Cuatro alimentos altamente inflamatorios que se comen a diario

La inflamación es una respuesta del sistema inmunitario a los invasores y las amenazas de nuestro organismo. Si el cuerpo sufre un estrés constante puede dar lugar a una inflamación excesiva.

El nutricionista Carlos Ríos hace un recorrido por el supermercado para explicar cuatro alimentos que se consumen en casi todos los hogares y son altamente inflamatorios. El nutricionista asegura que cuando se dejan de consumir se notan los beneficios de manera inmediata.

El primero de ellos son las carnes ultraprocesadas del tipo al jamón de York. «Llevan almidones, azúcares y sobre todo nitritos que en ausencia de antioxidantes se transforman en nitrosaminas, que son altamente inflamatorias para nuestro colon y por eso aumentan el riesgo de cáncer de colon».

El pan blanco es el segundo de ellos. El nutricionista explica que «la calidad pésima de estas harinas refinadas y su corta fermentación hace que sean muy indigestas y te sientas hinchado. Además, aumentan el riesgo de obesidad y diabetes tipo dos, puesto que tienen un índice glucémico muy alto y se degrada fácilmente en cadenas de glucosa que pasarán rápidamente a la sangre».

La mayonesa y otras salsas, que están cargadas de aceites vegetales refinados, también deberían dejarse fuera de la cesta de la compra. «Las salsas, como pueden ser las que llevan aceite de soja, son unas de las más inflamatorias. Al consumir este aceite formarán parte de tus membranas celulares y activará la vía de la inflamación».

Por último, «el café soluble ha sido sometido a altas temperaturas generando gran cantidad de acrilamida y también de furanos, una sustancias que son cancerígenas, además son bastante indigestos a nivel gástrico por su alta acidez. Elige un café de tueste natural».

Por su parte, la nutricionista Sandra Moñino, en su libro Adiós a la inflamación (Ed. HarperCollins), ofrece todas las claves y trucos para identificar, prevenir y combatir la inflamación crónica.

Cómo evitar la inflamación crónica

1. Intentar variar al máximo los alimentos que estamos tomando, por ejemplo, cambiar mucho las frutas, las verduras, elegir diferentes tipos de colores porque son diferentes tipos de polifenoles que son el alimento perfecto para esas bacterias que tenemos en el intestino.
2. Eliminar, o disminuir al menos, los alimentos que sean por inflamatorios como los que hemos nombrado: azúcar, edulcorantes, grasas hidrogenadas, aceites vegetales ricos en Omega seis, como puede ser el aceite de girasol, aceite de palma, aceite de colza. De este grupo excluimos el aceite de oliva virgen extra, rico en Omega nueve y antioxidante y que sí que es necesario y lo tenemos que tomar.
3. Incluir alimentos antiinflamatorios dentro de una alimentación variada y no resignarnos con ciertos alimentos como por ejemplo los ricos en Omega tres, —como el pescado azul—, por lo menos dos veces o tres veces al día. En el caso de que tengamos inflamación crónica, no deben faltar los boquerones, las sardinas, las anchoas o la caballa. Las nueces y el resto de frutos secos; el aguacate o las aceitunas.
4. Es importante masticar muy bien los alimentos para ayudar a nuestro cuerpo a realizar bien las digestiones y dejarle esos descansos metabólicos como hemos hablado.
5. Intentar movernos, hacer ejercicio físico y no mantenernos sedentarios.
6. Descansar un mínimo de siete u ocho horas diarias, que es algo esencial para mantener estable nuestro cuerpo.