La construcción del embalse de Lindoso (Portugal) en los 90, un proyecto que nació de un acuerdo entre las dictaduras de Franco y Salazar y que se ejecutó décadas después, borró del mapa las casas que se levantaban en estos pueblos de A Reloeira, Buscalque, O Bao y Lantemil en 1992, convirtiéndose en el fin para estas cuatro aldeas. El llenado acabó con un sistema de vida, marcado por la tranquilidad.