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¿Qué es lo primero que empieza a olvidar una persona con alzhéimer?

El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al cerebro y se caracteriza por una progresiva pérdida de memoria

En España existen 1,2 millones de pacientes de alzhéimer. El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta el cerebro y se caracteriza por una pérdida progresiva de la memoria y otras funciones cognitivas. Es la forma más común de demencia, un término general para describir el deterioro de la capacidad mental lo suficientemente grave como para interferir con la vida diaria.

Las personas que padecen esta enfermedad van sufriendo poco a poco, además de esas pérdidas de memoria, que son los primeros síntomas que se manifiestan, un progresivo deterioro cognitivo, que incluye problemas con el pensamiento, la planificación y la ejecución de tareas complejas. Además, suelen experimentar cambios de humor y comportamiento, desorientación y problemas de comunicación.

Los primeros síntomas del alzhéimer

La causa exacta del alzhéimer no se conoce completamente, pero se cree que está relacionada con una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Algunos factores de riesgo conocidos incluyen la edad avanzada, antecedentes familiares de la enfermedad y ciertas condiciones de salud, como la hipertensión y la diabetes.

Así, por norma general, llegados a una edad, es conveniente prestar atención a nuestra memoria, ya que, como hemos mencionado con anterioridad, las pérdidas de memoria son los primeros síntomas de esta cruel enfermedad.

La memoria a corto plazo es la primera que se ve afectada. Y aunque es cierto que despistes como no recordar una fecha concreta o pedir información varias puedes puede ser algo totalmente normal, si se produce con demasiada frecuencia, puede ponernos en alerta.

Además, los expertos de la Clínica Mayo apuntan a que «Los primeros signos incluyen dificultad para recordar eventos o conversaciones recientes, pero gradualmente la memoria empeora y se desarrollan otros síntomas a medida que la enfermedad avanza».

Generalmente, aunque no siempre, un buen indicio para diferenciar los olvidos ocasionales de una pérdida de memoria asociada con la demencia es la capacidad de darse cuenta de que hemos olvidado algo. Además, si los familiares u otras personas con las que convivimos no muestran preocupación por nuestros descuidos, esto puede ser una señal de que no deberíamos preocuparnos demasiado.