Las galletas de chocolate que tomas desde niño que aumentan el riesgo de infarto e ictus

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad en Europa. Se cree que la dieta es responsable de alrededor del 30 % de esos fallecimientos por lo que es fundamental llevar una alimentación basada en frutas y verduras, frutos secos, legumbres y cereales enteros, moderando los lácteos, aves, huevos y marisco.

Sin embargo, más allá de los alimentos frescos, los pasillos de los supermercados están repletos de procesados que llevan años formando parte de las rutinas alimentarias de los españoles. Pizzas, galletas o pan de molde son clásicos que no suelen faltar en ninguna casa, sobre todo cuando hay niños. Pero, ¿Cómo saber si estamos comprando alimentos con una baja calidad nutricional?

Escala Nutri-Score

Una de esas medidas es el sistema de etiquetado frontal Nutri-Score, que clasifica los productos procesados en función de su calidad nutricional. En cada producto se destaca el color que le corresponda en función de su contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías, fibra y proteínas.

El verde oscuro tiene muy buena calidad nutricional; verde, buena calidad; amarillo, calidad nutricional aceptable. Mientras que naranja son alimentos de mala calidad nutricional y rojo, muy mala calidad nutricional. Dentro de este último semáforo están las famosas galletas Príncipe, las Oreo o las Chips Ahoy, por citar algunas, ya que en general este tipo de galletas no deberían tomarse más que en momentos muy puntuales. Pero, ¿por qué?

Investigación

En un artículo publicado en Lancet Regional Health - Europe, un equipo de investigadores de distintas instituciones y universidades de prestigio mundial han elaborado un informe que asocia el consumo de alimentos que tienen una clasificación menos favorable en la escala Nutri-Score con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. En los análisis se incluyó a un total de 345.533 participantes de la cohorte, distribuidos en siete países europeos y seguidos durante 12 años.

Los hallazgos muestran que los participantes que consumían en promedio más alimentos con Nutri-Score menos favorable, lo que refleja una calidad nutricional más baja, tenían un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, en particular infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Estas asociaciones fueron significativas después de tener en cuenta un gran número de factores sociodemográficos y de estilo de vida.

«Estos resultados confirman la pertinencia de Nutri-Score como herramienta de salud pública para orientar a los consumidores en sus elecciones alimentarias con el objetivo de prevenir enfermedades crónicas», destaca la investigadora del Inserm Mélanie Deschasaux-Tanguy.