Qué es la válvula bicúspide, el problema de corazón que padece Sonsoles Ónega
Esta malformación genética obliga a la periodista a hacerse revisiones anuales
La presentadora Sonsoles Ónega ha desvelado que padece una cardiopatía que le diagnosticaron hace nueve años, en concreto una válvula bicúspide. En una entrevista en la revista ¡Hola!, la periodista explica que le detectaron esta malformación genética a los 38 años, en una revisión rutinaria. «Cada año, me tengo que medir la aorta, por si hay una dilatación excesiva. Aunque sería una muerte muy dulce, porque te caes, te da un parraque y te mueres ahí en el momento», afirma.
La válvula aórtica permite que la sangre oxigenada fluya del corazón a la aorta, el mayor vaso sanguíneo que lleva sangre rica en oxígeno al cuerpo. Esta impide que la sangre se devuelva de la aorta al corazón cuando la cámara de bombeo se relaja.
La válvula aórtica bicúspide es aquella que solo tiene dos valvas, en lugar de tres y puede no ser completamente eficaz para detener el escape de sangre de nuevo hacia el corazón, lo que los cardiólogos denominan regurgitación aórtica.
Otra complicación, según los expertos es cuando válvula aórtica se vuelve rígida y no se abre. Esto se denomina estenosis aórtica, que hace que el corazón tenga que bombear con más fuerza de lo normal para lograr que la sangre pase por la válvula. La aorta puede resultar agrandada con esta afección.
El Dr. Iván Núñez Gil, jefe del servicio de cardiología del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid), explica en un artículo de Sociedad Española de Cardiología que la valvulopatía aórtica bicúspide (BAV) es una enfermedad congénita que frecuentemente produce complicaciones durante la edad adulta. Sin embargo, afirma el doctor, no sólo es un problema de la valvulogénesis, sino que representa más bien una alteración genética que involucra el desarrollo del corazón y de la aorta.
El Dr. Núñez Gil también asegura que «en el 50 % de los adultos con malformación se observan anomalías no valvulares. La más común es la dilatación de la aorta ascendente».
Síntomas
La mayor parte de las personas que nacen con una válvula aórtica bicúspide no tienen ninguna manifestación durante las primeras décadas de la vida. El Dr. Miguel Ángel Gómez Vidal explica que «aunque algunos niños pueden tener síntomas por este problema, la mayoría de las veces pasa inadvertido hasta llegar a la edad adulta» y añade: «Con el paso de los años, esta anomalía en la estructura valvular hace que los velos se vayan deteriorando antes de lo normal, siendo muy frecuente que se endurezcan y presenten fusión y engrosamiento, ocasionando un estrechamiento valvular».
Diagnóstico y tratamiento
En el cirujano cardiovascular de Cirugía Cardiovascular Sevilla explica en un artículo que «el diagnóstico suele venir dado por los resultados de la ecocardiografía, tras la detección en la auscultación, de un soplo de estenosis aórtica.
En función de los parámetros de las pruebas complementarias (sobre todo ecocardiografía) y los síntomas, puede ser necesario un tratamiento invasivo, que puede conllevar intervención quirúrgica, ya sea reparadora o sustitutiva (prótesis valvular), que puede implantarse con cirugía abierta o mediante un catéter (TAVI).
Con cierta frecuencia, los pacientes con esta alteración valvular tienden a presentar un crecimiento anormal de la aorta, en su porción más inicial. Por ello, estos pacientes deben seguir controles periódicos para detectar este problema, en caso de producirse, de forma precoz.