En este libro he utilizado el término Biocomunicación para atraer la atención sobre el diálogo biológico que se produce entre nuestro cuerpo y nuestra mente en ambas direcciones. De forma más concreta en su impacto en la confianza personal y en la gestión de la reacción de estrés, dos fenómenos que mantienen una batalla permanente.

El cuerpo activa señales fisiológicas que influyen en nuestras emociones y en la confianza que sentimos y transmitimos

La novedad que aporto es ofrecer una comprensión fácil y práctica de cómo podemos participar en ese diálogo que habitualmente es inconsciente, si tomamos consciencia y actuamos tomando el control sobre nuestra propia expresión corporal.

La mayoría de las personas piensan en la confianza como una emoción invisible que se genera solo en la mente. Sin embargo, con frecuencia olvidamos que siempre está vinculada a una acción que realizamos o expresamos con nuestro cuerpo, y que esa experiencia física y visible refuerza que seremos capaces de conseguir lo que nos propongamos. Hace tiempo que la ciencia lo avala, pero en los últimos años, diversas investigaciones científicas han ido más allá, para confirmar cómo el cuerpo activa señales fisiológicas que influyen en nuestras emociones y en la confianza que sentimos y transmitimos.

–¿Cuál es la mejor manera de gestionar el estrés?

–No existe una fórmula mágica para gestionar el estrés y las estrategias son diversas y con impacto variable dependiendo del tipo de amenaza, del contexto y de la situación física de cada individuo. Si es importante comprender este fenómeno y anticiparse en las primeras fases para tomar el control y reducir su impacto en el organismo.

La reacción de estrés es una reacción fisiológica de nuestro organismo frente a lo que interpreta como una amenaza, sea real o imaginada. En ambos casos se produce un desgaste energético importante y una alteración del equilibrio fisiológico de nuestro organismo. Si la amenaza es real, nos ayudará a superarla, pero si es imaginada el gasto energético también se producirá, aunque sin ningún beneficio para el organismo. En ambos casos el mayor riesgo ocurre dependiendo de la intensidad y de la frecuencia con que se produce las reacciones de estrés.

La reacción de estrés es una reacción fisiológica de nuestro organismo frente a lo que interpreta como una amenaza, sea real o imaginada

Son bien conocidos la práctica del ejercicio físico y la meditación, como forma de entrenar el cuerpo y la mente, ambos nos ayudarán a estar mejor preparados para gestionar el estrés. Sin embargo, en los instantes en los que se produce esta reacción o cuando nos preparamos para enfrentarnos a un reto difícil, disponer de recursos de Biocomunicación como los descritos en el método V.E.R.Á.S. nos facilitará anticiparnos o tomar el control y recuperar el estado de calma si la reacción de estrés ya está en marcha.

–¿Cómo podemos poner en sintonía cuerpo y mente? ¿Nos puede explicar en qué consiste V.E.R.A.S?

–El cuerpo y la mente mantienen una sintonía constante sin necesidad de que nosotros seamos conscientes. Pero esa sintonía puede ser tanto favorable como desfavorable. Cuando nos sentimos débiles o inseguros, nuestro cuerpo lo expresa con movimientos más lentos y posturas más reducidas, incluso nuestra voz se debilita. Pero la ciencia ha demostrado que éste es un camino de doble dirección.

Nuestro cuerpo se comunica con las áreas inconscientes de nuestro cerebro, pero si tomamos consciencia de nuestra expresión corporal y actuamos sobre ella, podemos influir en nuestro estado de ánimo y en nuestra confianza.

Podemos participar en ese diálogo entre cuerpo y mente a través de múltiples canales de Biocomunicación y, para ofrecer una solución práctica, en el libro he definido 5 herramientas que componen el acrónimo V.E.R.Á.S. Esta sección del libro ocupa el 40% de la obra, y en ella incluyo diferentes ejercicios y evidencias para tomar consciencia de su poder transformador. No se trata de utilizar todas, ni en una secuencia determinada, sino de conocerlas y recurrir a las que necesitemos, según el contexto y nuestro momento vital. En cualquiera de ellas el objetivo nos lleva a alcanzar un alto nivel de autoconocimiento, autocontrol y automotivación:

V- Visualización: positiva vs. negativa; El 90% de los pensamientos negativos nunca suceden. La visualización positiva es una decisión personal.

E- Expansión: apertura vs. cierre; asociada a corporalidad (tronco, brazos, mirada, sonrisa, voz …). «Los humanos interpretamos la autoconfianza por el espacio que estamos dispuestos a ocupar».

R- Respiración: profunda vs. superficial. Respiramos unas 20.000 veces al día y lo hacemos de forma inconsciente, pero tomar el control cuando lo necesitamos nos ayudará a reducir el estrés y a entrar en un estado de serenidad y claridad mental.

A- Armonía: equilibrio vs. caos. Uno de los elementos más importantes para reforzar nuestra confianza es buscar armonía entre el sentido de nuestras palabras y la expresión de nuestro cuerpo.

