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El astrobiólogo Jorge Pla-García posa en un autorretrato con una imagen del rover Curiosity de fondoJorge Pla-García

Entrevista

Jorge Pla-García, miembro de varias misiones de la NASA: «Marte fue habitable en el pasado»

El astrobiólogo español y candidato a astronauta charla con El Debate sobre la búsqueda de vida extraterrestre y la futura relación entre la humanidad y el Planeta Rojo

¿Hubo vida alguna vez en Marte? Es la pregunta que los científicos llevan haciéndose desde que las primeras sondas exploradoras fueron enviadas al Planeta Rojo, allá por los años 60 del siglo pasado. Desde entonces, naves, róveres e incluso helicópteros han peinado la yerma superficie del astro para intentar descifrar su idiosincrasia. El español Jorge Pla-García (Madrid, 1980), investigador del Centro de Astrobiología, ha formado –y forma– parte de los equipos de la NASA que han puesto en órbita los últimos aparatos de una larga saga de misiones marcianas: el Curiosity, lanzado en 2011; el InSight, en 2018; el Perseverance, en 2020; y el Ingenuity, en 2021. Su labor dentro de esas mastodónticas empresas consiste en monitorear los niveles atmosféricos del Planeta Rojo. Entre medias, también ha tenido tiempo para postularse junto a otros 22.000 aspirantes como uno de los cuatro astronautas que seleccionará la Agencia Espacial Europea para futuras misiones. En esta entrevista, habla en profundidad sobre lo que más le apasiona: la búsqueda de vida extraterrestre.

¿Cuáles han sido los mayores hallazgos realizados hasta la fecha en Marte?

–El más importante es que fue habitable en el pasado. Lo intuíamos, pero había que demostrarlo, y el rover Curiosity lo ha hecho. Marte reunía las condiciones para que la vida, en caso de haber surgido, hubiera prosperado. También se ha demostrado que el planeta tuvo agua líquida, ríos, lagos e incluso tal vez mares en el hemisferio norte. Hemos demostrado también que tiene terremotos y no está geológicamente muerto, como algunos investigadores afirmaban. No está muy activo, y es posible que se encuentre en sus últimos estertores, pero alguna actividad conserva.

Al mismo tiempo, hemos descubierto, por ejemplo, que alrededor de todo el planeta, en el suelo, hay unas sales que tienen mucho contenido de cloro, y también que la atmósfera es muy finita y no tiene protección frente a la radiación solar. Es por eso que es difícil detectar cualquier fósil o cosa que hubiera estado viva, porque este cloro y esta radiación ultravioleta solar lo tiene todo machacado. De haber surgido la vida o de haber algún resto de ella siempre intentamos buscar en el subsuelo, que es nuestra gran esperanza.

¿Y cuáles son las probabilidades de que Marte hubiera estado habitado en algún momento?

–Lo que sabemos por ahora es que, de haber tenido vida, lo más factible es que hubiera sido durante el Periodo Noeico, en el que las condiciones, pensamos, eran mucho más óptimas para la vida al contar con una atmósfera más gruesa, un campo magnético de protección contra el viento solar y masas de agua líquida. Sabemos que para la vida en la Tierra el requisito fundamental es que exista agua líquida. No es imprescindible o no lo sabemos para la vida en general, pero sí para la vida en la Tierra, que es la única que conocemos. Y, como es la única referencia que tenemos, la mayor probabilidad de que hubiera agua en Marte fue en esa época, hace unos 3.500 millones de años.

El astrobiólogo, junto al rover Maggie, gemelo en la Tierra del CuriosityJorge Pla-García

¿Cuándo creen que tendrán un veredicto sobre si hubo vida o no?

Cada vez estamos más cerca y tenemos más piezas del puzle, pero es imposible predecir cuando se va a producir. Creo, eso sí, que no va a ser a corto plazo, y como sabemos que las condiciones de Marte no son las de la Tierra, todo lo que descubramos hay que ponerlo en contexto. Por ejemplo, el descubrimiento que se ha hecho recientemente del carbono 12 sería un indicador bastante fuerte de vida si hubiera tenido lugar en la Tierra. Pero Marte tuvo condiciones diferentes, por lo que hay que seguir investigando.

