Un suplemento de vitamina K, presente en verduras de hoja verde, frena el cáncer de próstata
La menadiona también podría tratar a los niños que padecen miopatía, una enfermedad incurable
el cáncer de próstata ocupa el cuarto puesto dentro de los más diagnosticados en España y es el más común en los hombres a medida que envejecen. Según las previsiones del informe Las cifras del cáncer en España 2024, elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), este año serán diagnosticados más de 30.000 hombres en España.
Es un tumor hormonal dependiente de la principal hormona sexual masculina, la testosterona, secretada principalmente por los testículos y la glándula suprarrenal. Desde la introducción del análisis del antígeno prostático específico (PSA) como prueba de detección precoz en los años 90, el diagnóstico se ha incrementado significativamente a la vez que la mortalidad se ha ido reduciendo. Sin embargo, en algunos casos, resiste todas las terapias conocidas y se vuelve extremadamente mortal.
De ahí el interés de la ciencia por encontrar nuevos medicamentos que frenen la enfermedad. El último de ellos, publicado en Science, muestra que un suplemento de vitamina K retarda significativamente el crecimiento del cáncer de próstata en ratones y en células cancerosas derivadas de humanos.
El profesor Lloyd Trotman y sus colegas del Laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL) han descubierto que el suplemento prooxidante menadiona ralentiza la progresión del cáncer de próstata en ratones. El suplemento es un precursor de la vitamina K, que se encuentra comúnmente en las verduras de hoja verde. La historia, según explica en un artículo publicado por el laboratorio, comienza hace más de dos décadas.
Fracaso de la vitamina E
En 2001, el ensayo SELECT del Instituto Nacional del Cáncer intentó determinar si un suplemento de vitamina E antioxidante podía tratar o prevenir con éxito el cáncer de próstata. El ensayo, en el que participaron 35.000 hombres, estaba previsto que durara hasta 12 años. Sin embargo, después de sólo tres años, se les dijo a los participantes que dejaran de tomar sus suplementos. La vitamina E no sólo no había logrado frenar o prevenir el cáncer de próstata, sino que más hombres que tomaban el suplemento empezaron a padecer la enfermedad. Al ver estos resultados, Trotman pensó: «Si un antioxidante falla, tal vez un prooxidante sí lo haría». Sus nuevos hallazgos en ratones demuestran precisamente eso.
La menadiona mata las células del cáncer de próstata al agotar un lípido llamado PI(3)P, que funciona como una etiqueta de identificación
Cuando se administra menadiona a ratones con cáncer de próstata, se altera el proceso de supervivencia del cáncer. El equipo de Trotman ha descubierto que la menadiona mata las células del cáncer de próstata al agotar un lípido llamado PI(3)P, que funciona como una etiqueta de identificación. Sin él, las células dejan de reciclar los materiales que llegan y, finalmente, explotan.
«Es como un centro de transporte, como el aeropuerto JFK. Si todo lo que entra se desidentifica inmediatamente, nadie sabe a dónde deben ir los aviones a continuación. Siguen llegando cosas nuevas y el centro comienza a hincharse. Esto, en última instancia, hace que la célula explote», explica Trotman.
El cáncer se ralentiza
Esto hace que la progresión del cáncer se ralentice significativamente en los ratones. Trotman espera ahora que el experimento se traduzca en estudios piloto en pacientes humanos con cáncer de próstata:
«Nuestro grupo objetivo serían los hombres a los que se les realiza una biopsia y se les diagnostica una forma temprana de la enfermedad. Nos preguntamos si comienzan a tomar el suplemento, podremos frenar la enfermedad».
Miopatía miotubular
Sorprendentemente, la investigación de Trotman sugiere que la menadiona también puede resultar eficaz contra la miopatía miotubular, una enfermedad poco común que impide el crecimiento muscular en los bebés varones. Los diagnosticados rara vez viven más allá de la primera infancia. El laboratorio de Trotman ha descubierto que la eliminación de PI(3)P con menadiona puede duplicar la esperanza de vida de los ratones con esta enfermedad.
Si los resultados se confirman en humanos, significaría que los hombres con cáncer de próstata podrían disfrutar de una mejor calidad de vida y más tiempo con sus familias. También podría significar más tiempo valioso para los niños que nacen con una enfermedad incurable.