Representantes del Gobierno central y autonómicos se ven las caras en las «Jornadas del Sistema Nacional de Salud sobre Vigilancia en Salud Pública» convocadas en ZaragozaMinisterio de Sanidad

Coronavirus

Las comunidades aprietan al Gobierno para que ponga fin al uso de las mascarillas en interiores

  • El Ministerio de Sanidad y las autonomías confrontan este jueves sus posturas a la hora de decidir sobre la nueva estrategia frente a la COVID-19

  • La gran incógnita pasa por saber cuándo decidirá el Ejecutivo la eliminación del cubrebocas en el interior, medida vigente desde hace un mes

  • Un estudio cuestiona la eficacia de las mascarillas en las escuelas

El Ministerio de Sanidad, con Carolina Darias a la cabeza, y las comunidades autónomas, confrontan sus posturas este jueves sobre la nueva estrategia a seguir frente a la COVID-19. La hoja de ruta, a día de hoy, no despeja la X de la gran incógnita: cuándo y dónde se eliminará la mascarilla en los interiores, una medida vigente desde hace justo un mes.

Reino Unido, Francia, Italia, Dinamarca, Bélgica, Suecia… No son pocos los países de su entorno que ya han suprimido o al menos han puesto fecha a la obligatoriedad de cubrirse la boca en interiores.

En España, los representantes del Gobierno central y los autonómicos discuten sobre ello durante las 'Jornadas del Sistema Nacional de Salud sobre Vigilancia en Salud Pública'.

La nueva estrategia busca centrarse en los más vulnerables, algo reclamado por varios expertos, y dejar de notificar como hasta ahora: es decir, se acabó el conteo diario de contagios o la realización de pruebas diagnósticas para casos médicos de carácter general, así como el aislamiento de leves y asintomáticos.

Las regiones aprietan

Para ganar tiempo ante la presión, esta semana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió a insistir en que dejará de ser obligatoria en interiores «pronto, muy pronto».

El Ejecutivo central tiene previsto, según varios datos publicados, abordar con las CCAA la posibilidad de retirar el cubrebocas en las aulas de los centros escolares, y más desde que un estudio ha dictaminado que apenas su uso tuvo incidencia respecto al control de la pandemia en las aulas.

Un primer paso necesario pero muy insuficiente para algunas regiones, que como Madrid, exigen que la medida se extienda a más supuestos, como podrían ser los bares o los centros de trabajo. La mascarilla se seguiría manteniendo en lugares delicados como el transporte público, hospitales o centros sanitarios.

No está sola la Comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso en esta reivindicación. Algunas autonomías socialistas, como la Valencia de Ximo Puig, en plena fiesta grande de sus Fallas, abogan por establecer avances desde «la prudencia y la seguridad».

Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, se mostró este miércoles partidario de una retirada de la mascarilla en espacios de interior de manera «gradual y responsable».

Cataluña ha dejado clara su postura de empezar a quitarlas en las escuelas progresivamente, empezando por los más pequeños, en la línea de lo que ha defendido la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Que el fin de las mascarillas en espacios cerrados debería ser una realidad cercana lo vaticinó ayer mismo el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que auguró que podrían desaparecer «en un periodo corto de tiempo», pues «en lugares donde la misma gente interacciona cada día probablemente ya no tenga sentido».