El Lloviu tiene el potencial de infectar células humanas y también de replicarse

Los humanos, los grandes culpables de la zoonosis

Al menos 10.000 especies víricas tienen la capacidad de infectar a los humanos, pero la gran mayoría de ellas circula de manera silenciosa en animales salvajes

Aunque aún no esté claro y haya muchas hipótesis al respecto, un murciélago procedente de una cueva del sur de China podría haber sido el causante de millones de muertos y contagios en cada rincón del mundo debido al coronavirus.

El virus provocado por este animal se trata de uno único con el mundo, a pesar de sus mutaciones. No obstante, no es el único virus que se ha extendido o se extenderá a causa de un episodio parecido al vivido en 2020.

Esto se produce debido a la zoonosis. Las zoonosis son enfermedades que se transmiten entre los animales vertebrados y el hombre, bien directamente, a través de alimentos o de vectores como mosquitos, flebotomos o garrapatas. Actualmente, hay descritas cerca de 200 zoonosis (o enfermedades zoonóticas) que el ser humano puede padecer.

«La mayoría de las zoonosis de los brotes endémicos, o muchos de los que hemos sufrido en las últimas décadas, provienen del sudeste asiático, donde hay un verdadero hacinamiento humano y animal», explica José Antonio López, director del grupo de Neurovirología y Profesor Titular de Microbiología en el Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid.

Según el manifiesto Desafíos del siglo XXI en prevención, bienestar y salud animal aproximadamente un 75 % de las enfermedades humanas emergentes actualmente son zoonóticas.

Los mosquitos, garrapatas o roedores son transmisores de enfermedades con un potencial pandémico enormeSergio MongePresidente de Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año aparecen en el mundo cinco nuevas patologías humanas, y tres de ellas son de procedencia animal. Hasta la fecha se han descrito poco más de 250 enfermedades zoonóticas, pero se estima que aún queden medio millón sin diagnosticar.

Un momento crítico para la sociedad

«Nos encontramos en un momento histórico crítico. Acabamos de transitar una pandemia y eso nos ha hecho aumentar nuestra sensibilidad hacia los riesgos que existen para la Salud Pública. Uno de los más importantes a día de hoy es la concentración en las zonas urbanas de vectores como los mosquitos, las garrapatas o los roedores, transmisores de enfermedades con un potencial pandémico enorme», ha denunciado el presidente de Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), Sergio Monge.

De hecho, un estudio recientemente publicado en la revista Nature ha comunicado de qué manera el sistema actual está favoreciendo la transmisión de enfermedades desde animales a seres humanos.

Según los autores de la investigación, adscritos a la Universidad de Georgetown (EE.UU.), el cambio climático está obligando a varias especies de animales a cambiar su hábitat hacia lugares donde las condiciones ambientales se adecúen a sus formas de vida. El problema está en el momento de la invasión de su hábitat por parte de los seres humanos. Cuando las personas ocupan la zona habitable de los insectos o animales automáticamente aumenta el riesgo de contagio por enfermedades zoonóticas.

Con el calentamiento global muchos de los vectores son capaces de sobrevivir y reproducirse en latitudes que hace unos años era impensableJavier LucientesCatedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza

Javier Lucientes, Catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, ha alertado del alto número de enfermedades latentes que existen en todo el planeta y de las que tanto aves como mosquitos son capaces de vehicular de un extremo al otro del mundo en muy poco tiempo.

«No existen enfermedades estancas acotadas en determinadas zonas del planeta. Las aves pueden llevar consigo en sus migraciones vectores como por ejemplo las garrapatas, transmisores de graves enfermedades, a lugares muy lejanos de su punto de partida en muy poco espacio de tiempo. Y ahora mismo, con el calentamiento global, muchos de estos vectores son capaces de sobrevivir y reproducirse en latitudes que hace unos años era impensable», ha explicado Lucientes.

El estudio estima que al menos 10.000 especies víricas tienen la capacidad de infectar a los humanos, pero que la gran mayoría de ellas circula de manera silenciosa en animales salvajes. De la misma manera, calculan que, con las proyecciones actuales en base al cambio climático y a los usos de la tierra, para el año 2070 al menos 3.139 especies de mamíferos se desplazarán de sus áreas de origen en búsqueda de nuevos hábitats.

Para tratar de frenar esta «invasión», los investigadores apuestan por la vigilancia viral y el rastreo del rango geográfico de las especies dado que, según apuntan, los objetivos marcados por acuerdos como el de París, en el que se proponía que la temperatura global no aumentase más de dos grados para finales de siglo, no lograrán impedir este desenlace.