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Mujeres en África elaborando mascarillasManos Unidas

Coronavirus

Cómo Europa bloquea la fabricación de vacunas africanas

A la vez que la UE otorga 30 millones de dosis a África, tira a la basura otros 55 millones por superar la fecha de validez

La Unión Europea es una de las principales máquinas de vacunación mundial contra el coronavirus. Tanto que ha inmunizado casi al 72 % de su población y ha conseguido exportar más de 1.800 millones de dosis a 165 países del mundo para avanzar la lucha contra la COVID-19. La velocidad a la que avanza la estrategia de vacunación es vertiginosa.

No obstante, no todas las vacunas se aprovechan. La semana pasada, mientras los principales miembros europeos se reunían con los diferentes jefes de Estado y Gobiernos africanos, la organización People's Vaccine Alliance descubrió y denunció que a pesar de que la UE había otorgado 30 millones de pinchazos a África, depositó a su vez 55 millones de dosis en la basura por superar la fecha de validez. «Las vacunas son bienes públicos mundiales y deben proporcionarse de forma gratuita a las personas. También deben venderse a todos los gobiernos e instituciones internacionales a un precio lo más cercano posible al costo real», reclama la organización en su página web.

Lo cierto es que la brecha que separa la vacunación de los países de la UE en comparación con los africanos es inmensa, tanto que, debido a la escasez del suministro de vacunas, hasta la fecha únicamente el 11 % de la población africana ha recibido las dos primeras dosis de la vacuna contra la covid, cifra superada en más de un tercio por el número de personas de la UE que han recibido la dosis de refuerzo (204 millones).

Según Oxfam, se calcula que en África han muerto unas 250.000 personas a consecuencia de la COVID-19 desde principios de año, casi 7.000 personas al día.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, aclaró al comienzo de la pandemia que la vacuna debía ser un bien público mundial. «La Comisión se ha asegurado de que fuera una oportunidad para el beneficio privado, con miles de millones recaudados para las grandes farmacéuticas y la UE, mientras que, dos años después del inicio de esta pandemia mortal, 9 de cada 10 personas en África aún no han recibido las dos primeras dosis. Es una vergüenza», señala Joab Okanda, asesor principal de promoción panafricana de Christian Aid.

Los derechos de propiedad, al final, no son más importantes que salvar vidasAyoade Alakija, doctora y copresidenta de la Alianza Africana para el Suministro de Vacunas

«Europa debe dejar de impedir que los productores africanos fabriquen sus propias vacunas contra la COVID-19. Si realmente existiera una agenda común entre las Uniones (UA y UE), la UE dejaría de anteponer los intereses de las empresas farmacéuticas, que ya han cosechado miles de millones con la pandemia, a las vidas de la población africana. Las vacunas se financiaron con fondos públicos y las fórmulas deberían compartirse con el mundo para que todos los productores cualificados puedan fabricar estas vacunas vitales», apunta Ignacio Martínez, investigador de Oxfam Intermón.

Financiación a COVAX y bloqueo de patentes

La UE financió a COVAX, el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19, para ayudar a todos los países sin recursos a acceder a las dosis de vacunación. El plan ha quedado finalmente obsoleto y sin fondos al no alcanzar el objetivo marcado: vacunar al 20 % de la población a finales de 2021.

El secretario regional de la Internacional de Servicios Públicos para África y los países árabes, Sani Baba Mohammed, explica que «la UE afirma que está promoviendo una 'asociación próspera entre iguales' con la Unión Africana. Sin embargo, está tirando a la basura más dosis de vacunas de las que nos dona, mientras sigue bloqueando una exención de las patentes que nos permitiría producir nuestras propias vacunas».

Mientras tanto, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, tachó, el pasado 15 de febrero, de «ilegítimas» todas las críticas que está recibiendo Bruselas por la política de donación de vacunas a África.

El jefe de la diplomacia europea señaló que hay en África «un millón de vacunas» que no se pueden inocular en el brazo porque «no existen sistemas de salud suficientemente desarrollados que permitan afrontar los problemas logísticos de vacunación».

África reclama las patentes de las vacunas

Según la OMS, el continente africano necesita multiplicar por seis las inmunizaciones para llegar al objetivo del 70 % a mediados de año. Una cuestión primordial en la agenda de la cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana.

La doctora y copresidenta de la Alianza Africana para el Suministro de Vacunas Ayoade Alakija anuncia que los africanos «necesitamos más vacunas», y explica que «primero de todo, hay un problema de suministro. Es una cuestión predecible, necesitamos que los países con altos ingresos aseguren que podemos recibir vacunas. También es un problema de nuestros sistemas de salud, hay que reforzarlos. Es necesario aplicar exenciones de la propiedad intelectual. La única forma en la que podemos garantizar la equidad del suministro, la única forma en la que podemos salvar la vida de nuestro pueblo es pudiendo producir vacunas, diagnosis y terapéutica nosotros mismos».

Esta demanda de levantar los derechos de propiedad intelectual de vacunas y otros productos es respaldada por muchos países, expertos, ONG, y europarlamentarios, como Udo Bullmann, del Grupo S&D.

«Debe hacerse cueste lo que cueste. Si compartir patentes, si autorizar a nuestros países socios a dar un paso al frente con su propia producción es el medio adecuado, debe hacerse. Los derechos de propiedad, al final, no son más importantes que salvar vidas», reclama la doctora.

La Comisión Europea y varios Gobiernos occidentales han rechazado hasta ahora suspender temporalmente las patentes de las vacunas.

Consideran que es mejor solución conceder licencias, compartir viales o invertir en instalaciones de producción como la visitada este miércoles por la presidenta de la Comisión Ursula Von der Leyen en Senegal.

Hasta ahora, África ha recibido 600 millones de dosis, una cuarta parte de ellas procedentes de la Unión Europea.