¿Pueden los humanos contraer la rabia?

L a mayoría de personas asocian la rabia con los animales, especialmente con los perros. Sin embargo, esta enfermedad también se puede propagar a las personas. Se encuentra mayormente en los animales silvestres, como los murciélagos, los mapaches, los zorros y, en menor medida, en los perros. Aunque está presente en todo el mundo, es más habitual en Asia, África y América Latina.

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la rabia es una zoonosis vírica, producida por un virus de tipo RNA lineal monocatenario de la Familia Rhabdoviridae y del género Lyssavirus. Se trata de un proceso descrito en los mamíferos, inclusive el ser humano, de carácter agudo y que afecta al sistema nervioso central, provocando la muerte si no es tratada con máxima urgencia.

No obstante, la rabia no es contagiosa de una persona a otra. Son los animales infectados los que pueden contaminar al humano al morderlo o cuando la saliva del animal entra en contacto con los ojos, la nariz, la boca o una herida de una persona.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pretende erradicar esta enfermedad antes de 2030. Aunque España es un país libre de rabia desde 1978, en lo que va de año se han detectado cinco casos en Melilla, asociados a su cercanía con Marruecos, donde sí que está presente.

Este mismo organismo ha situado a nuestro país en nivel de riesgo alto de sufrir un brote de esta enfermedad, debido al bajo porcentaje de vacunación.

En caso de no tratarse, los síntomas de esta enfermedad comenzarán a aparecer entre tres y doce semanas después. Una vez surgen, la enfermedad suele ser letal en un 99 % de los casos. Los más destacados son los siguientes:

Cómo evitarla

En caso de tener que viajar a algún país donde esta enfermedad sea común, convendría vacunarse contra la rabia. Esto será aún más aconsejable si la estancia en el lugar en cuestión va a ser superior a un mes. Una vez allí, es conveniente evitar el contacto con cualquier animal –vivo o muerto–.

En caso de haber sido mordido o arañado por un animal, se deberá limpiar la herida con agua y jabón y, posteriormente, desinfectarla a base de alcohol yodo y vendarla. Lo siguiente será acudir al médico más cercano, y es que recibir tratamiento para la rabia justo después de la exposición tiene casi un 100 % de efectividad si se hace antes de que aparezcan los síntomas.