Incontinencia, la enfermedad que se vive en silencio
Casi la mitad de los pacientes con incontinencia no consultan con su médico por miedo o por vergüenza
En España, se calcula que alrededor de 2 millones de españoles padecen incontinencia fecal y 6,5 millones urinaria. La Dra. Elena Bermejo, coloproctóloga del Hospital de La Princesa de Madrid, explica que «es una patología que tiene una prevalencia alta en la sociedad pero es invisible porque supone un gran estigma social que provoca que muchos pacientes vivan en silencio esta enfermedad, dificultando su diagnóstico y tratamiento a pesar de que en la actualidad afortunadamente contamos con muchas opciones terapéuticas».
Con el objetivo de desestigmatizar esta patología y promover la visita al especialista, Medtronic Ibérica ha puesto en marcha la campaña de concienciación La Mochila Más Pesada, con la que da su apoyo a la Asociación de Pacientes con Incontinencia, ASIA.
Fuerte carga emocional
La incontinencia es, además, una patología con una fuerte carga emocional. Miedo, depresión o ansiedad son sólo algunas de las consecuencias añadidas con las que muchos pacientes con este problema de salud también conviven. Son pocos los estudios que han evaluado el impacto emocional de esta patología en los pacientes, sin embargo, se estima que alrededor del 40 % de los pacientes con incontinencia anal sufre alteraciones psiquiátricas o problemas de salud mental.
«Cuando una persona comienza a sufrir incontinencia, su vida da un giro radical. Muchas de las personas que convivimos con esta enfermedad cargamos con una mochila llena de miedos, vergüenza e inseguridades», explica Àngels Roca, presidenta de ASIA. «Es importante que los pacientes alcen su voz y acudan al médico en busca de soluciones, pero también está en las manos de todos ayudarnos a aligerar la carga de esa mochila a través de su empatía y sensibilidad».
A pesar de que la incontinencia anal es una patología frecuentemente asociada a las mujeres o a las personas mayores, Àngels Roca recuerda que «esta enfermedad puede sufrirla cualquier tipo de persona, indiferentemente de su sexo o edad y que en cualquier momento cualquiera de nosotros puede convertirse en paciente. Por ello, no debemos estigmatizar a las personas que viven con este problema de salud».