Medicamentos que pueden causar pérdida de memoria

Cada año salen al mercado nuevos fármacos que, tras someterse a rigurosos estudios clínicos, demuestran su eficacia en las patologías a las que van dirigidas. Sin embargo, esos mismos fármacos pueden tener efectos secundarios que en la mayoría de las ocasiones no son graves o pueden controlarse fácilmente. Otras veces, los efectos secundarios pueden provocar problemas de cognición impidiendo la concentración o la pérdida de memoria. Expertos de American Association of Retired Persons (AARP) explican en un artículo cuáles son y cómo actúan estos medicamentos.

Las benzodiazepinas son sustancias que se utilizan para el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Pero también se indican en otras situaciones, como por ejemplo en el insomnio, o como relajantes musculares, en las convulsiones, o como medicación preanestésica en las cirugías.

Las benzodiazepinas ralentizan la actividad del sistema nervioso central, incluidas las áreas del cerebro involucradas en la transferencia de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.

Entre los medicamentos más comunes están el diazepam (Valium), alprazolam (Xanax), clonazepam (Klonopin), clordiazepóxido (Librium), lorazepam (Ativan) y temazepam (Restoril).

Los anticonvulsivos se usan para tratar las convulsiones y para el dolor neural, el trastorno bipolar o los trastornos del estado de ánimo. Según los médicos, estos medicamentos limitan las convulsiones al amortiguar el flujo de señales dentro del sistema nervioso central (CNS) lo que pueden causar pérdida de memoria.

Entre los medicamentos anticonvulsivos está la acetazolamida (Dialox), carbamazepina (Tegretol), gabapentina (Neurontin), lamotrigina (Lamictal), levetiracetam (Keppra), oxcarbacepina (Trileptal), pregabalina (Lyrica), rufinamida (Banzel), topiramato (Topamax), ácido valproico (Depakote) y zonisamida (Zonegran).

Los medicamentos anticolinérgicos se usan para aliviar los síntomas de la vejiga hiperactiva y reducir los episodios de incontinencia de urgencia, lo que es una necesidad de orinar tan repentina y fuerte que a menudo no puedes llegar a un baño a tiempo.

Los anticolinérgicos bloquean la acción de la acetilcolina, un mensajero químico que actúa en todo tipo de funciones del cuerpo. En la vejiga, los anticolinérgicos previenen las contracciones involuntarias de los músculos que controlan el flujo de orina. En el cerebro, inhiben la actividad en los centros de memoria y aprendizaje.

Entre estos medicamentos están la darifenacina (Enablex), oxibutinina (Ditropan XL), solifenacina (Vesicare), tolterodina (Detrol) y trospium (Sanctura).

Los llamados medicamentos Z se pueden usar para tratar el insomnio o la ansiedad leve y, aunque contienen moléculas distintas a las benzodiacepinas, actúan sobre muchas de las mismas vías cerebrales y mensajeros químicos, produciendo efectos secundarios y problemas similares con la adicción y la abstinencia.

Ejemplos: eszopiclona (Lunesta), zaleplon (Sonata) y zolpidem (Ambien).

Los médicos pueden llegar a recetar estos medicamentos para aliviar el dolor tras una cirugía, lesiones importantes o para tratar el dolor crónico.

Estos medicamentos funcionan al detener el flujo de señales de dolor dentro del sistema nervioso central y al disminuir la reacción emocional de las personas ante el dolor. Ambas acciones están mediadas por mensajeros químicos que también están involucrados en muchos aspectos de la cognición, por lo que el uso de estos medicamentos puede interferir con la memoria a largo y corto plazo.

Entre los fármacos está el fentanilo (disponible como parche), hidrocodona (Vicodin), hidromorfona (Dilaudid, Exalgo), morfina y oxicodona (Oxycontin). Estos medicamentos vienen en muchas formas diferentes, incluidas las tabletas, las soluciones para la inyección, los parches transdérmicos y los supositorios.