Al menos un 30% de la población de entre 20 y 40 años en España se ha realizado un tatuajeGTRES

¿Qué riesgos tiene hacerse un tatuaje? ¿Se pueden borrar fácilmente?

Según los expertos al menos un 30 % de la población de entre 20 y 40 años en España se ha realizado un tatuaje. Sin embargo no siempre se tienen en cuenta los riesgos asociados que conllevan. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), son cuatro los principales problemas:

1. La posibilidad de que el tatuaje se infecte.

2. El dolor que se experimenta durante el proceso y que variará en función de la zona tatuada. Las zonas más sensibles son cabeza, axilas, costillas, codos, ingles, rodillas y pies. En cambio, las áreas menos dolorosas son hombros, pecho, brazos y piernas.

3. El sangrado.

4. Las reacciones alérgicas que puede producir la tinta.

Por su parte, el Dr. Donís Muñoz Borrás, de la Clínica de Dermatología Médico-Estética del Dr. Donís Muñoz (Gandía, Valencia) explica que «Si bien los efectos adversos derivados de los tatuajes son poco frecuentes y representan un porcentaje muy bajo en la clínica diaria, es importante prestar atención a las reacciones que se pueden presentar en los días sucesivos e incluso con el transcurso de los años».

El experto afirma en un comunicado de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) que tanto en España como en Europa en general «siempre que se practiquen en un centro homologado, los tatuajes se realizan con suficientes garantías higiénico-sanitarias».

Respecto a los efectos secundarios, «las reacciones inflamatorias pueden aparecer en cualquier color de tinta, en un 80 % se producen debido a las tintas rojas», remarca el Dr. Muñoz Borrás. Las mismas se manifiestan a través de la hinchazón y prurito intenso –hormigueo o irritación de la piel que provoca el deseo de rascarse en la zona tatuada–, no siendo excepcional la ulceración de la piel; situación para la que recuerdan, «es fundamental requerir la atención por parte de dermatólogos».

Eliminación de tatuajes

Entre las técnicas y herramientas disponibles para la eliminación de tatuajes, los profesionales afirman que el empleo de láseres con tecnología en picosegundos (Ps) ha supuesto un «cambio significativos» frente a otros como el Q-Switched de nanosegundos (Ns), empleados desde los años 90 y que sigue siendo utilizado hoy en día.

La tecnología en Ps genera una mayor fragmentación de las partículas de tinta y, por consiguiente, una eliminación más rápida del pigmento. Además, «permite emplear fluencias mayores y más eficientes, sin acarrear un mayor daño tisular, y generan una menor incidencia de efectos adversos sobre la piel tatuada».

El Dr. Muñoz Borrás recuerda que «la complicación más frecuente, en este sentido, podría manifestarse en cicatrices de distinto grado, y que abarca desde cambios texturales hasta cicatrices hipertróficas y queloides».

Un proceso largo

Expertos de Sanitas afirman que el uso de la luz pulsante de un láser es una técnica prácticamente indolora, que se puede realizar utilizando una crema anestésica, aunque la sensación del pulso de energía del láser equivale a un ligero latigazo. También se aplica frío durante el procedimiento, lo que reduce las molestias.

Lo que si hay que tener en cuenta, afirman, es que el proceso es largo. Para uno que tiene una superficie de 100 centímetros cuadrados pueden hacer falta entre cinco y ocho sesiones de 15-20 minutos cada una, pero entre una y otra deben haber trascurrido de cinco a seis semanas, lo que en el mejor de los casos supone que el proceso completo tarda en realizarse algo más de seis meses.