S- Serenidad: calma vs. agitación. Cuando nuestra mente está agitada por algo que nos altera, tomar el control sobre nuestra expresión corporal nos facilitará enviar señales de calma a nuestra mente para entrar en un espacio de serenidad, que nos ayudará a tomar mejores decisiones.

¿Cómo influye la oxitocina?

–La oxitocina es conocida, sobre todo por su papel en las contracciones uterinas durante el parto y por la activación de las fibras musculares situadas en los alveolos mamarios para favorecer la lactancia materna, pero la oxitocina no se ocupa solo de esas dos importantes tareas. Está presente tanto en la mujer como en el hombre, y es una molécula sorprendente, responsable de múltiples funciones para la salud, la sociabilidad y la supervivencia del ser humano.

¿Es la oxitocina una medicina natural?

–Para responder a esta pregunta, se reunieron 12 investigadores pertenecientes a nueve instituciones universitarias de Estados Unidos y de Europa, procedentes de áreas como la Biología, Antropología, Psicología, Farmacología, Veterinaria y, especialidades médicas como Medicina Interna, Psiquiatría y Pediatría. Publicaron sus conclusiones en la revista Pharmacological Reviews en octubre 2020, después de haber revisado más de 27.000 publicaciones científicas, producto de la investigación realizada durante las dos últimas décadas sobre esta sorprendente molécula.

Al igual que otras moléculas mensajeras, para realizar su función, necesita encajar en un receptor celular específico que debe reconocer su forma y composición, como si la molécula fuese una llave y el receptor, su cerradura. La ventaja de la oxitocina es que, además de ser reconocida por sus propios receptores, también encaja en la cerradura de la vasopresina. Este mecanismo de llave maestra resulta de gran importancia durante la fase de estrés agudo donde, si aumenta la liberación de oxitocina, podría ocupar los receptores de la vasopresina frenando la reacción de estrés. Pero es durante el estrés crónico cuando la oxitocina adquiere un papel estratégico al facilitar mecanismos de protección frente a conductas de cierre o inmovilización por el miedo, como las que aparecen en algunos estados de desesperación y de depresión.

Oxitocina: el título de superheroína se queda muy corto para una molécula, que es casi mágica

Pero la acción de la oxitocina va más allá para proteger la salud, y es capaz de unirse a otros receptores e incluso a otras moléculas; influye en el sistema inmunitario, desempeña funciones antiinflamatorias, antioxidantes y, desde hace unos años, se ha avanzado en el conocimiento de sus acciones protectoras físicas y mentales para enfrentarnos a la adversidad o al trauma. Hoy se sabe que, además, interviene en la adaptación de algunas conductas y en el comportamiento social del vínculo y de la confianza. En fin, el título de superheroína se queda muy corto para una molécula, que es casi mágica.

La oxitocina actúa como una medicina natural que nos protege del estrés y de algunas enfermedades. La capacidad de moldear su actividad, según las circunstancias, le otorga el superpoder de participar en múltiples funciones. Pero esta ventaja supone una limitación para su uso como medicamento dirigido a una actividad específica, por lo que, si queremos beneficiarnos de esta, necesitamos favorecer su síntesis endógena.

Ahora que conocemos los beneficios de la oxitocina, está en nuestra mano invitarla a salir. En mi libro describo diferentes caminos para aumentar el nivel de oxitocina en nuestro cuerpo que, de forma muy resumida, se basan en potenciar el vínculo con nosotros mismos, con otras personas y también con animales o con la naturaleza. Cuanta más oxitocina das, más recibes: un buen abrazo, una sonrisa sincera, besar y favorecer el contacto visual o la escucha activa, tendrán un efecto muy positivo en tus emociones y también en tu salud, pero también en la persona que los recibe.

–¿Cómo puede la postura corporal influir en nuestro estado anímico?

–Cuerpo y mente mantienen un diálogo biológico constante, en las dos direcciones, con el objetivo de mantener el equilibrio de un cuerpo hiperconectado.

Recientes investigaciones, lideradas por el Profesor de neurociencias Peter Strick, del Brain Institute de la Universidad de Pittsburgh, arrojan evidencias de que existen redes neuronales que unen la corteza cerebral con la glándula suprarrenal, una estructura situada sobre el riñón, que es la principal productora de cortisol y adrenalina, dos hormonas que desempeñan un papel crítico en la fisiología del estrés. Los resultados indican que más de la mitad de las fibras que conectan corteza cerebral y glándula suprarrenal están vinculadas a funciones motoras, a su vez relacionadas con la gestión del movimiento, una actividad que realizamos habitualmente de forma inconsciente.

En el mundo de la salud, nadie discute que hacer ejercicio físico moderado, tiene un impacto positivo para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, además de otros beneficios fisiológicos. En el libro Biocomunicación, describo el gran impacto que ofrece al ser humano no reservar este recurso solo para los momentos en los que realizamos una actividad física.

A través de la Biocomunicación, y siempre que lo consideremos necesario, podemos tomar el control consciente de nuestra expresión corporal, una herramienta que tenemos a nuestro alcance en cualquier momento y en cualquier lugar, y que nos facilitará impulsar nuestra confianza personal y reducir el impacto de la reacción de estrés.