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Reserva natural de la Dehesa de Abajo, cerca de Doñana, en sequía en una imagen de archivo

Reserva natural de la Dehesa de Abajo, cerca de Doñana, en sequía, en una imagen de archivoEuropa Press

Consumo

¿Cómo afecta la actual sequía a tu factura eléctrica?

El desplome de la energía hidroeléctrica dispara el coste energético y vuelve a reabrir el debate sobre qué modelo seguir para reconducir la situación

La preocupante sequía que asola a España tendrá consecuencias sobre nuestros bolsillos. El año 2021 terminó mal, enero de 2022 no ha comenzado mejor y las previsiones apuntan a que febrero será seco, con pocas precipitaciones que no paliarán la triste situación de los embalses vacíos.

La situación de los embalses es preocupante, al estar, en conjunto, al 45 % de su capacidad. Y la influencia de las condiciones meteorológicas y producción eléctrica caminan de la mano.

La sequía que hace descender embalses, desertiza suelos y echa a perder cosechas también aumenta la factura.

Los costes máximos de la electricidad, con picos impresionantes las últimas semanas del año pasado, sembró de incertidumbre el futuro a corto plazo.

A menor energía hidráulica, más cuesta producir electricidad. Sin lluvias, la consecuencia está clara. Pero no solo se nota en este apartado, porque la producción eólica también cae. Son las dos fuentes renovables más importantes del mix eléctrico español, imprescindibles para cubrir nuestra demanda eléctrica.

Si a ello le sumamos que las frías temperaturas propias del invierno y otras cuestiones como el teletrabajo o las pocas horas de luz provocan que la demanda eléctrica aumente, tenemos la 'tormenta perfecta'. En definitiva, parece que en 2022 seguiremos rascándonos el bolsillo para las altas facturas que se avecinan.

La alternativa de las renovables

El Gobierno español, con la ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera al frente, ha apostado desde hace tiempo por las renovables, en su 'guerra' contra Bruselas tras la decisión de la Comisión Europea de incorporar el gas y la nuclear entre las tecnologías consideradas sostenibles por la Taxonomía Europea.

Sin embargo, expertos consultados por El Debate recuerdan que las renovables (eólica, solar), de momento, no pueden hacer frente al problema. Ante ello, «tirar de reservas hidráulicas con los embalses en esta situación es un suicidio», argumenta Ignacio Durán Escribano, catedrático de Física Atómica y Nuclear de la Universidad de Santiago. «Nunca sabremos cuánto va a llover en primavera, ahora que venimos de una racha anticiclónica y hemos vaciado los embalses».

Presión de los sectores

La decisión de Bruselas, una bofetada con la mano abierta a la posición del Gobierno de España, no ha sentado bien al lobby de las renovables, que cuenta con el respaldo del organismo que dirige Ribera.

Así pues, la compañía energética Statkraft ha publicado un estudio donde se asegura que la opinión pública tiene una valoración completamente diferente a la diseñada por la Comisión.

Statkraf, que se denomina el mayor generador de energía renovable en España, ha encargado dicho trabajo, que este lunes publican varios medios españoles, concluyendo que la población europea y española considera que la lucha contra el cambio climático deben liderarlas las energías renovables, y en España, en concreto, la energía solar (el 83 %) y la eólica (75 %), lo que representa 79 % en total. Algo que si bien no negamos que sea cierto no resuelve la agobiante situación actual.

Nuclear, ¿sí o no?

El debate encendido en torno a la nuclear, y más desde la decisión europea, fuertemente respaldada por países con importante tradición nuclear como Francia, levanta apasionados desencuentros.

Desde el Foro Nuclear se asegura que «la energía nuclear es una fuente libre de CO₂ y una pieza esencial en la lucha contra el cambio climático. Es, además, una fuente siempre disponible capaz de suministrar grandes cantidades de electricidad sin contaminar la atmósfera».

Según el Foro Nuclear, la energía nuclear es esencial en la lucha contra el cambio climático

«Una central nuclear produce energía eléctrica mediante un proceso físico, la fisión del átomo de uranio. Esto significa que en su operación no emite a la atmósfera gases de efecto invernadero ni otros productos de combustión».

«Las bajas emisiones de gases de efecto invernadero del ciclo de vida de la energía nuclear la convierten en una importante opción tecnológica en las estrategias de mitigación del cambio climático».

El Ministerio de Transición Ecológica recuerda el impacto negativo de los residuos radiactivos

Desde el Gobierno y el ministerio de Transición Ecológica no lo ven así. Tras la decisión comunitaria, muy criticada, este organismo dice que el impacto negativo de los residuos radiactivos de alta actividad de la energía nuclear está sobradamente documentado.

«El tratamiento de dichos residuos acarrea unos costes muy elevados y todavía carecemos de una solución probada y definitiva para ellos, tras 60 años de uso de la tecnología. Por añadidura, accidentes como Chernóbil o Fukushima son referentes claros sobre los riesgos de la energía nuclear», aseguran.

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