Salud
¿Provoca la contaminación atmosférica depresión entre los jóvenes?
La exposición prolongada a un ambiente con altas concentraciones de ozono puede contribuir a elevar los niveles de inflamación del organismo, una circunstancia que facilita el desarrollo de la depresión
La contaminación puede ser otra de las responsables de provocar depresión entre jóvenes y adolescentes, ya que según un estudio, la exposición al ozono estaría relacionada con un aumento de los síntomas depresivos a lo largo del tiempo.
Se trata de una nueva investigación publicada por la Asociación Americana de Psicología en la revista Developmental Psychology, que relaciona unos niveles altos de ozono con el desarrollo de sentimientos persistentes de tristeza y desesperanza, dificultades de concentración, trastornos de sueño y pensamientos suicidas.
Hasta ahora, estaba comprobado que una concentración excesiva de este gas, que se produce cuando varios contaminantes procedentes de tubos de escape de los vehículos de motor, centrales eléctricas y otras fuentes, podía provocar dolencias físicas como asma o virus respiratorios, pero no que tuviera consecuencias psicológicas.
La investigadora principal, Erika Manczak, profesora asistente en la Universidad de Denver, aseguró que: «Nuestros hallazgos realmente hablan de la importancia de considerar el impacto de la contaminación del aire en la salud mental, además de la salud física».
Contaminación y consecuencias
Los adolescentes pueden ser más sensibles a los efectos de la contaminación porque pasan más tiempo al aire libre. El ozono y otros componentes pueden contribuir a elevar los niveles de inflamación del organismo, una circunstancia que se cree que facilita el desarrollo de la depresión.
Los investigadores estudiaron los datos sobre el estrés en los primeros años de vida con 213 participantes adolescentes, de entre 9 y 13 años, de la zona de la bahía de San Francisco, comparando los datos sobre la salud mental de los participantes durante un periodo de cuatro años con los tramos censales de sus domicilios y los datos sobre la calidad del aire.
Los resultados pertenecen a una zona relativamente pequeña de Estados Unidos y son correlativos, es decir, no se puede demostrar que los niveles de ozono hayan provocado un aumento de los síntomas depresivos, sino solo que existe una relación entre ellos.
Una enfermedad inflamatoria
Según la ciencia, cuando la inflamación se instala en nuestro organismo, se perturba el funcionamiento del cerebro hasta el punto de ocasionar este trastorno mental.
Las moléculas que liberan nuestro organismo en caso de inflamación, debido, por ejemplo, a una infección, también se generan en el cerebro, que modifica su funcionamiento. Son las citocinas, cuyas cascadas moleculares provocan una disminución de neurotransmisores, sobre todo de serotonina, clave para nuestro estado anímico.