Rodillo de hielo facialGrok (X)

La moda de TikTok de las barras de hielo en la cara, ¿es una buena idea?

Aplicado directamente en la piel puede dar lugar a sabañones y quemaduras

Aplicarse frío por la mañana, cuando es posible tener la cara hinchada por la retención de líquidos, puede ser una buena idea, sin embargo, en redes sociales se ha puesto de moda los rodillos de hielo. A simple vista, los expertos aseguran que puede parecer beneficioso porque el frío descongestiona la cara, tiene un efecto tensor y reduce la inflamación, pero afirman que este efecto se produce por el frío y no necesariamente por el hielo.

Respecto a la eliminación de las arrugas o de las ojeras, la Dra. Lourdes Rodríguez explica que el hielo no va a reducir ni las líneas de expresión, ni las arrugas, ni la flacidez: «Este efecto puede darse durante unos segundos debido al cambio brusco de temperatura, pero no tiene ningún efecto a largo plazo». En el caso de la inflamación de los granitos, la dermatóloga asegura que el hielo, aplicado con una tela, sí que puede ayudar a eliminar la rojez y bajar la inflamación. Lo mismo sucede con las ojeras consecuencia de una mala noche de sueño: «El hielo ayuda a desinflamar pero no desaparecen ni los surcos, ni la pigmentación».

¿Hielo en la cara?

¿Qué pasa si se aplica directamente el hierro con las barras de moda en TikTok? Sobre esta cuestión, la farmacéutica Cristina Carrillo explica en su cuenta de Instagram: «El hielo aplicado directamente en la piel en zonas muy vascularizadas puede dar lugar a sabañones y quemaduras que produzcan escozor y rojez» y añade que en lugar de beneficiar a la piel, «las consecuencias son una cara roja en lugar de desinflamada». Así que, la recomendación es no hacer uso de estas barras de hielo aplicadas directamente sobre la piel.

Dos alternativas al hielo

La farmacéutica ofrece dos alternativas al hielo: «La primera son las máscaras de frío que se pueden meter en la nevera para producir un efecto tensor y descongestionar, sobre todo, el contorno de ojos».

En segundo lugar, «lavarnos la cara por las mañanas con agua directamente del grifo, aunque es cierto que en invierno es mejor ponerla un poco más tibia».