Salud
Estos son los principales problemas de dormir poco y mal
Hay muchos motivos que perjudican a la mente. El más importante es que los móviles, tablets, ordenadores o televisiones emiten luz azul
La falta de sueño no necesariamente tiene que ceñirse a las ocho horas diarias, como se cree. Basta con no dormir lo suficiente. Según la doctora María José Martínez, coordinadora del grupo de trabajo de cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES), lo ideal es que tengamos cuatro ciclos completos en una noche de sueño, por lo que los adultos deberían dormir en torno a unas siete o nueve horas diarias.
Si esto no ocurre, la persona experimentaría un déficit de sueño que se podría traducir en somnolencia, dificultad para concentrarse, absentismo laboral, escolar, bajada de rendimiento y una serie de trastornos momentáneos durante los días que dura la baja calidad del sueño.
El sueño se divide en distintas fases. La primera fase del sueño se denomina no REM. Este tipo de sueño está relacionado con la recuperación física. Durante esta etapa se recupera el cuerpo a nivel muscular. Además, se aumentan varias hormonas como la del crecimiento, que ayuda a cicatrizar las lesiones.
En 2013 se publicó la definición de la función del sueño REM (movimientos oculares rápidos). Se trata de la segunda fase del sueño, donde la recuperación es mental, ahí se recompone todo el cansancio cerebral.
Hasta hace unos años no se sabía por qué ocurría esto. «Se creó un estudio en el que ponían debajo de una plataforma a ratones. En el momento en que se dormían los tiraban al agua para despertarlos. No se sabía que es lo que ocurría, pero a los 15 días los ratones morían. Estaba claro que además del descanso físico estaba el mental».
La fase de los sueños irracionales
La fase REM es la etapa en la que ocurren los sueños irracionales, aquellos que no entendemos por qué ocurren en lugares extraños: «Son en los que no encontramos la explicación de por qué han pasado, ya que estamos, por ejemplo, en una casa que de repente se convierte en un coche», explica la doctora.
«En ese momento lo que vienen es lo que nosotros llamamos barrenderos de las calles del cerebro. Nuestras neuronas trabajan y, según va pasando el día, acumulan unas sustancias de desecho tóxicas que se van produciendo», explica Martínez.
«Estos barrenderos, que vienen por la noche en esta fase REM, limpian las calles del cerebro y hacen que estemos bien al día siguiente, con todas las connotaciones que pueda llevar el hecho de tener una recuperación cerebral adecuada», anota.
Si esto no ocurre, las sustancias tóxicas se precipitan y se quedan en el cerebro fijas. Entonces, ¿cuál es el problema de dormir poco? Que no llegamos esta fase REM. No llegamos a dormir profundamente y a eliminar estas sustancias. «Si el cerebro no elimina esto se van acumulando y es perjudicial porque están relacionadas con el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer».
«En muchas ocasiones creemos que por dormir poco se puede recuperar el fin de semana, pero la realidad es que esto no ocurre. Las sustancias que no se limpian a la noche se acumulan y no se pueden limpiar en el fin de semana. Este concepto y recuperar el sueño no existe», aclara la coordinadora de SES.
Si alargamos en el tiempo problemas de sueño, se podría producir un envejecimiento prematuro
Además, según comenta, los trabajadores que tiene cambios de horarios y de turnos tienen más posibilidades de desarrollar varios tipos de cáncer asociado al desajuste dl sueño.
Un problema, la diabetes
«Si alargamos en el tiempo problemas de sueño, se podría producir un envejecimiento prematuro, problemas gastrointestinales, obesidad, sobrepeso, diabetes», explica la doctora Martínez.
Como explica, «esto ocurre porque si prolongamos o retrasamos el momento de ir a dormir, nos llevamos también la cena a una hora tardía». En el momento de dormir aumenta la hormona del sueño, la melatonina, que es incompatible con el azúcar. «Cuando hay melatonina en sangre porque estamos preparados para dormir, no debería haber una alta glucemia en sangre», recalca la coordinadora del SES.
El móvil puede dar lugar a una sobreexcitación mental
Además, añade que si esto ocurre se crea una especie de resistencia a la insulina y traduce en diabetes. En el momento que tomamos azúcar de noche nuestro cuerpo no es capaz de eliminarlo de la sangre. Si esto se repite muchas noches, al final puede de desembocar en el desarrollo de diabetes y en problemas como la obesidad o el sobrepeso.
El móvil quita el sueño
Hay muchos motivos que perjudican a la mente. El más importante es que los móviles, tablets, ordenadores o televisiones emiten luz azul. En todo el espectro de la luz, la azul es la que más incide sobre el sistema circadiano. Esta luz es la que emiten todos los dispositivos electrónicos.
«Si nos vamos a la cama y nos ponemos una pantalla en la cara es perjudicial porque emite muchísima luz azul. Si esto ocurre le estamos diciendo a nuestro reloj interno que tenemos que despertarnos y ponernos en marcha, cuando debería ser totalmente lo contrario. No solo estamos percibiendo esa luz que está poniendo en marcha nuestro reloj, sino que además el móvil puede dar lugar a una sobreexcitación mental», declara la experta.
«Hay gente que utiliza la televisión para dormirse y es malo el hecho de tener esta luz, pero si bajamos la intensidad, cuidamos los colores de la televisión podría ser algo mejor, pero no es bueno aun así. Sin embargo, hay una diferencia, la televisión solo la vemos, con el móvil interactuamos», concluye la doctora del sueño Martínez.