Pedro Sánchez viaja a La Palma y pide paciencia a los palmeros

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha viajado hoy a la isla de La Palma con la finalidad de analizar los efectos causados por la erupción del volcán de Cumbre Vieja. Es el cuarto viaje que realiza el presidente desde que el volcán erupcionó

A las 12:00 de la mañana, junto al presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, asistió a la reunión del Comité Director de Pevolca, dónde elevó la cifra de ayudas a La Palma, si hace unos días aseguró 206 millones de euros hoy ha afirmado que se tratará de 241 millones, además de oreos 10 para enseres de primera necesidad.

Asegura que esas ayudas irán destinadas ámbitos de «vital importancia» como construcciones de viviendas, infraestructuras, explotaciones agrícolas y pesqueras... Además, ha asegurado y garantizado 60 millones de euros para generar empleo en la isla.

«Sé que es muy difícil después de los días y sobre todo las noches tan largas que estoy convencido que los palmeros y palmeras están sufriendo y es paciencia porque efectivamente no podemos hacer nada hasta que el volcán pare», se ha lamentado el jefe del Ejecutivo que ha regresado a la isla diez días después de su famoso vídeo comiéndose un plátano de Canarias para «apoyar la La Palma».

Mientras tanto, el presidente de Canarias ha asegurado que el final del volcán no está «cerca» y hasta ahora no hay indicadores que muestren lo contrario. «Estamos a merced del volcán, que decidirá cuándo acaba. No parece que esté cerca su final, que es lo que deseamos y cada día pedimos para comenzar la reconstrucción», ha lamentado.

Por otra parte el presidente del cabildo de La Palma ha transmitido «ánimo y todo el cariño» a los palmeros y palmeras desalojados ayer en La Laguna.

También ha asegurado que «no descansarán» hasta que las personas que han perdido sus casas y, con ellas, «sus recuerdos» puedan tener un hogar.

Hernández Zapata ha relatado que el volcán de Cumbre Vieja ya ha igualado los días de erupción del Teneguía, volcán que estalló en La Palma en 1971. Afirma que no es «ningún consuelo», pero que debe servir de ánimo para pensar que cada día es uno menos de tragedia e incertidumbre.