Dr. Martín del Yerro: «Podemos hacer que el rostro rejuvenezca hasta diez años»

Dicen que la juventud es el eterno tesoro y si bien no podemos luchar contra el paso del tiempo, sí existen fórmulas para revertir, en parte, el envejecimiento al ir cumpliendo años. El doctor José Luis Martín del Yerro, uno de los cirujanos españoles más prestigiosos, ha consolidado en la Clínica de Cirugía Plástica Martín del Yerro unas técnicas propias que la han convertido en un referente en Europa. Cómo retrasar diez años el aspecto de la cara, rejuvenecer la mirada o conseguir una nariz que por su simetría pase desapercibida son algunos de los secretos que el cirujano ha compartido con El Debate.

–¿Cuáles son los signos del envejecimiento?

–Los signos de envejecimiento se producen por la evolución propia de los tejidos de la cara que tiene una serie de estructuras que llamamos tejidos blandos. Estos tejidos se comportan a lo largo de la vida como si fueran una tela de lycra, que se estira y se encoge pero que con el uso cada vez que se estira se encoge un poco menos. Esto provoca, al final un exceso de elasticidad, lo que llamamos flacidez que, por efecto de la gravedad, produce una caída que hace que los volúmenes de la cara cambien de posición. Se vacía la zona centro facial y se llena la zona mandibular. Los signos de envejecimiento por excelencia son la pérdida del óvalo facial. Eso es lo más determinante.

–¿Qué es la cirugía de rejuvenecimiento facial?

–La cirugía de rejuvenecimiento facial es precisamente recolocar los tejidos que han caído por efecto del envejecimiento de la gravedad y la flacidez. Hay que recolocarlos para redistribuir de nuevo los volúmenes de la cara y devolverla a un estado similar al de ocho o diez años antes. Hay que tener en cuenta que el rejuvenecimiento facial no es posible de una manera infinita. Es decir, no podemos devolver la cara de una persona de 60 años a una persona de 20, es imposible, pero sí podemos rejuvenecerla unos diez años.

No podemos hacer que la cara de una persona de 60 años aparente 20, es imposible

Es muy importante que esa cirugía esté hecha de tal manera que lo que consigamos es rejuvenecerla y no cambiarla, hay que mantener los rasgos identitarios de esa persona, mantener la fisonomía para que sea la que era hace diez años. Es importante hacerlo de esta manera porque es imposible parar el reloj, es decir, el envejecimiento va a continuar al día siguiente de la cirugía y es muy importante que esa cara vuelva a envejecer de la misma manera que lo hizo anteriormente.

–¿Esto es lo que conocemos como lifting facial?

– Si, eso es lo que se conoce como lifting facial. Y estas características son sobre todo lo que llamamos el lifting de vector natural, que es una técnica que hemos desarrollado nosotros a lo largo de los últimos 20 años y lo que hace es preservar muy bien los rasgos identitarios de la persona sin modificar las líneas de tensión ni modificar los vectores de ascenso. Es decir, la cara desciende siguiendo unos vectores, unas direcciones y es muy importante que en el rejuvenecimiento las hagamos inversos. Es decir, que hagamos el ascenso en el sentido inverso pero siguiendo el mismo vector para que esa persona sea la que era hace diez años. Ese es el vector natural.

–¿Hay alguna edad recomendada para hacerlo?

–El rejuvenecimiento facial es una cirugía que solo se puede hacer cuando hay signos de envejecimiento. No se puede rejuvenecer a una persona que no ha envejecido. Ese es el único requisito. En el momento en que hay signos faciales de envejecimiento, la cirugía se puede hacer. En unas personas llega antes y en otras más tarde. Depende de muchos factores, pero básicamente de las características de los tejidos. Hay personas que tienen tejidos más flácidos, menos elásticos y con más tendencia a la caída genéticamente heredados y otras que tienen tejidos más firmes que caen menos. No podemos decir que esta cirugía hay que hacerla a los 40, 50, 60 años. Lo importante es que no es una cirugía preventiva, sino que es una cirugía correctora. Es decir, no podemos prevenir el envejecimiento con cirugía. Hay otros métodos que lo pueden ralentizar, pero la cirugía lo que hace es rejuvenecer lo que ya está envejecido.

