La falta de sueño a los 40 envejece hasta tres años el cerebro
El sueño potencia la mente, restaura el cuerpo y fortalece prácticamente todos los sistemas del organismo. Los expertos coinciden en que tener unos patrones de sueño saludables es fundamental para manejar los diferentes factores de salud, como el peso, la presión arterial o el riesgo de diabetes tipo 2.
Si a cualquier edad es fundamental dormir bien, un nuevo estudio, publicado en Neurology, hace especial hincapié en aquellas personas de mediana edad, entre los 40 y 59 años. La investigación de la Universidad de California, en San Francisco, asegura que las personas que tienen una mala calidad de sueño, incluida la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormidos, presentan más signos de mala salud cerebral en la mediana edad avanzada.
La profesora Clémence Cavaillès, autora del estudio, explica: «En investigaciones anteriores se ha vinculado la falta de sueño con una capacidad de pensamiento y de memoria deficientes en etapas posteriores de la vida, lo que aumenta el riesgo de demencia» y añade: «Nuestro estudio, en el que se utilizaron escáneres cerebrales para determinar la edad cerebral de los participantes, sugiere que la falta de sueño está relacionada con casi tres años adicionales de envejecimiento cerebral ya en la mediana edad».
Entre las características del sueño, la mala calidad del sueño, la dificultad para conciliar el sueño, la dificultad para permanecer dormido y el despertar temprano por la mañana se relacionaron con una mayor edad cerebral, especialmente cuando las personas tuvieron consistentemente estas malas características del sueño durante cinco años.
El estudio incluyó a 589 personas con una edad promedio de 40 años al inicio del estudio. Los participantes completaron cuestionarios sobre el sueño tanto al comienzo del estudio como cinco años después. Los participantes se sometieron a exploraciones cerebrales 15 años después de que comenzara el estudio.
Seis características de sueño
Los investigadores revisaron las respuestas de los participantes a preguntas como: «¿Suele tener problemas para conciliar el sueño?», «¿Suele despertarse varias veces por la noche?» y «¿Suele despertarse demasiado temprano?». Registraron el número de seis características de sueño deficientes para cada participante:
- Duración de sueño corta
- Mala calidad de sueño
- Dificultad para conciliar el sueño
- Dificultad para permanecer dormido
- Despertarse temprano por la mañana
- Somnolencia diurna
Los participantes se dividieron en tres grupos. Los del grupo de bajo nivel no tenían más de una característica de sueño deficiente. Las personas del grupo medio tenían entre dos y tres, y las del grupo alto tenían más de tres. Al comienzo del estudio, alrededor del 70 % estaban en el grupo de bajo nivel, el 22 % en el grupo medio y el 8 % en el grupo alto.
Los investigadores examinaron las imágenes cerebrales de los participantes, en las que el nivel de encogimiento cerebral se corresponde con una edad específica. Los investigadores utilizaron el aprendizaje automático para determinar la edad cerebral de cada participante.
Después de ajustar factores como la edad, el sexo, la presión arterial alta y la diabetes, los investigadores encontraron que las personas del grupo medio tenían una edad cerebral promedio 1,6 años mayor que las del grupo bajo, mientras que las del grupo alto tenían una edad cerebral promedio 2,6 años mayor.