Una persona recibe la vacuna contra el COVID-19EP

Qué relación hay entre la vacuna de la covid, las trombosis y los ataques cardiacos

Mucho ha llovido desde ese 1 de marzo de 2020 cuando se confirmaba el primer contagio oficial de la covid-19 en España. Han pasado casi tres años y aún no podemos decir que hemos superado una pandemia que ha cambiado el mundo. Si bien las muertes y hospitalizaciones son mucho menores y los pacientes suelen ser personas de riesgo, el virus aún está entre nosotros y, según afirman los expertos, las nuevas variantes están causando mayores problemas que la gripe estacional. La vacunación sigue siendo la única solución para mantener el virus controlado en un momento en que los expertos ya alertan de la llegada de una octava ola en los próximos meses.

En un reciente escrito, el Consejo Asesor Covid-19 de la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (FACME) recomendaba la cuarta dosis de la vacuna a grupos de riesgo: «La administración de una dosis de recuerdo tiene el objetivo de aumentar la protección, teniendo en cuenta el progresivo descenso con el tiempo de la inmunidad generada por las vacunas y la infección, junto con el hecho de que estén circulando variantes con elevado escape a esa inmunidad previa», dice la organización. Entre la población que ya está recibiendo la vacuna están los mayores de 60 años, personas internas en residencias y con enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias, diabetes mellitus, enfermedad renal crónica, enfermedad hepática crónica, cáncer y hemopatías malignas o inmunosupresión, entre otras así como el personal sanitario y sociosanitario.

Sin embargo, y a pesar de que todos los estudios confirman que las vacunas son seguras, eficaces y las reacciones graves después de la vacunación son poco frecuentes, lo cierto es que poco se sabe sobre si son las responsables de determinados problemas entre la población como miocarditis, pericarditis o tromboembolismo venoso y esto hace que ciertos sectores sean reacios a ponerse una tercera o cuarta dosis de refuerzo, temerosos de las consecuencias de las vacunas.

Reacciones adversas de las vacunas

Una de las reacciones adversas de las vacunas que se han reportado en distintos estudios como el publicado en el Journal of the American College of Cardiolog afirma que la incidencia de miocarditis, pericarditis o miopericarditis es de dos a tres veces mayor después de una segunda dosis de la vacuna Moderna Spikevax en comparación con la vacuna Pfizer BioNTech. Sin embargo, concluyen que los casos generales de inflamación cardíaca con cualquiera de las vacunas son muy raros.

Otro estudio en España, que abarcó desde el 1 de febrero de 2021 hasta el 26 de septiembre de 2021, reporta casos de síndrome de trombosis con trombocitopenia (STT) asociados a la vacunación en 45 pacientes, 37 vacunados con AstraZeneca y ocho con Janssen. A lo largo de esos casi ocho meses se administraron 9.771.767 dosis de la vacuna de AstraZeneca (5.103.885 primeras dosis y 4.667.882 segundas dosis) y 1.959.146 de la vacuna de Janssen. Así pues, frente a casi 10 millones de dosis de la vacuna tan solo hubo 37 casos de trombosis.

Daños que causa la covid

Un estudio reciente publicado en Communications Biology describe que las personas infectadas con la covid-19 tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar inflamación del músculo cardíaco, ritmos cardíacos anormales, coágulos de sangre, derrames cerebrales, ataques cardíacos e insuficiencia cardíaca durante al menos un año después de la infección, en comparación con aquellos que no han sido infectados con el virus. Los investigadores afirman que ni las vacunas ni los medicamentos para disminuir la gravedad de la enfermedad de la covid protegen al corazón ni a otros órganos del daño que puede causar incluso una infección leve.

Mark T. Gladwin, vicepresidente de Asuntos Médicos de la Universidad de Maryland afirma: «Demasiados pacientes que se han recuperado de la covid terminan con enfermedades cardíacas peligrosas semanas o meses después, y necesitamos conocer las razones fundamentales por las que esto está sucediendo».

«Vacunas seguras y eficaces»

El doctor Tomas Chivato, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo CEU, es contundente sobre la utilidad y seguridad de las vacunas contra la covid: «La vacunas son seguras y eficaces y si ponemos en la balanza los beneficios y los riesgos ganan por goleada los primeros» y añade: «Los efectos secundarios más frecuentes son leves o moderados –dolor de cabeza, fatiga y dolor en la zona donde se administró la inyección– y desaparecen en pocos días mientras que las reacciones graves después de la vacunación son muy poco frecuentes».

Para el doctor Chivato «el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS, por sus siglas en inglés) posterior a la vacunación contra la covid es muy poco frecuente, con aproximadamente cuatro casos por cada millón de dosis administradas. El TTS es una reacción adversa grave, que causa coágulos en grandes vasos sanguíneos y recuento bajo de plaquetas (las células sanguíneas que contribuyen a la coagulación)». Algunos factores de riesgo descritos asociados a este síndrome son la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial y se han descrito más casos en mujeres que en hombres.

«Teniendo en cuenta el balance beneficio/riesgo, no hay duda de la eficacia y seguridad de la vacuna frente al SARCOC2 y es necesario continuar con esta estrategia de vacunación», concluye Chivato.

Nuevas vacunas

Las nuevas vacunas que están siendo introducidas son bivalentes y activas frente a las variantes ómicron. Entre las potenciales nuevas vacunas que se introducirán en el próximo año, se encuentra una vacuna basada en una proteína recombinante que emula el dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína Spike (S) en desarrollo por la compañía española Hipra.

También están en desarrollo diferentes vacunas de administración nasal u oral, las cuales facilitarían las campañas de vacunación masiva gracias a ventajas como una mayor estabilidad y vida útil de las vacunas, permiten la autoadministración y necesitan menos requerimientos tecnológicos para el almacenamiento, la distribución y el transporte.