Entrevista
«Disparar un arma de fogueo a menos de 10 centímetros puede matar»
El criminalista forense Jiménez Planelles explica cómo las armas de fogueo se han tenido que regular por las manipulaciones que algunos sujetos ejercían sobre ellas para convertirlas en armas reales
«Las armas de fogueo son consideradas armas de fuego desde la modificación de la ley en 2019». José Jiménez Planelles es uno de los criminalistas forenses más prestigiosos de España. En las instalaciones de Coslada (Madrid) donde ejerce su profesión desde hace décadas analiza la balística forense de los casos donde las armas de fuego han acabado con vidas o pueden dar respuestas sobre cómo han sucedido los hechos.
«Se tuvo que modificar la ley porque las armas de fogueo se compraban con facilidad y se manipulaban para convertirlas en armas reales». Así es como se hacía hasta antes de 2019, pero ahora hay un componente importante porque «con el DNI puedes comprar un arma de fogueo en cualquier armería y tenerla en tu casa, pero no puedes detonarla a no ser que tengas permiso de armas».
El uso de este tipo de pistolas de fogueo se utiliza, por ejemplo, en la caza para adiestrar a los perros, en entrenadores de cánidos de defensa o perros de defensa, en el atletismo cuando los jueces dan salida a las carreras o bien en cinematografía.
En su carrera de perito judicial, Jiménez Planelles ha tenido dos casos que pueden tener cierto parecido al de Alec Baldwin. El actor mató involuntariamente a Halyna Hutchins, directora de fotografía y dejó herido a Joel Souza, director de la película Rust que se estaba grabando en Santa Fe (Nuevo México).
«Sí se puede matar con un arma de fogueo, por presión. La incompresibilidad de los gases es lo que hace que se pueda acabar con la vida de una persona», asegura Planelles que conoce cómo este tipo de armas utilizadas sin precauciones pueden matar, si bien es cierto que en el caso que nos ocupa al haber dos víctimas una de ellas mortal el perito afirma que «debió estar cargada».
He trabajado en un caso donde se disparó un arma de fuego cerca de la cabeza de una persona y la presión de los gases produjo un derrame y la muerte
«Como forense he trabajado en un caso donde se disparó un arma de fuego cerca de la cabeza de una persona y la presión de los gases produjo un derrame y la muerte», recuerda.
La distancia a la que se dispare el arma es clave en estos casos, «también asistí en otro caso donde se disparó el fogueo cerca del cuello y eso produjo que los vasos sanguíneos del interior estallaran ocasionando la muerte de la persona».
Jiménez Planelles habla de estos temas como solo puede hacerlo un experto acostumbrado a lidiar con los casos más inverosímiles de fallecimientos. La física también juega un papel importante, «la detonación hace que se rompa la velocidad del sonido y, aunque el cañón tiene un vástago que hace imposible que puedan salir restos, si el arma se dispara a menos de 10 centímetros de la cabeza, boca u órganos internos puede producir la muerte por presión». Bien es cierto que «el deflector o vástago de compresión puede romperse y salir como un proyectil, pero es difícil», concreta.
Posproducción en el cine
«Si se dispara a la sien, la zona de la piel puede tener marcas de quemadura, pero hace de barrera y la presión del disparo es lo que produce los daños en el cerebro que causan la muerte», detalla Planelles.
Planells ha asesorado al mundo del cine para llevar a cabo escenas con disparos y que tengan el mayor realismo posible, pero sin poner vidas en riesgo. «En el cine se utilizan pistolas de fogueo, pero en distancias cortas el disparo y las consecuencias se hacen en posproducción porque podrían volarle la cabeza a alguien, aunque fuera con arma de fogueo».
¿Qué ha podido pasar con Alec Baldwin durante el rodaje? La ciencia forense tiene claro que hay un componente importante de distancia a la que se han hecho los disparos a los dos compañeros de rodaje para que las consecuencias sean tan trágicas.
En la historia del cine se han producido apenas unos cuantos casos en los que las armas de fogueo han provocado muertes. Se toman precauciones y la ley es muy estricta en cuanto a su uso, pero siempre hay un componente de mala suerte o de irresponsabilidad con fatales consecuencias.