El doctor François Peinado, jefe de Urología y Andrología del Hospital Ruber de Madrid

Dr. Peinado

«La disfunción eréctil es un predictor de enfermedad cardiovascular y diabetes»

El doctor François Peinado asegura que a partir de los 50 años, el varón experimenta una serie de cambios fisiológicos importantes

La salud integral del varón incluye el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las diferentes patologías que aparecen en el hombre con el envejecimiento. A diferencia de las mujeres, que desde jóvenes tienen conciencia del cuidado de su salud, el hombre no adquiere este hábito hasta que cumple una edad.

A partir de los 50 años, el varón experimenta una serie de cambios fisiológicos importantes, como son la caída progresiva y anual de sus niveles de testosterona, y los problemas de erección y/o de próstata. Todos estos elementos condicionan de una manera muy significativa su salud, según explica el doctor François Peinado, jefe de Urología y Andrología del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid y experto en Peyronie, Disfunción Eréctil y Cirugía de Pene.

–¿Cuáles son las patologías urológicas más comunes?

–La hiperplasia de próstata se debe al crecimiento benigno de la misma y es una de las consultas más frecuentes al urólogo. Este aumento prostático va dificultando el vaciamiento adecuado de la orina causando múltiples síntomas. El cáncer de próstata es el tumor diagnosticado más frecuente y la probabilidad de padecerlo aumenta con la edad. Hoy en día, disponemos de marcadores en sangre y técnicas radiológicas avanzadas como la resonancia multiparamétrica que permite realizar biopsias de próstata mucho más precisas.

La testosterona es la principal hormona sexual masculina, pero también es fundamental en la producción de los glóbulos rojos, en el metabolismo de los huesos, en el control de los lípidos y de la glucosa en sangre. Los hombres con hipogonadismo (déficit de testosterona) tienen síntomas característicos: disminución de la actividad sexual, de la libido, de la cantidad de líquido seminal y de la calidad del orgasmo. Los síntomas no genitosexuales son menos conocidos: la osteoporosis (que en hombres no suele ser objeto de estudio), el insomnio, y la disminución de la memoria y capacidad cognitiva.

La disfunción eréctil es la incapacidad para mantener una erección adecuada para una relación sexual satisfactoria. A medida que el hombre envejece, el número de pacientes afectados va aumentando. La disfunción eréctil es un predictor de la enfermedad cardiovascular con años de antelación y también de la diabetes. Por ello, estos pacientes deben someterse a un estudio integral para descartar otras enfermedades.

Los problemas específicos del pene, como son la enfermedad de La Peyronie (curvatura del pene) que se manifiesta principalmente a partir de los 50 años y las otras patologías del pene, precisan de una atención altamente especializada.

–¿A qué edad se debe acudir por primera vez al urólogo?

–Si no hay problemas específicos o antecedentes familiares de cáncer de próstata, una buena edad para acudir al urólogo son los 50 años, en esa revisión se debe hacer un chequeo básico con analítica de sangre y una ecografía para medir el tamaño de la próstata. Si hay antecedentes, acudir a los 40-45 años.

–¿Qué es la enfermedad de La Peyronie?

–Una enfermedad de causa desconocida caracterizada por una placa fibrosa en el pene que produce una incurvatura del mismo durante la erección. Dependiendo de la extensión de la banda fibrosa, el proceso puede imposibilitar la penetración o hacer que la erección resulte dolorosa. La curvatura suele aparecer en varones de edad entre los 45 a 60 años de edad. Entre los factores implicados en la enfermedad, la teoría más aceptada es que los múltiples microtraumas que sufre el pene durante la actividad sexual provocarían una respuesta inflamatoria en individuos predispuestos y que finalmente evolucionaría a la fibrosis. Los síntomas más habituales son: deformidad del pene, dolor durante la erección y disfunción eréctil en muchos casos.

