Sarpullido causado por escarlatinaCreative Commons

¿Debemos preocuparnos por la escarlatina? La enfermedad para la que no hay vacuna

La fiebre escarlata se contagia por el aire y se trata con antibióticos

Aunque suene a enfermedad erradicada, lo cierto es que la escarlatina regresa cada invierno a las consultas españolas, y a pesar de que no existe una vacuna para prevenirla, los antibióticos son eficaces para combatirla. Los niños son los principales afectados, aunque sus padres tienen muchas papeletas de contagio de esta enfermedad bacteriana causada por estreptococos del grupo A. Estas bacterias suelen producir una toxina que causa un sarpullido 'escarlata' que le da el nombre a la enfermedad.

Se transmite desde la persona enferma a la sana a través del aire por las gotitas de saliva. También pueden contagiar las personas portadoras a través de objetos o alimentos, aunque es menos frecuente. Tiene un periodo de incubación de entre 3 y 5 días y, en ese tiempo es asintomática. Los síntomas surgen de forma brusca a lo largo de 3 o 4 días y puede persistir durante semanas, según informa la Clínica de Navarra.

Tratamiento con antibióticos

Al tratarse de una infección bacteriana el tratamiento es con antibióticos, ya sea por vía oral o inyectables, durante diez días. Según informan expertos de Sanitas a las 24 horas de haberse iniciado el tratamiento con antibióticos ya no se podrá producir el contagio, por lo que el niño podrá ir al colegio en cuanto se sienta mejor, sin riesgos para sus compañeros.

Síntomas de la escarlatina

  • Dolor de garganta con enrojecimiento intenso
  • Fiebre
  • Recubrimiento blancuzco en la lengua al principio de la enfermedad
  • Lengua «aframbuesada» (roja y con pequeños bultos)
  • Enrojecimiento intenso de la piel en los pliegues de las axilas, los codos y la ingle (área donde el abdomen se junta con los muslos)
  • Sarpullido rojo que al tacto parece papel de lija
  • Inflamación de los ganglios del cuello
  • Dolor de cabeza o corporal
  • Náuseas, vómitos o dolor abdominal

Al igual que la infección de garganta por estreptococos, la escarlatina es más común en los niños que en los adultos. Se presenta con mayor frecuencia entre los 5 y 15 años y es poco frecuente en menores de 3 años.