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Los niños y ancianos deben evitar la exposición al solFlickr

¿Cómo evitar un golpe de calor?

Al año más de 1.300 personas mueren por alguna patología causada por la exposición al sol

Cuando pensamos en verano es lógico visualizarse en una playa o en una piscina disfrutando del sol, de una bebida refrescante y de buena compañía. Lo que muy poca gente tiene en cuenta a la hora de disfrutar de estos momentos es del calor y las altas temperaturas que desde el año 2003 afectan a España en esta época del año. Lo cierto es que, según apuntan, la amenaza del cambio climático hará peligrar cada vez más la salud de las personas en esta estación.

Hay que saber diferenciar un golpe de calor, los sofocos y el famoso bochorno. Según varios expertos de la Universidad Carlos III de Madrid, más de 1.300 personas mueren cada año debido a las diversas patologías causadas por la exposición al sol.

Los sanitarios definen el golpe de calor como un fallo de los organismos de nuestro cuerpo debido a la sobreexposición del cuerpo al calor.

La temperatura ideal de nuestro cuerpo ronda los 37 grados centígrados y cuando sobrepasa los 40 grados el cuerpo cada vez sufre más a la hora de eliminar el exceso de calor. Esto provoca una alteración del sistema nervioso.

Hay dos tipos de golpes de calor. Uno de ellos es el golpe de calor clásico, que afecta principalmente a ancianos con una patología previa. El aumento de la temperatura del organismo puede acelerar la patología o aumentar su riesgo, produciendo una pérdida en su condición de salud general.

El golpe de calor activo, sin embargo, afecta a los jóvenes que practican deporte sin entrenamiento o protección. La producción interna de calor que el cuerpo no está acostumbrado a regular, junto con el aumento de la temperatura ambiental, puede producirles hipertermia.

El niño puede dar la impresión de estar dormido cuando en realidad está muy grave

Por último, los niños son especialmente vulnerables al golpe de calor debido a que su sistema respiratorio no se ha desarrollado aún por completo, y favorece la pérdida de líquidos. Un niño que se deshidrata no puede sudar lo suficiente como para enfriar su cuerpo, y su temperatura corporal se puede elevar hasta provocar el golpe de calor. En un bebé, esto puede traducirse en síntomas de letargia y pérdida de conciencia. El niño puede dar la impresión de estar dormido cuando en realidad está muy grave.

Consejos para evitar el golpe de calor

Para cuidarte y evitar un golpe de calor, lo primero que hay que hacer es evitar la exposición al sol en las horas centrales del día –entre las 12 del medio día y las cinco de la tarde– y, en general, se deben prevenir las exposiciones prolongadas o dormirte al sol.

En caso de padecer cansancio o mareo, la persona afectada debe retirarse a un lugar fresco o ventilado y aflojarse la ropa. Si hace mucho calor lo mejor es pasar tiempo en lugares con aire acondicionado. En caso de tenerlo en casa, la temperatura se debe bajar por la noche, ya que el cuerpo se enfría.

Es muy importante cubrirse adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol. Esto ayudará a prevenir tanto los golpes de calor como las quemaduras.

Se debe consumir abundantemente agua, líquidos y bebidas isotónicas y evitar las comidas pesadas de difícil digestión que hacen aumentar la temperatura interna.

Se debe prestar mucha atención a los ancianos y niños. En concreto, los menores de tres años que no deben exponerse al sol.

En caso de golpe de calor, hay que trasladar a la persona afectada a un lugar a la sombra, tumbarla con la espalda recta y las piernas levantadas, para favorecer la circulación de la sangre.

Hay que humedecerle el rostro con una esponja o paño húmedo, pero no se le debe dar de beber si se encuentra inconsciente porque se podría ahogar. Si su temperatura no desciende, presenta pulsó débil y palidez o sufre de enfermedades cardíacas, se debe acudir inmediatamente al médico.