Los políticos viven hasta siete años más que el resto de la población

Es bien conocida la larga lista de privilegios de la que disfrutan los políticos: sueldos muy por encima de la media, dietas, todo tipo de gastos cubiertos… Tal vez por ello –entre otros factores–, un estudio de la Universidad de Oxford ha descubierto que las personas que se dedican a este oficio viven un promedio de hasta siete años más que el resto de ciudadanos.

Para llegar a dicha conclusión, los investigadores analizaron la vida de 57.500 políticos de 11 países (Australia, Austria, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Suiza, Reino Unido y EE.UU.) entre 1816 y 2017, y compararon la edad a la que habían muerto con la del resto de la población. Al mismo tiempo, también tuvieron en cuenta el género, la esperanza de vida media en esos países y la fecha en la que habían comenzado su carrera.

Aunque durante los primeros años analizados (siglo XIX y principios del XX) apenas había diferencia y en países como Canadá o Países Bajos los políticos vivían incluso menos, la tendencia se fue invirtiendo a mediados del pasado siglo.

Desde entonces, la brecha se ha ido acentuando cada vez más, con diferencias que van desde los tres años en Suiza hasta los siete en EE.UU. En Italia, por ejemplo, el ciudadano medio tiene 2,2 veces más probabilidades de morir que un político; en Nueva Zelanda, 1,2.

Las causas no están claras, aunque los autores apuntan a la adopción de ciertos hábitos o el acceso a determinados tratamientos antes que el resto de población.

En ese sentido, el trabajo cita por ejemplo el caso del tabaquismo. Las tasas de fumadores fueron elevadísimas durante décadas, pero según se fueron conociendo sus efectos sobre la salud los políticos redujeron considerablemente su consumo. ¿Fue por dar ejemplo o por disponer de información que el resto de los mortales no tenía? Difícil responderlo.

Coronavirus

Otra situación más reciente ha sido la de la covid. Pese a que muchos políticos han contraído la enfermedad, la tendencia de la brecha no ha cambiado, lo que podría estar directamente relacionado con el acceso más temprano de los funcionarios a determinados tratamientos, como las vacunas.

Aunque los autores afirman que todavía se necesitará más investigación para determinar las causas exactas o si las diferencias son mayores o menores en países menos desarrollados, no cabe duda: la longevidad parece estar del lado de los servidores públicos.