Cuatro señales que alertan de un desprendimiento de retina
La retina es una lámina sensible a la luz situada en la parte posterior del ojo. Aproximadamente una de cada 10.000 personas al año sufre un desprendimiento de retina, que es cuando esta lámina se separa de la pared ocular a la que normalmente está pegada.
La mayoría de desprendimientos están causados por la presencia de uno o varios desgarros o agujeros retinianos, que a su vez pueden deberse al envejecimiento normal del ojo; crecimiento anormal del ojo, en ocasiones debido a la miopía; por inflamación o traumatismos.
Señales de alerta
Expertos de la American Academy of Ophthalmology explican cuatro señales que te indican que puedes tener un desprendimiento de retina:
- Ver luces parpadeantes de repente. Algunas personas dicen que esto es como ver estrellas después de ser golpeado en el ojo.
- Ver muchas moscas volantes de nueva aparición al mismo tiempo. Estas se pueden ver como manchas, líneas o telarañas en el campo de visión.
- Una sombra en la visión periférica (lateral).
- Una cortina gris que cubre parte del campo de visión.
Dr. Ignasi Jürgens, oftalmólogo del Institut Català de Retina (ICR), explica que «si el desprendimiento no se trata, se pierde la visión de manera irrecuperable, puesto que se produce progresivamente atrofia de la retina e inflamación ocular crónica. Con el tiempo y en ciertos casos, se puede producir incluso una atrofia de todo el ojo».
Tratamiento
El tratamiento es siempre quirúrgico para cerrar mediante láser o crioterapia el desgarro o rotura que ha derivado en el desprendimiento de retina y colocar la retina en su sitio. «Esto puede realizarse empujando desde fuera de la pared del globo ocular hacia ella, mediante la colocación de cinturones o trozos de silicona o realizando una vitrectomía e introduciendo después gas o aceite de silicona dentro de la cavidad vítrea», explican los oftalmólogos. La intervención se realiza de forma ambulatoria bajo anestesia local y sedación.
Postoperatorio
Como norma general, el postoperatorio para que el láser o la crioterapia produzca una cicatriz en la retina es de entre una semana y diez días. Durante este periodo, el paciente deberá estar en reposo. En aquellas ocasiones que el cirujano emplee gas para sostener la retina, el paciente deberá guardar una postura postoperatoria –normalmente boca abajo– hasta que el gas introducido desaparezca.
En cualquier caso, después de la operación, el oftalmólogo prescribirá fármacos para aliviar el dolor y gotas que deberán administrarse durante varias semanas y le indicará cuando puede retomar su vida habitual.