En la década de los 70, las sondas Viking llevaron instrumentos para detectar vida y dieron un falso positivo porque estaban diseñados para encontrarla en las condiciones de nuestro planeta. Fue una lección importantísima y brutal, porque comprendimos que primero hay que conocer las condiciones de Marte, la química y su suelo y después de haberlo entendido hay que buscar vida, no al revés. Por eso el descubrimiento que se ha hecho ahora es importante, pero no significa que haya vida, porque podría haber procesos no biológicos en Marte que hubiera producido ese carbono enriquecido.

Es probable que antes veamos a un chino en Marte que a un astronauta de la NASA

En cualquier caso, ¿cuándo hablan de vida piensan siempre en vida microscópica o tienen también en mente organismos algo más complejos?

–Siempre hablamos de microorganismos, porque es difícil que encontremos indicios. Creemos que el salto entre microorganismos y organismos más complejos, como ocurrió en la Tierra, sería más difícil por las condiciones que tuvo Marte en el pasado, ya que, por desgracia, pasó de ser un planeta bastante amigable para la vida a ser muy, muy hostil.

¿Qué cambiaría para la humanidad si se descubriera si hubo vida o no? ¿Sería la señal definitiva para saber si podríamos habitarlo en un futuro?

–Es un tema bastante interesante, porque hay quien dice que hay que preservar Marte en su estado actual, que no hay que contaminarlo, y hay otros que dicen todo lo contrario, que somos una especie exploradora, que tenemos que abrirnos camino y que el próximo hito o paso natural es Marte. La verdad es que no sabemos si alguna vez tuvo vida o si todavía la tiene. Va a pasar tiempo hasta que lo descubramos, pero tampoco tenemos esa obsesión. Sería un bombazo que no hubiera tenido vida nunca, porque entonces nos plantearíamos cómo es posible que cuando la Tierra y Marte eran jóvenes y similares hubiera surgido en uno y en otro no. ¿Cómo es posible que, habiendo intercambiado mucho material entre sí, no se hayan contaminado el uno del otro? Por supuesto, para mí, descubrir vida sería la noticia más importante de la historia de la humanidad, pero si la respuesta es no, la pregunta sería igual de interesante para un científico.

Pla-García, en la sede del Jet Propulsion Laboratory, centro dedicado a la construcción y operación de naves espaciales no tripuladas para la NASAJorge Pla-García

–¿Cuál es el siguiente paso de la exploración marciana?

–La planificación a largo plazo de todas las agencias espaciales es el retorno de muestras a la Tierra. La tecnología que tenemos a bordo de los robots es muy avanzada, pero nunca va a ser tan sensible como la instrumentación que tenemos en nuestros laboratorios. El primer paso es el róver Perseverance, que está recogiendo rocas del suelo que son de interés astrobiológico, las que más nos gustan. Las está metiendo en tubitos dentro de su carcasa para que una misión posterior vaya a Marte, las recoja y las devuelva a la Tierra para que las analicemos. Y ahí sí que vamos a tener una visión mucho más clara.

¿Nos centramos en Marte porque es el planeta más habitable de los que conforman el sistema solar, además del más económico?

–No, no es el más habitable, pero esto no quiere decir que no sea interesante. Marte es interesante, pero sobre todo porque, aun siendo muy difícil de aterrizar u orbitar, es el más sencillo y económico, como dice. Pero si me pregunta como astrobiólogo, mi opinión personal es que las lunas heladas de Júpiter y de Saturno son muchísimo más interesantes en términos de búsqueda de vida que Marte porque tienen océanos de agua líquida internos. Pero al mismo tiempo es muchísimo más difícil, complejo y caro, y además tardaríamos muchísimos más años en llevar instrumentación a estas lunas que a Marte. También las capas altas de Venus, por ejemplo, reúnen condiciones que podrían ser compatibles con la vida.

El hombre no llegará a Marte antes de la década de 2040

Sobre el hecho de enviar humanos [a Marte], ¿qué tan costoso sería?

