Embarazo
¿Embarazada en verano? Cuidados para evitar la retención de líquidos y otros problemas
Hay que prestar atención, sobre todo, si los meses de verano coinciden con el segundo o tercer trimestre de la gestación
Las altas temperaturas de los meses de verano –o excesivas, si lo prefieren, a causa de la ola de calor– hacen que todos tengamos que adoptar una serie de medidas y cuidados que son especialmente importantes en las mujeres que están embarazadas en esta época del año.
Hay que prestar atención, sobre todo, si los meses de verano coinciden con el segundo o tercer trimestre de la gestación. Muchas futuras madres consultan qué se puede hacer para evitar sentirse mareada o dejar de retener líquidos. Paloma Garbayo Sesma, ginecóloga en Clínica Anthea, nos da algunas pautas.
El calor excesivo puede producir una hipertermia, es decir, «una elevación de la temperatura corporal que conocemos como golpe de calor. Si bien puede afectar a cualquier persona, las embarazadas, sobre todo en el tercer trimestre, son especialmente susceptibles, por lo que deben evitar exponerse a temperaturas elevadas», explica la doctora.
La retención de líquidos que se produce frecuentemente en el embarazo, se acentúa en los meses de verano, dado que «el calor hace que disminuya el retorno venoso, lo que va a producir una sensación de pesadez, edema e hinchazón de manos, tobillos o pies», sostiene.
Las principales medidas que una mujer embarazada debe adoptar son:
- Protección solar: El embarazo y los cambios hormonales asociados pueden provocar la aparición del llamado melasma, que es una hiperpigmentación que aparece en distintas partes del cuerpo incluido el rostro. Por tanto, si el uso de la protección solar debería ser obligatorio en toda la población, más aún en las mujeres embarazadas. Además, deberían evitar la exposición solar directa, sobre todo en las horas centrales del día.
- Buena hidratación: Durante los meses de verano la hidratación es muy importante para la población en general y en particular para las mujeres embarazadas, que tienen más riesgo de deshidratarse. De hecho, el aporte de agua durante el embarazo tiene que ser mayor para suplir el aumento de las necesidades que se producen en este momento y cubrir las necesidades metabólicas del bebé.
- Dieta adecuada: Es fundamental mantener una buena alimentación, aumentando la ingesta de frutas y verduras, no solo por la cantidad de agua que tienen, sino porque son una gran fuente de vitaminas y minerales. Hay que intentar priorizar alimentos que además de ser nutritivos contengan abundante cantidad de agua, e intentar reducir el consumo de productos con alto aporte calórico como grasas, alimentos ultraprocesados y fritos. También es recomendable intentar no abusar del café y las bebidas azucaradas.
- Ejercicio físico: El ejercicio físico es una excelente ayuda para los molestos edemas del embarazo. Por eso, es aconsejable llevar una vida activa, realizar ejercicio de forma regular, reduciendo la intensidad en los meses de verano y evitar deportes de riesgo e impacto. Es muy recomendable caminar, practicar yoga o natación. Evidentemente, en la realización de ejercicios al aire libre hay que evitar las horas centrales del día y los momentos de más altas temperaturas.
- Ropa ligera: Durante los meses de verano es recomendable utilizar ropa ligera, cómoda y holgada, preferiblemente confeccionada en tejidos naturales y evitar prendas de ropa que opriman la cintura y las piernas, ya que pueden propiciar la aparición de varices y empeorar los edemas típicos del embarazo. También hay que prestar atención al calzado, sobre todo el final del embarazo, y rechazar zapatos que compriman el pie. Evitar, en la medida de lo posible, tacones o zapatos apretados o que impidan una correcta transpiración del pie.
- Descanso: Es muy frecuente que en los meses de verano, a las mujeres embarazadas les cueste conciliar el sueño y se sientan más cansadas y fatigadas. Para ayudar al descanso se debe evitar comidas copiosas que puedan favorecer el insomnio. Es el momento de tomar ensaladas y comida no procesada que sea ligera. Mejor comer varias veces al día y poco que un par de veces y de manera abundante. Además, practicar ejercicio físico va a ayudar también a sentirse mejor y a conciliar mejor el sueño. Estar embarazada no es estar enferma, pero sí que deben cuidarse un poco más que el resto.