Cada año, casi 2,3 millones de personas son diagnosticadas con cáncer de mama en el mundoGTRES

Día Mundial contra el Cáncer de Mama

Cómo autoexplorarse el pecho para detectar un posible cáncer de mama

La autoexploración mamaria es fundamental a la hora de detectar cualquier anomalía que pueda alertarnos de un posible cáncer en el pecho

Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de mama es el tipo de cáncer más común en todo el globo, con más de 2,2 millones de casos solo en 2020. Según este organismo, cerca de una de cada 12 mujeres enfermarán de cáncer de mama a lo largo de su vida, una de las principales causas de mortalidad en el sexo femenino.

Esta enfermedad se origina en las células del revestimiento de los conductos o lóbulos del tejido glandular de los senos y, con el paso del tiempo, puede invadir el tejido mamario circundante. Aunque el tratamiento puede ser muy eficaz, es necesario una detección temprana para impedir la diseminación del cáncer y salvar vidas.

Qué es la autoexploración mamaria

El autoexamen o la autoexploración mamaria es una de las medidas más recomendadas por los ginecólogos para la detección precoz del cáncer de pecho pero, ¿en qué consiste exactamente?

Como explican desde Clínica Mayo, un autoexamen mamario es una inspección de las mamas que una persona se realiza a sí misma con el objetivo de detectar anomalías o cambios en el pecho para acudir al médico de forma rápida si se detectan signos de alarma, ya que existen muchas enfermedades que pueden producir cambios en las mamas, incluido el cáncer de mama.

Aunque la técnica no siempre es una manera fiable de detectar un posible tumor, una cantidad importante de mujeres informa que el primer signo de cáncer de mama fue un nuevo bulto en la mama que descubrieron ellas mismas. Es por ello que los médicos recomiendan familiarizarse con la consistencia normal de las mamas.

Cómo realizar una autoexploración

Para llevar a cabo una autoexploración completa puedes seguir los siguientes pasos:

Inspección visual

  • Siéntate o ponte de pie frente a un espejo con el torso desnudo y observa si hay alteraciones de tamaño, forma o simetría o si hay arrugas, hoyuelos u otras alteraciones en la piel de los senos.
  • Observa si los pezones están hundidos (invertidos).
  • Coloca tus manos sobre las caderas, presiona y observa si se producen cambios.
  • Coloca posteriormente los brazos sobre la cabeza y presiona las palmas de las manos una sobre la otra y vuelve a buscar cualquier alteración.
  • Levanta finalmente las mamas para observar los pliegues de la base. ¿Son simétricos? ¿Presentan alguna irregularidad?

Usa las manos

  • Una vez hayas realizado la inspección visual, es recomendable utilizar las manos para palpar las mamas. Para ello se recomienda hacerlo, o bien tumbado en una cama u otra superficie, ya que al recostarte el tejido mamario se vuelve más delgado y fácil de palpar, o en la ducha, ya que con el agua y el jabón los dedos se deslizan más suavemente sobre la piel.
  • Usa las yemas de los tres dedos de en medio o cualquier parte de la mano en la que poseas más sensibilidad.
  • Comienza a hacer diferentes niveles de presión palpando todo el tejido mamario. Aplica presión ligera para palpar el tejido más próximo a la piel, presión media para palpar un poco más profundo y presión firme para palpar el tejido más próximo al tórax y a las costillas. Aplica todas estas presiones en todas las zonas.
  • Es recomendable que sigas un patrón para asegurarte que has explorado la mama completa. Divídela en secciones y ve examinando con tranquilidad cada una de ellas, desde la parte más exterior hasta el pezón.

Cuándo acudir al médico

El cuerpo de las mujeres experimenta cambios a lo largo del ciclo menstrual y a lo largo de su vida. Encontrar un bulto no siempre es sinónimo de alarma. De hecho, se recomienda no hacer estas autoexploraciones en los momentos cercanos a la regla, ya que podemos alarmarnos innecesariamente. Del mismo modo, tenemos que entender que, con el paso de los años, el cuerpo cambia, y las mamas cambian a medida que envejecemos.

Entonces, ¿cuándo debemos consultar al médico?

Es recomendable acudir a la consulta del médico si notamos alguno de los siguientes signos:

  • Notamos un bulto o nódulo duro cerca de la axila.
  • Notamos un cambio en la mama, incluidos engrosamiento o pesadez, diferentes al tejido circundante.
  • Encontramos protuberancias, arrugas u hoyuelos en la piel de la mama.
  • El pezón se invierte en lugar de sobresalir.
  • Vemos erupciones, llagas, escamas o picazón.
  • Secreción sanguinolenta del pezón.

El médico recomendará la realización de una serie de pruebas para descartar cualquier enfermedad y, en el caso de que, por desgracia, se padezca cáncer, detectar de forma precoz el problema.