Desmontado el mito: una copa de vino al día no alarga la vida
El consumo moderado de alcohol conlleva algunos riesgos potenciales para la salud
«Una copa de vino al día alarga la vida». Son muchos los que se acogen al refranero español para justificar hábitos de vida que no siempre están avalados por la ciencia. Aunque hasta hace unos años eran muchos los médicos que daban por buenas las afirmaciones de que el vino tenía efectos positivos para la salud cardiovascular ya en 2022 la Federación Mundial del Corazón (WHF), afirmaba que los estudios que alaban las bondades de una copa al día no eran verosímiles ya que el alcohol provoca el 4,3 % de las muertes en todo el mundo.
Monika Arora, científica de científica de salud pública explicaba que «la descripción del alcohol como algo necesario para una vida social vibrante ha desviado la atención sobre los daños que su consumo provoca, al igual que las afirmaciones frecuentes y ampliamente difundidas de que beber con moderación, como un vaso de tinto al día, puede ofrecer protección contra las enfermedades cardiovasculares» y añadía: «La evidencia es clara: cualquier consumo de alcohol puede llevar a un empeoramiento de la salud. Los estudios que afirman lo contrario se basan en investigaciones puramente observacionales, que no tienen en cuenta factores como las condiciones preexistentes o el historial de acoholismo», señalaba la experta.
Lo cierto es que a lo largo de los años, muchos estudios han sugerido que los bebedores moderados disfrutan de vidas más largas y tienen menos riesgos de enfermedades cardíacas y otras enfermedades crónicas que los abstemios. Eso estimuló la creencia generalizada de que el alcohol, con moderación, puede ser un tónico para la salud. Sin embargo, no todos los estudios han pintado un panorama tan optimista, y un nuevo informe, publicado en el Journal of Studies on Alcohol and Drugs, arroja luz sobre el porqué.
No existe un nivel de consumo de alcohol que sea completamente ‘seguro’
Elcientífico del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias de la Universidad de Victoria, Tim Stockwell, explica: «Los estudios que vinculan el consumo moderado de alcohol con beneficios para la salud padecen fallos de diseño fundamentales». El problema principal es que esos estudios se han centrado generalmente en adultos mayores y no han tenido en cuenta los hábitos de consumo de alcohol de las personas a lo largo de su vida. Por ello, se comparó a los bebedores moderados con grupos de abstemios y bebedores ocasionales que incluían a algunos adultos mayores que habían dejado de beber o habían reducido su consumo porque habían desarrollado una serie de problemas de salud.
«Eso hace que las personas que continúan bebiendo parezcan mucho más saludables en comparación», dijo Stockwell. Y en este caso, señaló, las apariencias engañan.
Estudio de 107 investigaciones
Para el análisis, Stockwell y sus colegas identificaron 107 estudios publicados que siguieron a personas a lo largo del tiempo y analizaron la relación entre los hábitos de consumo de alcohol y la longevidad. Cuando los investigadores combinaron todos los datos, parecía que los bebedores leves o moderados (es decir, los que bebían entre una bebida por semana y dos por día) tenían un riesgo 14% menor de morir durante el período del estudio en comparación con los abstemios.
Los científicos analizaron la relación entre los hábitos de consumo de alcohol y la longevidad: beber de forma moderada no se asoció con una vida más larga
Sin embargo, las cosas cambiaron cuando los investigadores investigaron más a fondo. Se encontraron algunos estudios de «mayor calidad» que incluyeron a personas relativamente jóvenes al comienzo (menores de 55 años, en promedio) y que se aseguraron de que los bebedores ocasionales y los ex bebedores no fueran considerados «abstemios». En esos estudios, el consumo moderado de alcohol no se asoció con una vida más larga.
En cambio, fueron los estudios de «menor calidad» (participantes mayores, sin distinción entre ex bebedores y abstemios de toda la vida) los que vincularon el consumo moderado de alcohol con una mayor longevidad.
«Si nos fijamos en los estudios más débiles», dijo Stockwell, «ahí es donde se ven los beneficios para la salud».
La idea de que beber con moderación conduce a una vida más larga y saludable se remonta a décadas atrás. Como ejemplo, Stockwell señaló la «paradoja francesa», la idea, popularizada en la década de 1990, de que el vino tinto ayuda a explicar por qué los franceses disfrutan de tasas relativamente bajas de enfermedades cardíacas, a pesar de una dieta rica en grasas. Esa visión del alcohol como un elixir todavía parece estar «arraigada» en la imaginación pública, señaló Stockwell.
En realidad, afirmó, el consumo moderado de alcohol probablemente no prolongue la vida de las personas y, de hecho, conlleva algunos riesgos potenciales para la salud, incluido un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Es por eso que ninguna organización de salud importante ha establecido nunca un nivel de consumo de alcohol libre de riesgos.