Las capsulas o los comprimidos, al cortarlos pierden el papel que hace de protecciónPikist

¿Es peligroso cortar las pastillas por la mitad?

La pared externa del comprimido evita la degradación del medicamento y al partirla se pierde el efecto barrera

Desde 2015, la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos obliga a los farmacéuticos a exigir la receta para vender paracetamol de 1 g e ibuprofeno de 600 mg. Medida que se reforzó en 2019 con la entrada en vigor del Sistema Español de Verificación del Medicamento (Sevem). Los médicos afirman que, como norma general, no hay ninguna razón científica para recomendar el uso de ibuprofeno de 600 miligramos. Sin embargo, para aquellos pacientes acostumbrados al ibuprofeno de 600 para, por ejemplo, el dolor de cabeza o traumatológico, reducir la ingesta a 400 mg no siempre es sencillo por lo que, en algunos casos, se recurre a partir la pastilla e ingerir una y media. Pero, ¿entraña algún peligro para la salud cortar los comprimidos?

La farmacéutica Meritxell Martí Castanyer afirma que «las formas galénicas –la manera en la que nos tomamos un medicamento– son importantes. De hecho, se formula con la dosis adecuada. Si deseáramos un producto o fármaco que fuera multidosis, o que la dosis fuera variable, debería ser en gotas o jarabe.

Al cortar los comprimidos se está alterando la dosis y con ello la eficacia del tratamiento

La farmacéutica explica que «cuando se formula una capsula es imposible cortarla, abrirla y dividir la sustancia, porque nunca podremos controlar el contenido de esta, nunca podremos medir exactamente qué dosis estamos tomando». Y añade: «Hemos de tener en cuenta que los medicamentos no han de tener dosis variables a no ser que sea específicamente prescrito, la posología es la que va a marcar esa continuidad de dosis».

Por qué no se pueden cortar

«Las capsulas o los comprimidos, al cortarlos pierden el papel que hace de protección del ingrediente activo y de la administración controlada que contribuye en la eficacia y seguridad del fármaco. De hecho al cortar estos comprimidos se está alterando la dosis y con ello la eficacia del tratamiento».

¿Hay alguna excepción?

Martí Castanyer continúa explicando que «si hablamos de comprimidos, los únicos que se pueden partir son los ranurados, en los que ya está marcado, expresamente por donde se puede cortar, manteniendo siempre la misma dosis». Si no lleva la ranura y es absolutamente necesario partirla por falta de suministro de alguno de las dosis necesarias, siempre se debe hacer con un cortador de pastillas, en la que esta quedara depositada en el hueco, evitando que se mueva y garantizando un corte perfecto.

Diferencias de dosis

Al partir la cápsula si esta no está ranurada, «nunca conseguiremos un corte perfecto, de hecho, la propia forma del comprimido o la cápsula hace que sea más difícil cortarlas, por ejemplo, cuando son redondas u ovaladas, esto hace que sea diferente y desconocida la dosis que vamos a tomar en cada momento».

La pared externa del comprimido evita la degradación del medicamento y al partirla se pierde ese efecto barrera.

Función de la pared de la capsula

  • Protege frente a la humedad, lo que podría degradar el medicamento
  • Protección frente a la luz o el sol
  • Protección frente el medio ambiente, el oxígeno, puede evitar la oxidación y el deterioro del medicamento
  • Evita sabores y olores desagradables que permiten seguir la posología del fármaco
  • Que sea más fácil de tragar
  • Algunas son de liberación prolongada, o recubrimiento entérico, esto hace que la disolución en el tracto gastrointestinal sea de forma paulatina