Países de la OCDE con mayor esperanza de vida y variación entre 2019 y 2020José Ramón Pérez

Covid-19

La esperanza de vida en España bajó un año y medio en 2020 por la pandemia

España pasó de ser el tercer país de la OCDE con mayor esperanza de vida en 2019 al séptimo en 2020

la pandemia ha reducido un año y medio la esperanza de vida en España, pasando de 83,9 años en 2019 a 82,4 en 2020. Solo Estados Unidos (-1,6) ha experimentado una caída mayor entre los treinta países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) analizados, que registraron una bajada media de 0,6 años de vida.

El informe de salud bianual de la OCDE revela que la Covid-19 causó alrededor de 2,5 millones de muertes en los países que integran este grupo y contribuyó, de forma directa o indirecta, a un incremento del 16 % en el número de fallecimientos esperados durante este periodo.

En España, el exceso de mortalidad acumulado en 2020 y el primer semestre de 2021 –1.841 fallecimientos por millón de personas– se situó por encima de la media de este organismo –1.499–. Además, las defunciones entre personas mayores de 65 años fueron un 15 % superiores a las esperadas, un aumento que también fue registrado en Bélgica, Italia, Polonia y Eslovenia.

Golpe a la salud mental

Por otro lado, este organismo reconoce que la pandemia «ha tenido un impacto negativo significativo en la salud mental de la población».

Así, el 22 % de los españoles sufrieron ansiedad o síntomas asociados entre marzo y abril de 2020, siendo el octavo país entre los quince analizados con mayor prevalencia. En México o Estados Unidos se llegó a ver afectada la mitad de la población. La depresión también afectó durante el confinamiento al 19 % de los españoles.

El personal sanitario fue uno de los colectivos más damnificados por los problemas de salud mental. Más de la mitad de los profesionales de la salud sufrieron síntomas de ansiedad (59 %) o de trastorno postraumático (57 %), y un 46 % presentó signos de depresión, según un artículo científico publicado en abril del año pasado.

«La pandemia silenciosa»

El informe cuantifica el impacto de la paralización de la actividad no urgente o imprescindible en los hospitales en 2020. Así, el porcentaje de mujeres españolas entre los 50 y 69 años que fue examinada por cáncer de mama bajó del 81 % de 2017 al 74 % el año pasado.

En esta línea, un estudio del Instituto Catalán de Salud asegura que la detección de cánceres cayó un 34 % entre marzo y septiembre de 2020 respecto a la cifra prevista. La mayor bajada se dio en los cánceres de piel (43,7 %), de próstata (33,3 %), colorrectal (27,3 %), pulmón (20 %) y mama (17 %).

La vicesecretaria general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), Ángela Hernández, afirma que durante estos meses «se aplazaron los planes de prevención, se pospusieron los cribados, lo que se unió a la dificultad para evaluar los signos y síntomas de sospecha de cáncer a través de la telemedicina y la escasa accesibilidad a pruebas complementarias. Lo diagnosticado se siguió tratando, el problema es lo que no se identificó».

Otro efecto de la pandemia ha sido la ampliación del tiempo de espera de los pacientes para ser sometidos a intervenciones quirúrgicas. Así, las personas que requerían un reemplazo de cadera tuvieron que aguardar 128 días de media para ser operados en 2020, frente a los 66 días de 2019.

La vacuna redujo un 86 % las muertes

La OCDE reconoce que las vacunas han demostrado «ser menos efectivas para parar la infección sintomática por la variante Delta, pero siguen siendo muy efectivas (por encima del 90 %) frente al ingreso hospitalario».

Este organismo asegura que las muertes semanales por Covid-19 cayeron un 86 % desde finales de enero entre los doce países que superaban el 65 % de su población vacunada a mediados de octubre –España está en tercera posición–.

El estudio también atestigua que una de cada cuatro personas contagiadas por el coronavirus en todo el mundo siguieron experimentando síntomas de la enfermedad durante las cuatro o cinco semanas después de confirmarse su positivo.

Los más comunes son la dificultad para respirar, la fatiga y la ansiedad. Los factores de riesgo para sufrir Covid-19 de larga duración son ser mujer, tener una edad elevada, sufrir de sobrepeso, haber sido hospitalizado por la enfermedad y haber sufrido un número de síntomas importante durante la fase aguda de la enfermedad.