La sacarina es segura: ni causa cáncer ni daños en el ADN
Utilizado en bebidas, postres o para endulzar el café la sacarina lleva más de 100 años utilizándose como alternativa al azúcar. Este edulcorante no calórico se popularizó en los años 60 y 70 sobre todo en las dietas de adelgazamiento. Además, las sales de sacarina se disuelven mejor en el agua, por tanto, son más fáciles de añadir a los alimentos y bebidas aportando entre 300 y 500 veces más dulzor que la sacarosa.
Al igual que todos los aditivos alimentarios, la sacarina y sus sales deben etiquetarse en los productos, lo que permite a los consumidores tomar decisiones con conocimiento de causa.
En los últimos años diferentes investigaciones observaron efectos nocivos sobre la flora intestinal lo que puso en tela de juicio la seguridad de los edulcorantes artificiales. En un nuevo dictamén científico, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha llegado a la conclusión de que la sacarina es segura para el consumo humano y ha aumentado la ingesta diaria admisible (IDA) de 5 a 9 mg/kg de peso corporal al día.
No es causa de cáncer
La IDA, que refleja la cantidad segura de una sustancia que puede consumirse diariamente a lo largo de la vida, abarca la sacarina y sus sales de sodio, calcio y potasio (E 954). En 1995 se estableció una ingesta diaria admisible sobre la base de la mayor incidencia de los tumores de vejiga observada en estudios con ratas. Sin embargo, según explica la EFSA en una nota, «en la actualidad existe consenso científico en torno al hecho de que estos tumores son específicos de las ratas macho y no son pertinentes para los seres humanos» y añade: «Los expertos de la EFSA han revisado todos los datos disponibles y han llegado a la conclusión de que la sacarina no causa daños en el ADN y es poco probable que su consumo esté asociado con el riesgo de cáncer en humanos».
Además, la exposición de los consumidores se encuentra por debajo de la ingesta diaria admisible obtenida recientemente, lo que significa que no encierra ningún riesgo para la salud.
Esta reevaluación forma parte de un trabajo a mayor escala para revisar la seguridad de todos los aditivos alimentarios autorizados para su uso en alimentos antes del 20 de enero de 2009, tal como exige el Reglamento de la UE.
Aptos para diabéticos
Este nuevo informe ratifica el estudio de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), que evaluó los cinco edulcorantes más utilizados en las bebidas refrescantes (aspartamo, acesulfamo K, ciclamato, sacarina y sucralosa) y concluyó que eran seguros para la salud, pues no tenían efectos sobre la glucemia y eran aptos para el consumo por personas diabéticas.
Este estudio afirmaba que las dosis que podrían tener alguna consecuencia para el consumo humano son prácticamente inalcanzables a través del consumo habitual de refrescos cero, diet o light, según el profesor Jaime Guixà Mora, miembro del grupo de investigación del trabajo. También la American Diabetes Association confirma que estos edulcorantes no nutritivos son totalmente inocuos para consumidores con niveles de azúcar elevado.