Se han probado muchos tratamientos locales con inyección de diferentes sustancias en la placa, pero no han demostrado una verdadera eficacia. En casos rebeldes y sin respuesta al tratamiento médico, está indicada la cirugía.

–En la sociedad, el tamaño de los genitales masculinos es un tema delicado y controversial ¿Existe una definición o medidas de un «pene estándar»?

–Los hombres buscan procedimientos de alargamiento de pene por diferentes motivos: información errónea sobre el tamaño «normal» del pene, razones estéticas, ansiedad, insatisfacción percibida de la pareja, incomodidad con el tamaño flácido del pene, síndrome dismórfico del pene, otras patologías como por ejemplo la disfunción eréctil, después de una prostatectomía radical por cáncer de próstata, después de la cirugía de implante de pene, priapismo o pene enterrado (el pene se va introduciendo en el panículo de grasa infrapúbico visualizándose cada vez menos),...

Por lo tanto, es importante establecer la patología subyacente antes del tratamiento para garantizar que se utiliza el método correcto para cada paciente. Además, el urólogo especialista debe proporcionarle una información precisa y evaluar las expectativas reales de cada individuo. Las solicitudes de alargamiento de pene deben tratarse como otras condiciones médicas, con una historia clínica completa que incluya la historia sexual y de relaciones, así como la exploración. La evaluación psicológica puede ser un complemento útil tras la entrevista con el paciente.

La mayoría de las solicitudes de alargamiento del pene provienen de hombres que perciben que su pene es «demasiado pequeño». El tamaño medio del pene en flacidez está alrededor de los 9-9,5 cm y en erección varía entre 13 y 14 cm, aunque, independientemente del tamaño normal, muchos hombres pueden sentirse infelices.

Se han realizado estudios sobre las diferencias de percepción entre hombres y mujeres, y mientras el 85 % de las mujeres estaban contentas con el tamaño del pene de su pareja, solo el 55 % de los hombres estaban contentos con el suyo.

La mayoría de los hombres que solicitan un aumento de pene tienen un pene de tamaño normal, según los estándares clínicos. Estos hombres pueden sufrir un trastorno dismorfofóbico del pene (excepto los varones con micropene) como una preocupación por un defecto menor o inexistente de la imagen corporal del tamaño o la apariencia del pene. Del mismo modo, algunos hombres pueden tener ansiedad por tener el pene pequeño, lo que implica un miedo y/o preocupación excesiva a que sus genitales sean observados y evaluados negativamente por los demás debido al tamaño.

Tanto el trastorno dismorfofóbico como la ansiedad por el pene pequeño excluyen a los hombres con un verdadero micropene, que se ha descrito como una longitud de pene flácido menor de 7 cm. El tratamiento del micropene es quirúrgico.

–¿Cómo tratar a los pacientes con dismorfofobia peneana?

–Los hombres con trastorno dismorfofóbico del pene pueden padecer intensos sentimientos de vergüenza y bochorno en relación con el tamaño de su pene, lo que conduce a una disminución de la calidad de vida. También muestran más conductas de evitación y búsqueda de seguridad en situaciones en las que se pueden mostrar sus genitales (por ejemplo, en un vestuario o con una pareja sexual). Del mismo modo, la angustia por el tamaño subjetivo del pene puede afectar negativamente a la función sexual. Un estudio demostró que el tamaño pequeño del pene comunicado por el paciente se asociaba a la disfunción eréctil, independientemente del tamaño real del pene medido. Además, los hombres que están anormalmente preocupados por el tamaño de su pene corren el riesgo de desarrollar sentimientos de baja autoestima y estado de ánimo en general.

El objetivo de las estrategias de aumento del grosor del pene que se examinan aquí es: aumentar la circunferencia del pene tanto en estado de flacidez como de erección, al tiempo que se mantiene un eje de aspecto natural y uniforme, conservando la integridad de la capacidad sensorial y de erección del paciente. Sin embargo, dado que el trastorno dismorfofóbico del pene es ante todo un diagnóstico psicológico, antes de emprender el aumento del perímetro es aconsejable en muchos casos realizar evaluaciones psicológicas, psiquiátricas y urológicas exhaustivas.

