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Doctor Maurizio de Rocco Ponce, andrólogo

Adicciones

Cuando el consumo fácil de pornografía acaba en adicción: «Conduce a una pérdida de control»

Maurizio de Rocco, andrólogo: «Hay estudios que muestran cómo una reducción o abandono de este comportamiento mejora las disfunciones sexuales hasta su completa resolución»

El debate sobre si el consumo excesivo de pornografía debe catalogarse como adicción lleva tiempo sobre la mesa de la comunidad científica.

Lo cierto es que la conducta sexual compulsiva, también llamada 'hipersexualidad', abarca una serie de comportamientos que podrían desembocar en lo que entendemos por adicción: masturbación excesiva, cybersex, sexo telefónico… que acaban afectando a otras áreas de la vida.

El problema es frecuente si entendemos que desde la popularización de internet, a través de los dispositivos móviles, convierte a la pornografía en un contenido accesible, asequible y anónimo. Pero en según qué manos, peligroso.

El doctor Maurizio de Rocco Ponce, adjunto en el servicio de Andrología de la Fundación Puigvert y del Hospital Universitario Sagrado Corazón en Barcelona, y miembro de TopDoctors, atiende a El Debate para hablar sobre esta problemática.

–¿Qué es el comportamiento sexual compulsivo?

–Es una conducta sexual repetitiva (compulsión), que podría considerarse una conducta de adicción. Esta definición abarca toda una serie de comportamientos sexuales como la masturbación excesiva y el abuso de pornografía por internet (cybersex). Se trata de un tipo de comportamiento sexual que se caracteriza por una frecuencia elevada de repetición, pérdida de control y también pueden aparecer síntomas de abstinencia y tolerancia, es decir, la necesidad de estímulos cada vez mayores para obtener la misma gratificación.

No hay una clara evidencia de por qué algunas personas llegan a desarrollar un comportamiento compulsivo y otras noMaurizio de Rocco PonceAndrólogo

–¿Cuál suele ser el perfil de persona más proclive a sufrir este tipo de trastorno o adicción?

–Más que un perfil de persona, hay situaciones y mecanismos neuro-bio-comportamentales que pueden desencadenar este tipo de conductas. Por ejemplo, todo lo relacionado con el control de la ansiedad y el manejo del estrés tiene mucha importancia en este aspecto. A pesar de los avances en la investigación, no hay una clara evidencia de por qué algunas personas llegan a desarrollar un comportamiento compulsivo, mientras que otras no.

–¿Qué mecanismos cerebrales se activan en la mente de un adicto a la pornografía? ¿Qué rol juega la dopamina?

–Las bases neurobiológicas se siguen estudiando y no tenemos aún una respuesta clara. Seguramente los circuitos cerebrales de recompensa juegan un papel importante, ya que la dopamina es un neurotransmisor que tiene un rol central en esto. Otros tipos de mecanismos son, por ejemplo, los que se activan por una «estimulación supernormal», como la sensibilización y desensibilización. Además, la disfunción de unos circuitos prefrontales y el mal funcionamiento de áreas cerebrales que normalmente manejan el estrés son factores importantes.

El consumo compulsivo puede afectar a otros aspectos como el trabajo, el cuidado personal, el sueño...Maurizio de Rocco PonceAndrólogo

El resultado es un comportamiento impulsivo, una dificultad en la toma de decisiones, interferencia con la memoria de trabajo y el aprendizaje. También se puede afectar la regulación de las emociones y suele haber una preocupación excesiva por el sexo.

–¿Qué consecuencias tiene ser consumidor habitual y excesivo de pornografía? En caso de que provoque algún tipo de disfunción sexual, ¿cómo hacer frente a este problema que surgió de la raíz? ¿Cómo tratarla?

–Es evidente que esto puede llegar a afectar otros aspectos de la vida como el trabajo, el cuidado personal, el sueño, etc., pero también tiene consecuencias sobre la misma función sexual.

Las consecuencias clínicas a nivel sexual incluyen trastornos como la disfunción eréctil, la falta de deseo sexual y, en general, una insatisfacción sexual. Cabe destacar que es posible la asociación con otros comportamientos de riesgo como el abuso de alcohol, drogas, tabaco y un uso excesivo de videojuegos.

Los datos más recientes demuestran que la mayoría de estos síntomas dependen de manera proporcional a la frecuencia de la conduta compulsiva. Los medicamentos hasta ahora utilizados en ensayos clínicos no han dado resultados claramente favorables, por lo que el tratamiento del comportamiento sexual compulsivo se basa primariamente en la terapia cognitivo-conductual y en el tratamiento sintomático de las disfunciones sexuales. Eso sí, hay estudios que muestran cómo una reducción o el abandono de este tipo de este comportamiento pueden mejorar las disfunciones sexuales hasta su completa resolución.