El megalodón podría haberse extinguido debido a otro temible animal
Un reciente estudio muestra que el tiburón blanco podría haber contribuido a la extinción del gigante de los mares
El 'Otodus megalodon', conocido simplemente como megalodón, es el tiburón extinto más grande del planeta. Vivió en nuestros océanos hace entre 2,6 y 20 millones de años, y alcanzó los 22 metros de largo, convirtiéndose en uno de los depredadores más temidos del mundo. Sin embargo, hoy en día a penas se conservan algunos dientes fosilizados y restos de su mandíbula. ¿Cómo es que este invencible animal terminó extinguiéndose?
Se han dado múltiples explicaciones a la desaparición del rey de los mares, aunque ninguna parecía acercarse al detonante de su extinción. Ahora, un nuevo estudio publicado por la revista científica 'Nature Communication' podría haber dado finalmente con la tecla: la clave está en el tiburón blanco.
El tiburón blanco y el megalodón
El tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es hoy en día uno de los animales más temido de los océanos. A pesar de que sus ataques contra seres humanos son bastante raros, su amenazador aspecto, su enorme mandíbula y su gran tamaño lo han convertido en el malvado de muchas películas y en el miedo de muchos bañistas. Sin embargo, si lo comparamos con su antepasado gigante, el tiburón blanco, con sus seis metros de largo, es a penas un pececito. Cabe destacar que los dientes del megalodón eran hasta 10 veces más grandes que los de este escualo.
¿Y cómo puede ser que el fin del megalodón esté ligado al pequeño tiburón blanco?
Según apuntan los investigadores, ambos tiburones podrían haber compartido espacio en el tiempo y, además, encontrarse en el mismo nivel de la cadena trófica, por lo que compartirían presas. El megalodón habría visto mermadas sus posibilidades alimenticias, una presión que el prehistórico animal podría no haber soportado.
Isótopos de zinc
La dieta es un rasgo crucial del estilo de vida y la ecología de un animal. El nivel trófico de un organismo indica su posición funcional dentro de un ecosistema y tiene importancia para su ecología y evolución. Para conocer más sobre los escualos y su evolución, los investigadores emplearon isótopos de zinc (δ66Zn) para evaluar geoquímicamente el nivel trófico en diversos tiburones existentes y extintos, incluido el megalodón y el tiburón blanco.
Las firmas dietéticas de este isótopo de Zinc se conservan en el esmalte de dientes de tiburón fósil durante un tiempo geológico profundo y son capaces de indicar el lugar que ocupaba cada especia en la cadena alimenticia.
Según mostraron las investigaciones, el tiburón blanco y el megalodón convivieron en el Plioceno temprano y compartieron el puesto más alto en la cadena trófica.
El profesor de la Universidad DePaul (Estados Unidos) Kenshu Shimada, ha asegurado en un comunicado que «estos resultados implican al menos un cierto grado de solapamiento en las presas que cazaban ambas especies de tiburones». Aunque reconoce que hay que investigar más, dice que el trabajo apuntala «la posibilidad de una competencia dietética del megalodón con los grandes tiburones blancos del Plioceno temprano».