Escaneos cerebrales tomados con seis meses de diferencia muestran la progresión de un deterioro cognitivo leve por la enfermedad de AlzheimerSinc

Enfermedades

Una nueva técnica logra detectar el alzhéimer precoz en el 98 % de los casos

El hito es significante por la dificultad que entraña diagnosticar la enfermedad en su etapa más incipiente, y porque todas las pruebas disponibles ahora mismo pueden llegar a tardar varias semanas en revelar su resultado

Nuevo y prometedor avance en la lucha contra el alzhéimer. Un equipo de científicos británicos del Imperial College de Londres informó este lunes acerca de una nueva técnica que permite el diagnóstico precoz de la enfermedad mediante un simple escáner cerebral. El método, desarrollado por los propios investigadores, ha obtenido un 98 % de resultados exitosos en una muestra total de 400 pacientes.

El hito es significante por la dificultad que entraña detectar la enfermedad en su etapa más incipiente, y porque todas las pruebas disponibles ahora mismo pueden llegar a tardar varias semanas en revelar su resultado.

«Esperar un diagnóstico puede ser una experiencia horrible para los pacientes y sus familias. Si pudiéramos reducir la cantidad de tiempo que tienen que esperar, hacer que el diagnóstico sea un proceso más simple y reducir parte de la incertidumbre, sería de gran ayuda», apuntó en un comunicado Eric Aboagye, profesor de Farmacología del cáncer en el Imperial College e investigador principal del estudio. Un diagnóstico rápido en una fase precoz puede ser clave para que los pacientes comiencen a recibir tratamiento antes y pueda trazarse un plan de actuación con mayor anticipación.

La técnica desarrollada, mucho más simple que las ya existentes, emplea una tecnología de inteligencia artificial con la que observa las características estructurales dentro del cerebro, incluso en regiones que no estaban previamente asociadas a la patología.

La enfermedad de Alzhéimer es la forma más común de demencia y afecta a más de 46 millones de personas en todo el mundo

«Aunque los neurorradiólogos ya interpretan las resonancias magnéticas para ayudar a diagnosticar la enfermedad de Alzhéimer, es probable que haya características de las exploraciones que no sean visibles, incluso para los especialistas. Usar un algoritmo capaz de seleccionar texturas y características estructurales sutiles en el cerebro que se ven afectadas por el alzhéimer realmente podría mejorar la información que podemos obtener de las técnicas de imagen estándar», señaló el neurólogo Paresh Mahotra.

Para desarrollar el método, el equipo dividió el cerebro humano en 115 regiones y estableció 660 características relativas a distintas cuestiones, como el tamaño, la textura y la forma. Con esto, crearon un algoritmo al que enseñaron a diferenciar entre regiones y características y detectar, en definitiva, la presencia de la enfermedad.

Entre los 400 pacientes en los que fue probada la técnica se incluían pacientes con alzhéimer en fase temprana y avanzada, así como enfermos de párkinson y otras afecciones neurológicas y personas sin ningún tipo de trastorno. Además de detectar con precisión la enfermedad en el 98 % de los casos, el método fue incluso capaz de diferenciar si se trataba de una fase temprana o avanzada con un 79 % de acierto.

«Actualmente, ningún otro método simple y ampliamente disponible puede predecir la enfermedad de Alzhéimer con este nivel de precisión, por lo que nuestra investigación es un importante paso adelante. Muchos pacientes que se presentan con la enfermedad en las clínicas de la memoria también tienen otras afecciones neurológicas, pero incluso dentro de este grupo, nuestro sistema podría distinguir a los pacientes que tenían alzhéimer de los que no», apuntó el profesor Aboagye.

Otra de las novedades del sistema estribó en la detección de cambios en áreas cerebrales, como el cerebelo y el diencéfalo ventral, que no estaban asociadas hasta ahora a la enfermedad.

La enfermedad de Alzhéimer es la forma más común de demencia y afecta a más de 46 millones de personas en todo el mundo, una cifra que, se calcula, llegará a los 74,7 millones de casos para finales de esta década si no se realizan descubrimientos relevantes para evitarlo.