–¿En qué casos recomendaría las prótesis de pene ante una disfunción eréctil? ¿Disminuye la satisfacción del paciente tras la implantación de la prótesis?

–El último escalón de tratamiento de la disfunción eréctil, cuando los fármacos y otras opciones de tratamiento han fracasado, es la colocación de una prótesis de pene. En este caso, el resultado del tratamiento está garantizado por lo que el paciente tendrá una erección cuando lo desee y el número de veces que quiera. Son pacientes que han probado todas las opciones de tratamiento y que deseen una solución permanente a su problema.

Hay varios tipos de prótesis según las necesidades del paciente. Una prótesis de pene constará siempre de dos cilindros que se introducen en el interior de los cuerpos cavernosos. Los sistemas más avanzados constan de tres piezas y son los ideales debido a las erecciones más ‘naturales’ que se logran. Además, constan de una bomba que se coloca en el escroto para que el paciente pueda activar la prótesis a demanda. Todos estos elementos no se ven desde fuera, por lo que solo el paciente sabe que tiene una prótesis de pene. La implantación de una prótesis de pene depara una de las tasas más elevadas de satisfacción de entre las opciones de tratamiento de la DE.

En un reciente artículo que escribí sobre satisfacción con las prótesis de pene, hice mención del artículo publicado en el Journal of Sexual Medicine que describe que la mayoría de los hombres operados se mostraron «muy satisfechos» (62 %) y «satisfechos» (17 %) a diferencia de un 11 % que respondieron estar muy insatisfechos.

La mejoría de la función eréctil y sexual, el hecho de conseguir la penetración vaginal, el aumento de su auto-estima y la mejoría de la relación con su pareja eran los principales motivos para su alta satisfacción.

La disminución en el tamaño del pene, expectativas no cumplidas, erección no natural, eyaculación retardada, mal funcionamiento de la prótesis y factores de la pareja, fueron los principales motivos del pequeño grupo de no satisfacción de pacientes operados.

La conclusión es que los niveles de satisfacción en relación con esta cirugía son muy elevados, con un impacto muy positivo en la esfera psicológica y sexual de los hombres.

–¿En qué consiste y qué tipo de pacientes suelen solicitar la escrotoplastia?

–La escrotoplastia consiste en eliminar el exceso de piel sobrante en el escroto que conlleva a parecer tener un pene de menor longitud; también en ocasiones produce que los testículos cuelguen mucho, lo que produce molestias en la zona genital. Mejora la estética general del pene en pacientes que tienen mucha piel escrotal.

–¿Cuáles son los efectos psicológicos en los hombres ante todas estas afecciones sexuales consideradas socialmente como un tema tabú?

–Al afectar a la intimidad del hombre y dado que existen pocas unidades especializadas, la mayoría de los hombres no busca ayuda a pesar de tener una gran repercusión en sus vidas. Muchos hombres siente depresión ante la imagen de su pene; también tienen conductas de evitación ante las relaciones sexuales.

–Debido a este tabú, ¿suelen tardar mucho los pacientes en acudir a consulta?

–Cada vez atendemos antes y a más pacientes, de toda España y de otros países. Los hombres desean mantener una actividad sexual, y sentirse seguros y satisfechos con su vida íntima.

–¿Qué consejos daría a todos los hombres para mantener una buena salud sexual?

–Lo más importante es acudir a un experto urólogo para contar sus problemas, dudas y angustias. Y que el especialista a su vez, le escuche e informe sobre las expectativas reales de cada caso.

En nuestra unidad, disponemos de un equipo formado por urólogos, andrólogos, cirujanos plásticos y sexólogos para ofrecer la mejor solución que mejore la vida sexual del varón.