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Felicidad en la experiencia general de vida por países entre 2019 y 2021José Ramón Pérez

Índice global de felicidad

Estos son los países más felices del mundo

España ocupa el puesto 29 en una clasificación que lidera Finlandia por quinto año consecutivo

Finlandia fue el país más feliz del mundo por quinto año consecutivo, según el índice de felicidad global que desarrolla la consultora estadounidense Gallup en base a datos recabados entre 2019 y 2021. Dinamarca e Islandia completaron el podio de esta edición, mientras que España obtuvo la posición 29 tras caer dos puestos respecto al anterior estudio. Dentro de los seis indicadores que determinan la evaluación de cada Estado, España destacó por su elevada esperanza de vida (9) y las importantes redes de apoyo social (17), pero no salió tan bien parada en cuanto a su altruismo (102) y la libertad para decidir sobre la propia vida (85).

La parte alta del ranking estuvo copada por el centro y el norte de Europa, si bien también se colaron en las primeras posiciones países como Israel, Nueva Zelanda o Baréin. Aunque la puntuación de España cayó por primera vez en el último lustro, logró mantenerse por delante de otros representantes del sur del continente como Italia (31), Portugal (56) o Grecia (58). No así de Francia, que obtuvo su mejor clasificación histórica con un vigésimo puesto.

Si observamos la evolución de este indicador durante la última década, los países donde más creció la felicidad fueron Serbia, Bulgaria y Rumanía –con un incremento medio del 20 % en sus niveles de bienestar previos–, mientras que Líbano, Venezuela y Afganistán –que ocupa la última posición tras un año marcado por la toma del poder de los talibanes– sufrieron los mayores descensos.

En este periodo, las emociones positivas a nivel mundial fueron dos veces más frecuentes que las negativas, si bien su brecha se fue estrechando en los últimos años ante el auge de la preocupación y la tristeza por la pandemia, que ha traído mermas en la economía y la salud personal y ha puesto negro sobre blanco las desigualdades sociales preexistentes.

Pese a ello, la COVID-19 no solo ha tenido efectos negativos, ya que ha dejado «una pandemia de generosidad de la misma extensión». Así, la solidaridad aumentó un 25 % en 2021, al multiplicarse la ayuda a extraños, el voluntariado y las donaciones, unas acciones que «proporcionan motivos para la esperanza y el optimismo en un mundo que necesita más de ambos».