–Extraordinariamente costoso. Soy optimista, pero también realista. No me cabe duda de que lo vamos a hacer, pero no en los plazos que se han dado. Íbamos a ir a Marte, pero ahora vamos a retornar primero a la Luna. Se hablaba de poner una mujer en la Luna en 2024 y las últimas noticias dicen que probablemente se posponga hasta la década de 2030. Si ir allí, adonde ya hemos viajado y adonde es mucho más fácil llegar, no lo vamos a conseguir hasta entrada la década de los 30, no imaginemos Marte. Yo sigo siendo positivo, pero creo que durante esa década va a ser extraordinariamente difícil y complejo hacerlo. Es una misión que aproximadamente costaría unos 400.000 millones de dólares. Ya no es por coste tecnológico, sino también económico.

Y también temporal…

–Sí. Entre el viaje de ida, la estancia y el viaje de vuelta son aproximadamente dos años, aunque todo depende de las posiciones relativas de los dos planetas, de cuánto combustible se quiera ahorrar, en qué momento se quiera lanzar y cuantos días o semanas se quiera explorar la superficie…

–¿Podremos llegar algún día a exoplanetas con condiciones similares a la Tierra?

–Es un campo que todavía está en pañales, pero en crecimiento y que va a ser el futuro. Así como en nuestro tiempo de vida vamos a ver un humano caminando por Marte, en un exoplaneta no va a ser así porque a día de hoy no podemos acercarnos siquiera a la velocidad de la luz. Lo bueno es que la tecnología avanza muchísimo y ya somos capaces de estudiar las atmósferas de otros exoplanetas desde la Tierra, lo que nos da muchas pistas sobre sus propiedades. No obstante, nuestra especie es capaz de cualquier cosa, y es posible que dentro de varios siglos sí lo consigamos.

Jorge Pla-García, de 41 añosJorge Pla-García

Creo recordar que en alguna ocasión ha dicho que tal vez formemos colonias en Marte para el siglo XXIII o XXIV...

–Es mi opinión personal. Son tantos años trabajando en misiones de la NASA que te das cuenta de que, si es extraordinariamente complejo mandar un robot allí, no te puedes ni imaginar cómo sería crear una base estable como las que tenemos, por ejemplo, en la Antártida. Ya es difícil aquí en la Tierra, y ni siquiera lo hemos conseguido en la Luna, donde hemos ido, la hemos pisado y hemos vuelto. De hecho, eso es lo que creo que tenemos que hacer en Marte, aunque creo que probablemente no sucederá hasta la década de 2040. Ahora bien, lo de construir una base estable… es el plan que tenemos a medio y largo plazo en la Luna, es en lo que está trabajando la Agencia Espacial Europea y a lo mejor lo podemos hacer dentro de unas décadas. Pero en Marte, a mí me parece ciencia ficción a día de hoy. Yo lo veo más para el siglo que viene, el XXII o tal vez el XXIII.

En términos geopolíticos, ¿cómo cree que va a ser el futuro espacial?

–A mi me causa un poco de desazón y de tristeza, porque soy entusiasta y creo que con la cooperación internacional y arrimando todos el hombro conseguiríamos mejores objetivos. Por desgracia, nos ha tocado vivir una nueva guerra fría, sobre todo entre Rusia, EE.UU. y especialmente con China.

No obstante, hay que reconocer que lo de este último país es sencillamente para quitarse el sombrero, porque se ha posicionado como la primera potencia mundial no solo económica, sino también espacial. Es el primer país que ha llegado a la cara oculta de la Luna, el que más lanzamientos hace cada año y el primero que ha aterrizado a la primera en Marte. Es algo increíble; lo que a otras potencias les ha costado décadas ellos lo han hecho a la primera. El avance y el empuje de los chinos es tan fuerte que es probable que antes veamos a un chino en Marte que a un astronauta de la NASA, y esa va a ser la chispa que haga darse prisa a EE.UU. Debería haber mucha más interacción, pero por desgracia creo que no la va a haber.

Aparte de la habitabilidad, ¿cuál es la pregunta clave o más apremiante sobre el universo ahora mismo?

–Si la vida es la consecuencia de la evolución del universo. Pensamos que sí, es decir, que el universo al formarse, al crecer y evolucionar ha hecho que la vida esté por todas partes y por todo el cosmos. Es nuestra hipótesis de partida, y confirmarlo sería nuestra mayor motivación.