Defunciones diarias esperadas, registradas y confirmadas por Covid-19 en España.José Ramón Pérez

Covid-19

España registró 95.860 muertes en siete fases de exceso de fallecimientos

El exceso de mortalidad durante la pandemia cuestiona las cifras oficiales de muertes por Covid

La cifra oficial de fallecimientos por coronavirus en España ha sido objeto de debate durante toda la pandemia. 87.285 es el número de muertes que contabiliza el Instituto de Salud Carlos III hasta el pasado martes 26 de octubre, pero otros registros apuntan a una infraestimación de este dato.

El Sistema para la Vigilancia de la Mortalidad Diaria (MoMo) que gestiona el Centro Nacional de Epidemiología detecta, a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y los registros civiles informatizados, hasta siete periodos de exceso de mortalidad en España desde marzo de 2020, durante los que se produjeron un total de 95.860 fallecimientos.

Así, MoMo registra 46.635 muertes más de las esperadas entre el día 10 de marzo y el 9 de mayo de 2020, coincidiendo con la primera ola de la pandemia, lo que supone un exceso de mortalidad del 65%, el mayor registrado en el último año y medio.

Esta cifra se acerca a las 45.684 defunciones por contagio confirmado o sospechoso de Covid-19 que el INE contabiliza entre enero y mayo del año pasado. De estos, en 32.652 fallecimientos se habría identificado el contagio por Covid-19, mientras que en otros 13.032 se tenía la sospecha de que se trataba de la principal causa de muerte aunque no se hubiera confirmado con una prueba diagnóstica.

Estos datos apuntan a que la Covid-19 fue la principal causante del exceso de mortalidad en España entre marzo y mayo de 2020, siendo responsable del 19,77% de los fallecimientos que tuvieron lugar en los primeros cinco meses del año.

Por el contrario, la cifra de muertes por coronavirus que registra el Instituto Carlos III en este periodo es de solo 29.168. Esta diferencia de más de 16.000 defunciones podría deberse a factores como la recepción de información incompleta por parte del Ministerio de Sanidad o la escasez de pruebas diagnósticas para confirmar las infecciones entre los fallecidos durante la primera ola.

El colapso sanitario de la primera ola

Así lo atestiguan representantes de organizaciones de personal sanitario, como el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Lorenzo Armenteros, que recuerda que en los primeros meses de la pandemia «hubo multitud de casos de personas que fueron asistidas por el personal de Atención Primaria en su casa sin que existiera la posibilidad de que fueran diagnosticados».

También apunta que «la gravedad y la fragilidad de algunos pacientes hacía que la descompensación fuera muy rápida y que no pudieran llegar al hospital. El volumen de ocupación de camas en los centros provocó que hubiera enfermos que fallecieron en la puerta del servicio de urgencias esperando a ser atendidos».

Por otro lado, la vicesecretaria general de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (AMYTS), Ángela Hernández, afirma que «entre marzo y mayo hubo muchas personas que fallecieron a causa de cuadros respiratorios sin que se contabilizaran como muertes por Covid-19, ya que solo se hacían diagnósticos a casos graves en hospitales».

Por ello, cree que la correlación entre la mortalidad por el coronavirus y el exceso de fallecimientos «quedó absolutamente infravalorada» durante la primera ola.

Las estadísticas publicadas por Eurostat también confirman que España fue líder a nivel comunitario en exceso de mortalidad respecto a la media de defunciones entre los años 2016 y 2019 en los meses de marzo y abril de 2020, experimentando incrementos del 54 % y el 80,5 %, respectivamente. 

En mayo bajó hasta el octavo puesto entre los países de la Unión (+5,4 %) ante el progresivo control de los contagios por el confinamiento del primer estado de alarma.

El portavoz de la SEGM considera «muy probable» que el incremento de fallecimientos esté asociado «de manera directa o indirecta» a la Covid-19, al producirse en «la época del año en la que el virus tenía una mayor infectividad, con su posterior disminución ante la llegada de las altas temperaturas y la extensión de la vacunación entre las personas de mayor edad».

Las vacunas contra la Covid funcionan

Según el sistema MoMo, el segundo periodo con más fallecimientos detectados respecto a los previstos es el comprendido entre septiembre y el día de Navidad del año pasado, con un exceso de 21.000 decesos.

El resto de las franjas temporales de exceso de mortalidad en España se sitúan en 2021. La más reciente es la del 18 y el 23 de octubre, seis días en los que se observaron 470 fallecimientos no previstos.

Sin embargo, el Instituto de Salud Carlos III ha detectado 407 muertos por infección de coronavirus en los primeros 26 días de este mes. Si esta cifra se confirma tras la consolidación de los datos, octubre sería el mes con menor número de defunciones desde el comienzo de la pandemia, por debajo de junio de este año (578) y del de 2020 (603).

La cirujana Ángela Hernández (AMYTS) reconoce que «la inmensa mayoría» de los pacientes contagiados por la Covid-19 que se encuentran con cuadros graves en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) «son personas no vacunadas. También hay algunos vacunados, pero sobre todo se trata de personas inmunodeprimidas y con factores de riesgo».

Lorenzo Armenteros también se pronuncia en esta dirección. «Los casos más complicados y complejos se están dando entre los no vacunados. Los que encontramos en vacunados son moderados y más leves», asevera. 

La portavoz de AMYTS muestra su alivio porque las vacunas hayan funcionado, ya que cree que «una quinta ola con la variante Delta y sin vacunas nos habría llevado a una situación de colapso hospitalario como la de marzo de 2020».

Las regiones más golpeadas de Europa

Además, España e Italia coparon la clasificación de los territorios europeos con mayor exceso de mortalidad en 2020, según reveló el barómetro anual del Comité Europeo de las Regiones a partir de datos de Eurostat.

El primer puesto a nivel comunitario fue de la Comunidad de Madrid (+44 %), mientras que Castilla-La Mancha se situó en la tercera posición (+34%). Castilla y León (+29%) y Cataluña (+27%) completan la presencia española, ocupando el sexto y el octavo lugar.

El informe del órgano consultivo de la Unión Europea considera que una alta edad media de los habitantes, una elevada densidad de población, la presencia de comorbilidades y una proporción elevada de ancianos en residencias de mayores son algunos de los factores más relevantes para explicar este fenómeno.

Así, apunta que las regiones del centro de España más afectadas «tienen la mayor proporción de personas mayores viviendo en residencias» y que «las personas muy frágiles tuvieron pocas oportunidades para combatir el virus, especialmente en la primera ola, cuando el equipamiento de protección personal era escaso».