–¿En qué consiste la cirugía para rejuvenecer la mirada?

–En la mirada lo que sucede es que el párpado superior, que a lo largo de la vida se va estirando como si fuera una licra, se termina por crear una persiana de piel que se apoya sobre las pestañas. Esa, persiana produce, no solo signos de envejecimiento sino también de cansancio. Es muy típico que alguien venga a la consulta a decir: 'yo no me siento viejo, pero la gente me dice que me ve cansado'. En el párpado superior lo que hacemos es eliminar el exceso de piel de tal manera que se recupera la limpieza del párpado inferior y eso rejuvenece la mirada.

El otro aspecto también muy importante de la mirada es el párpado inferior donde las bolsas grasas que hay dentro de la órbita protruyen hacia afuera y forman la línea de la ojera. Eso es un signo de envejecimiento y también está muy relacionado con la enfermedad, con el malestar, con la falta de salud en general. Aquí lo que hacemos es eliminar las bolsas y un relleno de grasa propia para eliminar la línea de la ojera. Todo eso es lo que devuelve la mirada fresca.

–¿Qué es el QRP?

–El Quick Recovery Procedure (QRP) es un procedimiento de recuperación rápida, una técnica que diseñamos nosotros y que publicamos de manera internacional. Vimos que una de las preocupaciones más importantes de nuestros pacientes era que, después de una cirugía, tenían que recuperar su vida normal en un tiempo aceptable y el paréntesis quirúrgico tenía que ser lo más breve posible.

Para acelerar el proceso de recuperación vimos que había que hacer el menor daño posible a los tejidos

Para acelerar el proceso de recuperación vimos que había que hacer el menor daño posible a los tejidos, por lo tanto la cirugía debía ser muy precisa y la anestesia muy ajustada y si podía ser local mejor que anestesia general. Fuimos adaptando el método para que la recuperación fuera más rápida. Además, eliminamos al máximo el dolor y elaboramos una serie de protocolos analgésicos que los hemos publicado varias veces y eso hace que el paciente tenga una recuperación muy rápida.

Ahora, hemos dado un paso más y el QRP lo que pretende, no es solo que las personas se recuperen rápido, sino que incluso toda la experiencia sea agradable.

–¿En qué consiste la rinoplastia estética?

–La nariz es una estructura que no participa de la comunicación. El lenguaje no verbal está en los párpados, las cejas, los labios, los movimientos de la cabeza, las manos, el cuerpo. Pero la nariz y las orejas no dicen nada. Nunca transmiten información. Entonces, ¿por qué llama la atención una nariz? Llama la atención porque tiene alguna anomalía, alguna desproporción o alguna falta de armonía en la cara.

En la rinoplastia no se pretende hacer una nariz preciosa, sino corregir los defectos de la que tenemos

Se dice que la nariz más bonita que ha habido en el mundo es la de Catherine Deneuve. Nadie tiene ni idea de cómo es la nariz de la actriz pero, por ejemplo, todo el mundo sabe como es la nariz de Rossy de Palma o cómo era la de Michael Jackson. Una nariz solo llama la atención cuando tiene algún defecto, alguna desproporción.

Este concepto es muy importante porque hace que la rinoplastia se dirija, no a hacer una nariz preciosa, sino a corregir los defectos de la que tenemos. Habrá que corregir si es muy ancha, pero también si es muy estrecha, si la punta está caída o si está excesivamente levantada, si es muy larga o es muy corta. Lo que hacemos en la rinoplastia estética es llevar la nariz a la normalidad, a que no se vea y entonces decimos que es una nariz bonita. Es muy importante tener ese criterio de corregir los defectos más que construir una nariz ideal.

–Las operaciones de mama son una de las más frecuentes, pero escoger la forma correcta no siempre es algo sencillo. Explíquenos ¿qué es la fórmula Y?

–La fórmula Y es un número que diseñamos con el que trabajamos desde el año 2001 o 2002. Lo publicamos en el 2013 y este año vamos a publicar la mayor serie del mundo de cirugía mamaria utilizando esta técnica. El número Y es una constante que se calcula con una serie de medidas del cuerpo y nos dice cómo debe ser esa mama para que sea natural.

