Pau Mateo, que se graduó en Lituania, es médico interno residente en Cirugía Torácica en ItaliaYoutube

Entrevista

Pau Mateo: «A la Sanidad española hay que darle la baja»

Creador del canal de YouTube Diario de un MIR y uno de los primeros médicos que tuvo que enfrentarse a la pandemia de la covid desde Italia

Pau Mateo (1991) es todo un 'trotamundos' de la medicina. Nacido en Barcelona y criado en Logroño, se graduó en Ciencias de la Salud en Kaunas (Lituania) y acabó ejerciendo en Italia, donde actualmente reside.

Además de su labor profesional como residente en cirugía en Varese, divulga ciencia y medicina en su canal de YouTube 'Diario de un MIR', que cuenta con 130.000 seguidores.

Ahora, acaba de ver la luz su primer libro, titulado de la misma forma y que edita el sello HarperCollins. Mateo, que atiende a El Debate una tarde que regresaba a su residencia desde la vecina Milán, confiesa que ha pensado en regresar a España, pero no sabe cuándo.

–¿Por qué este libro?

–Fue una propuesta de la editorial que acepté encantado porque era una cosa que siempre tuve en mente hacer. Primero me tuve que convencer de que era capaz de transmitir la historia que quería contar.

–¿En qué punto vital y profesional se encuentra tras un periplo profesional tan ajetreado?

–Formándome como cirujano torácico. Si todo va bien, en unos tres años seré cirujano junior y se abrirá un nuevo capítulo. Con muchas ganas de seguir construyendo. Como divulgador, sigo interesado y cada vez afinando mi bisturí para escribir y comunicar mejor. Aunque ahora estoy en Italia, de aquí a cinco años no sé donde estaré, quizá Corea, Emiratos Árabes Unidos o de vuelta en España.

–¿Cómo fue afrontar el inicio de la pandemia de la covid desde el norte de Italia, primer país europeo afectado, y aquellos momentos donde se sabía poco o nada?

–Si te digo la verdad, no sé si lo he asimilado aún del todo. Era algo completamente desconocido. En aquellos momentos todos hacíamos de portavoces de la OMS y con la información que había en ese instante todo parecía indicar que sería un tipo de virus respiratorio más. Cuando empezamos a reaccionar, fue un tsunami donde veíamos los pacientes fallecer y no podíamos hacer nada por ellos porque no teníamos oxígeno.

Divulgar es tan importante como investigar porque los avances deben llegar al público

–Dos años después, ¿qué factura le ha pasado?

–De no poder dormir, de cerrar los ojos y ver aún a esas personas que se fueron, de oír sonar las alarmas del hospital por los niveles bajos de oxígeno con el que atendíamos a los pacientes, miradas de los que sabían que no llegarían al final del día... La muerte es una compañera de trabajo.

–¿Dónde está el éxito de su canal tratando algo como la divulgación médica?

–En ser natural. Las redes sociales se han nutrido de experiencias donde al final ninguno éramos fieles a nuestra vida real. Precisamente por eso ayuda, hablar de las cosas como realmente son y normalizar los problemas. La divulgación debe ser transmitida con pasión. Si te gusta lo que haces y lo compartes, todo es más fácil.

–En el caso de los medios de comunicación, ¿les molesta que solo recurramos a los médicos cuando ocurre una catástrofe, olvidándonos el resto del tiempo de los asuntos de investigación o divulgativos?

–Hacer investigación es esencial, como divulgar. Los avances deben llegar al público. Lo que me da rabia y por eso dejé de dar entrevistas, a pesar de que yo no era un experto, pero se dio la circunstancia que estaba en la zona cero, era que notaba que algunos medios me llamaban para rellenar minutos o me colocaban al mismo nivel que por ejemplo, un torero, para hablar de la pandemia.

–¿Cómo es posible que durante la pandemia se haya colado un nicho lleno de desinformación, mentiras, negacionismo…?

–La lectura que yo hice es que en una situación nueva, donde los Gobiernos hacían una cosa y luego la otra, se formaron aguas que debían ser navegadas.

Yo sin ir más lejos grabé un vídeo en esos primeros momentos donde decía que esto solo era una gripe más complicada y cuando quedó desactualizado, decidí borrarlo. A partir de ahí, gracias al miedo y a la incertidumbre, ha habido personas que han aprovechado para vender sus propios cuentos. Para mí también sería fácil hablar del nuevo orden mundial y el poder oculto, porque todos necesitamos un chivo expiatorio, ya que el virus es algo que no se ve con los ojos.

–Desde Italia, ¿cómo ves la Sanidad española?

–A la Sanidad española tendríamos que darle la baja. Cuando no había pandemia, había mucha gente que pedía citas a las que luego no acudía, se sobrecargaban las urgencias y, para colmo, los dirigentes, me da igual el partido, tampoco han ayudado con sus decisiones. Por lo que yo sé, en Francia o en Italia, que no están para tirar cohetes, no hay guardias de 24 horas, algo que por cierto está prohibido por la Unión Europea.

Otro punto con el que no estoy de acuerdo es con el tema del MIR. Pienso que se deberían abrir las plazas que se necesiten. Se están jubilando muchos médicos, y para colmo hay fuga de médicos formados.

España forma médicos que luego se van a otros países que ofrecen mejores condiciones

–Reivindica un cambio de paradigma en cuanto a la especialidad y la formación.

–En España se ha hecho negocio con la vocación de querer ser médico. Hace tres años éramos el segundo país del mundo con facultades de Medicina per capita por detrás de Corea del Sur. ¿Qué sucede? Formamos muchos médicos y asumimos el coste de esa formación y luego no le damos el lugar y el espacio donde trabajar, porque no se abren las suficientes plazas. Te llegan países europeos como los nórdicos que dicen tú fórmame bien a los médicos que luego yo los importo y les meto en mi sistema sanitario con condiciones más dignas. Estamos siendo el hazmerreir de Europa a costa de los médicos que nos quedamos sin entrar en la especialidad que queríamos.