Los riesgos del cloretilo, el analgésico local que los jóvenes usan como droga

Las drogas más usadas por los jóvenes siguen siendo el alcohol, el tabaco y la marihuana. Sin embargo, en los últimos años, muchos de ellos recurren a productos que se pueden adquirir en farmacias, parafarmacias o por internet y que están destinados a otros usos. Uno de ellos es el cloretilo, un analgésico local en spray. El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid explica que esta sustancia de uso tópico produce crioanestesia; es decir, un frío intenso que desensibiliza las terminaciones nerviosas de la zona donde se aplica: «El efecto es de corta duración, y posteriormente se recupera la sensibilidad. En ocasiones causa enrojecimiento e irritación. Hay que tener mucho cuidado de que no se aplique en mucosas ni heridas abiertas».

El problema –afirman los farmacéuticos– es que se está utilizando en jóvenes como droga de abuso, combinado con alcohol en muchas ocasiones, por ser barato y, últimamente, por su facilidad de acceso. Recientemente, ha cambiado su clasificación, pasando de ser medicamento de prescripción a no necesitar receta médica y poderse comprar libremente.

Cómo y por qué lo usan

Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid se explica que «su uso inhalado, como el pegamento o la pintura, produce una sensación de euforia y un aturdimiento de corta duración» y añade: «Con el espray es muy difícil regular la dosis aplicada, y esto aumenta su peligro por exceso de cantidad o por repetir la inhalación muy frecuentemente».

Riesgo de muerte

Los profesionales aseguran que tanto solo como combinado con otras sustancias depresoras como alcohol, marihuana, hachís u otros opiáceos, es una sustancia que puede causar la muerte si se hace un uso inadecuado. La parada cardiaca o la asfixia son las causas más frecuentes a corto plazo, pero el deterioro mental, de coordinación, el daño del hígado, riñón o corazón pueden ser irreversibles.

Los efectos secundarios que tiene son muy graves:

• A nivel general: se producen casos de ataxia (falta de coordinación en el movimiento y el habla), deterioro pronunciado de la memoria a corto plazo, confusión, alucinaciones, alteración del grado de consciencia y de la percepción del tiempo, dolor de cabeza, vértigos.
• A nivel cardiovascular: produce alteraciones de la tensión arterial, depresión miocárdica que puede llevar a una fibrilación ventricular. Puede producir también arritmias, coma y paro cardiaco.
• A nivel gastrointestinal: náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarreas.
• A nivel hepático: hepatotoxicidad y daño hepático.
• A nivel musculoesquelético: relajación muscular, espasmos.
• A nivel neurológico: narcosis (sopor o pérdida de sensibilidad y conciencia) y coma con paro respiratorio.
• A nivel renal: nefropatía y nefrotoxicidad.
• A nivel respiratorio: laringoespasmos.