Dracónidas 2021: primera lluvia de estrellas del otoño

El 2021 será un año excelente para la observación de las Dracónidas porque su máxima actividad será el 8 de octubre, poco después del novilunio del día 6.

La lluvia de las Dracónidas, que recibe el nombre porque parecen radiar de la constelación del Dragón, es una de las más lentas que existen. Las partículas recorren 20 kilómetros por segundo, mientras que, en otras lluvias alcanzan hasta 70 kilómetros. Esto hace que se no desaparezcan en una fracción de segundo y puedan ser más fáciles de percibir, como no ocurre con otras lluvias.

El origen de estos meteoros es el cometa 21P/Giacobini-Zinner, descubierto el 20 de diciembre de 1900 desde el Observatorio de Niza en Francia, pero unos años después otro avistamiento de Zinner, le agregó el nombre al cometa . Este cometa periódico pasa relativamente cerca de la Tierra, porque gira alrededor del Sol cada 6,621 años. Los escombros dejados por este cometa chocan con la atmósfera superior de la Tierra para arder como meteoros Dracónidas.

Según indica el Instituto Geográfico Nacional en su agenda de astronomía 2021 será está noche cuando podamos observarlas mejor, para ello es preferible el anochecer y la oscuridad al amanecer.

¿Qué hacer para ver las dracónidas?

Como nos indica la página oficial del ING, lo mejor es escoger un lugar de observación que proporcione un cielo oscuro, sin obstáculos visuales y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión. Cabe recordar que se pueden ver en cualquier parte del cielo, aunque las dracónidas parecen venir de la constelación de Draco.

Lo mejor es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad poco a poco, después conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza antes de su ocaso.

Las mejores exhibiciones históricas de meteoros para los astrónomos y aficionados se han dado los años 1933 y 1946 con una tasa altísima de meteoros por hora. También en octubre de 2011, a pesar de que la Luna dificultaba la observación, fueron contabilizados más de 600 meteoros por hora, siendo la lluvia de estrellas más intensa de los últimos años.