Los primeros implantes se pusieron en el año 60 y en ese momento eran redondos dando como resultado una mama esférica que no resultaba natural.

Nosotros, en la búsqueda de esa naturalidad y después de mucho pensar, nos dimos cuenta de que hay fundamentalmente tres tipos de mujeres: los que llamamos la mujer de fenotipo estándar; la mujer de fenotipo asténico, –altas y estrechas– y aquellas de fenotipo pícnico, –más bajitas y anchas–. Vimos que en función de cómo es el cuerpo de la mujer así debería ser la mama.

Haciendo muchas medidas descubrí que si tú dividías el perímetro torácico por la distancia entre el esternón y el pezón, obtenías un número. Cuando ese número era 4, la persona tenía un fenotipo estándar, pero cuando el número estaba por debajo de 3,5 eran asténicas y cuando pasaba de 4,2 eran pícnicas.

La Fórmula Y, que se publicó en 2013 en la revista más prestigiosa de cirugía plástica en Estados Unidos, nos permite clasificar la forma del cuerpo y elegir la prótesis adecuada para ese tipo de persona y obtener un resultado natural. Este método está reconocido y es utilizado mundialmente por muchísimos cirujanos plásticos.

–¿Qué tipo de material se utiliza para las prótesis?

–El material de las prótesis mamarias sigue siendo el mismo desde el inicio: silicona. Ha habido intentos de rellenarla con otra serie de sustancias, pero han fracasado. No han sido seguros y no han dado buen resultado.

La silicona es un material de una calidad fantástica, con una biocompatibilidad buenísima y lo que ha evolucionado es la textura y la consistencia de la misma.

Los primeros aumentos se hacían con una silicona muy líquida porque producía una mamá blanda pero tenía un gran inconveniente y era que cuando el implante se rompía –y se rompen–, la silicona se derramaba y se iba hacia al resto de la mama o hacia la axila y eso complicaba mucho la extracción de esas prótesis. A finales de los 90 se empezó a desarrollar unas prótesis que tenían la silicona en forma de gel, como si fuera una gominola. Actualmente se ha conseguido que ese gel de silicona sea lo suficientemente blando para ser natural, pero lo suficientemente firme y duro para que no se derrame cuando se rompa.

–¿Cada cuánto tiempo hay que cambiar esa prótesis?

–Hay varios tipos de prótesis, las hay buenas y menos buenas. En España todas cumplen una serie de normas mínimas de seguridad y tienen el marcado de la Comunidad Económica Europea. Pero, ¿cuánto duran? Pues depende de cómo estén fabricadas y de la calidad. Lo cierto es que hoy día las prótesis que nosotros usamos en la clínica no tienen una fecha de recambio.

Antes había que cambiar los implantes cada diez años para prevenir la ruptura, que pasa muchas veces desapercibida, y que produjera una complicación difícil de resolver. Hoy día, como esa complicación no se puede producir, pues no es necesario prevenirla porque la silicona no se va a salir.

Es raro que una prótesis mamaria se rompa antes de los 15 años

Es raro que una prótesis se rompa antes de cumplir 15 años y recomendamos que cuando se hace la ecografía o la mamografía anual se haga una revisión del implante y si muestra algún signo de deterioro, de desgaste, proceder al recambio.

–Y en el caso de la reducción mamaria, ¿en qué consiste la cirugía?

–La reducción mamaria es una técnica que utilizamos en casos de mujeres que tienen un desarrollo exagerado en el volumen y que a veces, no solo estéticamente sino que provoca desproporciones que producen problema de peso, de volumen y de incomodidad para hacer determinadas actividades. Es una cirugía que tiene un componente de bienestar físico, a parte de mejorar la autoestima.

Cuando nosotros reducimos el volumen de la mama es muy importante mantener la forma o mejorarla. Es decir, no se trata de desinflar una mama y que quede toda la piel arrugada, sino de volver a darle una forma. En función de la cantidad de piel que nos sobra al reducir el volumen y del volumen mamario que hay que quitar, hay que hacer una serie de cicatrices. Son cirugías que no son complejas, pero hay que hacer un patronaje casi de costurero o de sastre muy preciso para que adaptemos la piel a la nueva forma. Es una técnica muy consolidada, muy reconocida y que produce resultados muy satisfactorios.