La «pandemia silenciosa» que podría convertirse en la primera causa de muerte en España

La Organización Mundial de la Salud explica que la resistencia a los antimicrobianos (RAM) surge «cuando las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos cambian a lo largo del tiempo y dejan de responder a los medicamentos», lo que complica el tratamiento de infección «e incrementa el riesgo de propagación de enfermedades, de aparición de formas graves de enfermedades y de muerte».

Y no es ninguna broma. Actualmente, la RAM provoca, en todo el mundo, más de un millón de fallecimientos al año. De hecho, la OMS calcula que, de seguir así, esta resistencia a los antibióticos causará la muerte de diez millones de personas al año en 2050. En España podría multiplicar por diez el número de decesos en carretera e incluso superar al cáncer, principal causa de fallecimientos en nuestro país.

Si la covid ha dejado en dos años menos de 100.000 muertos, –y ya es una cifra abultada–, no es extraño que la RAM se considere una «pandemia silenciosa», como la califica Teresa Pérez, catedrática de Microbiología de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

«La resistencia de las bacterias es algo evolutivo», explica Pérez, «por el uso, o el abuso, estas bacterias van desarrollando una serie de genes de resistencia a los antibióticos que se transmiten tanto de forma vertical como horizontal, hasta en especies diferentes».

La experta en Microbiología advierte de que los antibióticos hay que utilizarlos cuando hay una infección bacteriana, «no sirven para los virus». «Si usamos antibióticos para tratar una gripe o una infección vírica, solo conseguiremos que las otras bacterias presentes en nuestro organismo puedan adquirir esos genes de resistencia», añade.

Por eso, asegura Pérez, es fundamental la educación de la población y la inversión en investigación para el desarrollo de nuevos antibióticos o alternativas. «Desde hace 35 años no sale un nuevo antibiótico al mercado, por eso la educación y la investigación son los pilares de este grave problema», concluye.

Bacterias en el 96 % de los ríos

Uno de los proyectos que ha estudiado el caso es Outbiotics, un programa de cooperación territorial financiado por el Fondo Europeo para el desarrollo de tecnologías de diagnóstico, prevención y eliminación de antibióticos de sus aguas.

Los responsables de este proyecto, que presentaron hace apenas unas semanas sus últimos informes, han encontrado bacterias resistentes en el 96 % de los ríos y el 100 % de las estaciones depuradoras de aguas residuales, en las zonas donde predomina la actividad ganadera intensiva.

Outbiotics ha trabajado estos años en el desarrollo de nanomateriales a base de caolín y partículas de plata para sustituir el uso de aditivos alimentarios en piensos y reducir la incidencia de enfermedades infecciones por el uso de antibióticos en la ganadería.

«El problema», comenta Francisco Laborda, coordinador del proyecto tras el fallecimiento del profesor Juan Ramón Castillo, «es eliminar o reducir el uso de estos antibióticos». «Actualmente se están utilizando a nivel clínico, pero una cosa es usarlos en un animal puntualmente y otra tratar un brote en una granja de ganadería intensiva», explica este catedrático de Química Analítica de la Universidad de Zaragoza.

Contaminantes emergentes

Laborda señala que, de momento, «son contaminantes emergentes, por lo que no están regulados todavía». «Hay circulando una serie de sustancias que no son tan banales y que tienen unos efectos perjudiciales», añade.

La UE, aunque prohibió hace años el uso de antibióticos para el engorde de animales, votó el pasado mes de septiembre en contra de una moción que pretendía reservar su uso exclusivamente para seres humanos. De momento, esta pandemia tendrá que esperar.